Los ministros de Pesca de la Unión Europea alcanzaron en la madrugada del miércoles un acuerdo sobre las capturas de pesca autorizadas en 2016 en el Atlántico y el mar del Norte.
El ministro luxemburgués de Pesca, Fernand Etgen, cuyo país ocupa la presidencia rotatoria del consejo de la UE, se felicitó por un acuerdo “fuerte y equitativo sobre las posibilidades de pesca”, también llamadas totales admisibles de captura (TAC).
Las negociaciones para 2016 fueron más complejas que en años anteriores. Por una parte incluían la adaptación de los TAC al principio llamado de rendimiento máximo sostenbile (RMS), definido como la captura óptima que puede extraerse de una población de peces sin poner en peligro su capacidad de regenerare en el futuro.
La legislación fija a 2020 el plazo máximo para que los RMS se apliquen a todas los reservas de peces. Además los estados miembros tuvieron que adaptar por primera vez las cuotas de pesca a la nueva normativa que prohíbe arrojar de nuevo al mar el pescado de descarte. Esta normativa fue extendida para 2016 a las especies demersales del mar del Norte y el Atlántico.
La consecuencia de esta prohibición es que la Comisión propuso un complemento a las cuotas de pesca vigentes para compensar los pescados que los pescadores estarán obligados a desembarcar (y no arrojar al mar como hasta ahora).
“Estamos caminando hacia nuestros objetivos de sostenibilidad y los límites que hemos fijado hoy nos sirven de base para los próximos dos años”, dijo el comisario europeo de Pesca, Karmenu Vella.
En el mar del Norte, el Atlántico y el Báltico se establecieron un total de 36 reservas, una cifra estable comparada con la del año pasado.
En algunos casos, con el aval de los científicos, incluso se aumentaron las cuotas de pesca, como para la merluza septentrional o los jureles de las aguas occidentales y de la Península Ibérica. “Es la prueba de que las medidas de gestión que hemos adoptado hasta ahora han funcionado”, dijo Vella.
Por su parte el total admisible de captura (TAC) de la merluza de las aguas del sur de Europa, una especie muy apreciada por los pescadores españoles, sólo se redujo en un 25%, a pesar de que la Comisión pidió reducirlo en más de 60%.
Francia, que junto a España y Reino Unido es uno de los países que más pesca en la Unión Europea, se felicitó del acuerdo. AFP
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