América Latina es una de tres regiones en el mundo donde aún continúa la deforestación, según un informe de la FAO publicado el viernes.
En la región, la superficie forestal disminuyó del 51,3% de la superficie terrestre en 1990 al 46,4% en el año 2015, de acuerdo con el reporte “El Estado de los Bosques en el Mundo 2018” publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que tiene su sede regional en Santiago.
Además de América Latina y el Caribe, solo en otras dos regiones del mundo la superficie de bosques también disminuyó en los últimos 25 años: en el África Subsahariana, la proporción de área forestal bajó del 30,6% en 1990 al 27,1% en 2015, mientras que en el Asia Sudoriental pasó del 3,9% al 3,8% en el mismo período.
En todo el mundo, en tanto, en los últimos 25 años la superficie forestal total del planeta disminuyó del 31,6% al 30,6 %, aunque el ritmo de pérdida se ha ralentizado en los últimos años.
En las regiones de África Subsahariana, Asia Sudoriental y América del Sur, la extensión de los bosques se ve presionada por la alta de demanda de carbón vegetal. “Su producción ejerce presión en los recursos forestales y contribuye a la degradación y deforestación, en especial cuando el acceso a los bosques no está reglamentado”, dice el informe de la FAO.
El reporte agrega que la deforestación supone la segunda causa principal del cambio climático -después de la quema de combustibles fósiles- y representa casi el 20% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que es más que todo el sector del transporte del mundo.
El tiempo se acaba para los bosques del planeta, cuya superficie total se reduce día tras día, según alerta un nuevo informe de la FAO que insta a los gobiernos a fomentar un enfoque integral que beneficie tanto a los árboles como a quienes dependen de ellos.
Detener la deforestación, gestionar los bosques de forma sostenible, restaurar los bosques degradados y aumentar la cobertura arbórea mundial requieren medidas para evitar consecuencias potencialmente dañinas para el planeta y sus habitantes, según la última edición del informe El estado de los bosques del mundo 2018 (SOFO, por sus siglas en inglés)
Los bosques y los árboles contribuyen mucho más al sustento de los seres humanos de lo que comúnmente se cree, desempeñando un papel crucial para la seguridad alimentaria, el agua potable, las energías renovables y las economías rurales. Proporcionan cerca del 20 por ciento de los ingresos de los hogares rurales de los países en desarrollo –mucho más en numerosas áreas- y combustible para cocinar y calentarse para una de cada tres personas en el mundo
Los bosques son fundamentales para los medios de vida. Unos bosques sanos y productivos –añadió- son esenciales para la agricultura sostenible, y tenemos pruebas de la importancia de los bosques y los árboles para la calidad del agua, por su contribución a las necesidades energéticas del futuro y para el diseño de ciudades sostenibles y saludables: José Graziano da Silva, Director General de la FAO
El informe SOFO de este año documenta lo esenciales que resultan los bosques para los objetivos de la Agenda 2030, desde la lucha contra el cambio climático hasta la conservación de la biodiversidad, pasando por la reducción de las desigualdades y la mejora de los hábitats urbanos. Aporta pruebas concretas de las múltiples prestaciones de los bosques e indica la senda para que puedan aumentarse aún más.
Los árboles y los bosques contribuyen a lograr múltiples objetivos en toda la Agenda 2030 y deben incorporarse en las estrategias para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible: Eva Mueller, Directora del Departamento Forestal de la FAO.
El informe SOFO de este año documenta lo esenciales que resultan los bosques para los ODS, desde abordar el cambio climático hasta asegurar el agua potable y mejorar los hábitats urbanos. Ofrece una prueba concreta de las múltiples prestaciones de los bosques y señala la senda para que puedan aumentarse aún más.
El SOFO 2018 enfatiza igualmente la importancia de marcos legales claros con respecto a los derechos de tenencia de los bosques, aplaude la creciente tendencia hacia la gobernanza local y hace un llamamiento en pro de alianzas eficaces y la participación del sector privado para alcanzar objetivos sostenibles. Dado que la deforestación es la segunda causa principal del cambio climático -tras la quema de combustibles fósiles-, se asegura que “la responsabilidad corporativa es clave para lograr la deforestación cero”. FAO
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