ACNUR ayuda a familias desplazadas en la costa del Pacífico de Colombia

La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados colabora con Save the Children para prestar asistencia a 256 familias en la costa del Pacífico de Colombia, que se vieron obligadas a desplazarse durante la primera semana de junio tras los violentos ataques perpetrados por la guerrilla después del fracaso de las negociaciones para llegar a un acuerdo de alto el fuego con el Gobierno.

Entre los desplazados hay 151 niños.


La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados colabora con Save the Children para prestar asistencia a 256 familias en la costa del Pacífico de Colombia, que se vieron obligadas a desplazarse durante la primera semana de junio tras los violentos ataques perpetrados por la guerrilla después del fracaso de las negociaciones para llegar a un acuerdo de alto el fuego con el Gobierno. Entre los desplazados hay 151 niños. Sobre la base de la respuesta humanitaria proporcionada inicialmente por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), el ACNUR ya ha facilitado cocinas a 87 familias desplazadas procedentes de la localidad de Cacahual perteneciente a la municipalidad de López de Micay, y seguirá ofreciendo asistencia técnica a las autoridades locales y regionales. Esta iniciativa ayudará a las autoridades a satisfacer las necesidades de la población desplazada en el marco de estrategias integrales de prevención y protección. El ACNUR también elaborará y pondrá en marcha un plan de contingencia para garantizar la protección efectiva de los niños. “La comunidad está muy satisfecha porque la asistencia recibida ha sido importante”, dice John Jairo Riascos, un líder comunitario de Cacahual. “Ahora estamos mucho mejor. Podemos cocinar todos de una forma mucho más organizada”. La situación en López de Micay sigue siendo tensa. La escalada de la confrontación entre el ejército y los grupos armados constituye un motivo de preocupación en una zona que en los últimos 15 años se ha convertido en un corredor estratégico para el tráfico de drogas y la minería ilegal. La débil presencia del Estado en esta zona ha dado lugar a un fuerte control territorial y social por parte de grupos armados, lo que ha generado mayores riesgos, presiones y estigmas a los civiles. Wellington Carneiro, Jefe de la Oficina del ACNUR en Buenaventura y responsable de la zona, dice que el fracaso del alto el fuego ha provocado una oleada de desplazamientos en la región. Por ello, aquí, donde tanto se han dejado sentir los efectos del conflicto, responder a las necesidades, en particular por parte del Estado, será un factor clave para el éxito del proceso de paz y para encontrar soluciones en la región del Pacífico. Mientras tanto, Save the Children ofrece protección y asistencia educativa a los niños afectados por el conflicto en Lopez de Micay. Se prevé que esta asistencia, que comenzó el 24 de junio, dure al menos dos meses, mientras persistan las necesidades de la población. Save the Children ha acondicionado también dos “espacios amigables” para realizar actividades educativas y de ocio, y está formando a 15 voluntarios sobre la realización de actividades lúdicas y la aplicación de estrategias educativas dirigidas a los niños desplazados. Los esfuerzos coordinados del ACNUR y Save the Children complementarán la asistencia ofrecida por otras organizaciones, como el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, y contribuirán a mitigar los efectos del desplazamiento y la violencia en los adultos y los niños. El Padre Kilian Cuero Ruiz, sacerdote de la municipalidad, dice que esta ayuda ha sido fundamental, ya que los desplazados la han recibido cuando más la necesitaban y ello ha contribuido a aumentar la sensibilización sobre la situación que está atravesando esta comunidad. Foto ACNUR/Ángela Méndez

Un niño espera mientras su familia recibe asistencia humanitaria en López de Micay (Colombia). Foto ACNUR/Ángela Méndez


Sobre la base de la respuesta humanitaria proporcionada inicialmente por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), el ACNUR ya ha facilitado cocinas a 87 familias desplazadas procedentes de la localidad de Cacahual perteneciente a la municipalidad de López de Micay, y seguirá ofreciendo asistencia técnica a las autoridades locales y regionales.

Esta iniciativa ayudará a las autoridades a satisfacer las necesidades de la población desplazada en el marco de estrategias integrales de prevención y protección. El ACNUR también elaborará y pondrá en marcha un plan de contingencia para garantizar la protección efectiva de los niños.

“La comunidad está muy satisfecha porque la asistencia recibida ha sido importante”, dice John Jairo Riascos, un líder comunitario de Cacahual. “Ahora estamos mucho mejor. Podemos cocinar todos de una forma mucho más organizada”.

La situación en López de Micay sigue siendo tensa. La escalada de la confrontación entre el ejército y los grupos armados constituye un motivo de preocupación en una zona que en los últimos 15 años se ha convertido en un corredor estratégico para el tráfico de drogas y la minería ilegal. La débil presencia del Estado en esta zona ha dado lugar a un fuerte control territorial y social por parte de grupos armados, lo que ha generado mayores riesgos, presiones y estigmas a los civiles.

Wellington Carneiro, Jefe de la Oficina del ACNUR en Buenaventura y responsable de la zona, dice que el fracaso del alto el fuego ha provocado una oleada de desplazamientos en la región. Por ello, aquí, donde tanto se han dejado sentir los efectos del conflicto, responder a las necesidades, en particular por parte del Estado, será un factor clave para el éxito del proceso de paz y para encontrar soluciones en la región del Pacífico.

Mientras tanto, Save the Children ofrece protección y asistencia educativa a los niños afectados por el conflicto en Lopez de Micay. Se prevé que esta asistencia, que comenzó el 24 de junio, dure al menos dos meses, mientras persistan las necesidades de la población.

Save the Children ha acondicionado también dos “espacios amigables” para realizar actividades educativas y de ocio, y está formando a 15 voluntarios sobre la realización de actividades lúdicas y la aplicación de estrategias educativas dirigidas a los niños desplazados.

Los esfuerzos coordinados del ACNUR y Save the Children complementarán la asistencia ofrecida por otras organizaciones, como el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, y contribuirán a mitigar los efectos del desplazamiento y la violencia en los adultos y los niños.

El Padre Kilian Cuero Ruiz, sacerdote de la municipalidad, dice que esta ayuda ha sido fundamental, ya que los desplazados la han recibido cuando más la necesitaban y ello ha contribuido a aumentar la sensibilización sobre la situación que está atravesando esta comunidad. (UNHCR ACNUR, Por: Francesca Fontanini. Traducción del inglés gracias a la Voluntaria en Línea Luisa Merchán)


 

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