Declaración de Purna Sen, Coordinadora Ejecutiva de ONU Mujeres y Portavoz sobre Acoso Sexual y Otras Formas de Discriminación.
El acoso y el abuso sexual son globales, ninguna organización o país debería considerarse inmune. Demasiadas mujeres sienten que nadie las escucha, nadie les cree o les importa. Saludo a las mujeres lo suficientemente valientes como para hablar, a pesar de los riesgos, que nos llaman a todas y todos a rendir cuentas. Hemos visto cómo #MeToo, #TimesUp y otros movimientos que ya han roto el silencio en todo el mundo han realzado la responsabilidad, pero aún queda mucho por hacer.
La ola #MeToo se ha alzado en muchas partes del mundo. En las Américas, en África, en Asia, en Europa, las mujeres han salido a las calles, hablando sobre la violencia que enfrentan y en solidaridad con sus hermanas. En los últimos días, semanas y meses, las mujeres en los Estados Unidos de América (EE. UU.), Corea del Sur, Japón, España, Suecia y más allá nos han hecho conscientes de sus experiencias y han denunciado a los abusadores.
En Corea del Sur, #MeToo se movió a través del mundo de las artes y el entretenimiento, lo que llevó al presidente Moon Jae-In a pedir un movimiento #MeToo más amplio en el país. Certeramente señaló que el acoso sexual sólo puede desarraigarse cuando la cultura y las actitudes cambian.
En el vecino Japón, las mujeres están nombrando y detallando sus experiencias de violencia sexual, desde el periodismo hasta la política, desde las niñas en edad escolar hasta las estudiantes universitarias. En los Estados Unidos, los abusadores en el mundo del entretenimiento y el periodismo han sido responsabilizados por sus empleadores y por los tribunales.
En Suecia, un país que encabeza regularmente las tablas de clasificación de igualdad de género, una declaración abierta de cientos de actores que compartieron sus testimonios y exigieron tolerancia cero llevó a que miles de mujeres de todas las industriashicieran eco de esas demandas. El punto de partida sobre la violencia sexual no puede ser la sospecha si realmente queremos que las víctimas hablen.
El acoso sexual es una dimensión de las experiencias más amplias de violencia contra las mujeres, por la que los perpetradores deben rendir cuentas por completo. La impunidad por las violaciones de los derechos humanos ha permeado en la cultura de la violación, además de culpar y juzgar a las víctimas por los daños perpetrados. No se le puede permitir que continúe así, incluso en los sistemas de justicia penal. La leve sentencia de los atacantes de “La Manada” en España subestima la gravedad de la violación y socava la obligación clara de defender los derechos de las mujeres. Las mujeres deben obtener justicia.
Desde los parlamentos hasta las industrias cinematográficas, el personal de hoteles y las y los periodistas, todos debemos limpiar nuestra propia casa en el sitio que ocupamos en el mundo. Eso nos incluye en las Naciones Unidas y está claro que todavía tenemos trabajo por hacer. Lugares de trabajo seguros y respetuosos son nuestro derecho, al igual que la libertad de la violencia. No puede existir la tolerancia, aceptación o negación de la existencia de abuso sexual en el trabajo.
Las posiciones de poder están dominadas por hombres; a menudo se espera que las mujeres acepten discretamente los comportamientos sexuales agresivos masculinos. Tales normas respaldan la persistencia del acoso sexual y, aunque pareciera que ninguna categoría de mujeres parece estar exenta, las mujeres jóvenes que inician sus carreras son particularmente vulnerables.
Las contribuciones cruciales de los hombres incluyen el examinar su poder y comportamiento, desafiando a otros hombres y haciendo cambios duraderos.
Como la organización de la ONU que lidera la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, reconocemos la violencia contra las mujeres como la expresión de la desigualdad estructural entre hombres y mujeres. Poner fin a la violencia contra las mujeres es el núcleo de nuestra misión y trabajo. ONU Mujeres trabaja para prevenir y responder a esta violencia, para aumentar el acceso a los servicios para sobrevivientes y hacer de los espacios privados y públicos lugares más seguros para las mujeres y las niñas. Escucharemos, veremos y recomendaremos acciones que harán que el mundo funcione mejor para las mujeres.
Te escuchamos; estamos contigo.
Nota publicada en ONU Mujeres, reproducida en PCNPost con autorización
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SOURCE: ONU Mujeres
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