Proceso de paz en Colombia depende de tregua de FARC y acuerdos

Archivo. Junio 25, 2015.  AFP PHOTO/PRESIDENCIA DE COLOMBIA/OMAR NIETO

Archivo. Junio 25, 2015. AFP PHOTO/PRESIDENCIA DE COLOMBIA/OMAR NIETO


La continuidad del proceso de paz con las FARC depende del mantenimiento de la tregua unilateral anunciada por esa guerrilla y de acuerdos “en lo sustancial” en las negociaciones en Cuba, dijo el lunes el representante del gobierno colombiano en las negociaciones.

Un día después de que el presidente Juan Manuel Santos diera un plazo de cuatro meses para decidir si continúan los diálogos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas), el jefe negociador del gobierno, Humberto de la Calle, reveló de qué depende su continuidad.

“Lo que tiene que ocurrir es que se mantenga el compromiso de las FARC de su cese del fuego unilateral y que se mantenga de manera clara, tangible”, aseguró De La Calle en rueda de prensa.

La segunda condición es que, en cuatro meses, las partes sean “capaces de avizorar” si están de acuerdo “en lo sustancial” respecto al cuarto punto de la agenda, actualmente en discusión, que incluye el tema de la “verdad”, la justicia transicional y la reparación de las víctimas, según dijo.

De la Calle pidió avances en la discusión del “cese de fuego y hostilidades bilateral y definitivo, y la cuestión relacionada con las garantías para el paso a la vida civil” de los futuros excombatientes.

El gobierno y la guerrilla empezaron a discutir estos álgidos temas en agosto pasado.

Las conversaciones de La Habana avanzan sin un cese del fuego bilateral sobre el terreno. Sin embargo, la semana pasada las FARC, con unos 8.000 combatientes, anunciaron que a partir del 20 de julio iniciarán una tregua unilateral por un mes.

Desescalamiento, no cese:

En un comunicado conjunto, las partes anunciaron en Cuba el domingo un acuerdo para “desescalar” el conflicto en Colombia, que había recrudecido recientemente por acciones guerrilleras que produjeron numerosas muertes de uniformados y daños a la infraestructura energética; así como bombardeos oficiales que dejaron más de una veintena de rebeldes fallecidos.

No obstante, el gobierno se empeñó en aclarar que el “desescalamiento” difiere del alto al fuego bilateral en el que las FARC han insistido desde que empezó el proceso en 2012, y al que Santos se ha opuesto por considerar que la guerrilla lo usaría para fortalecerse.

Así lo afirmó Sergio Jaramillo, otro negociador oficial que acompañó a De la Calle en la rueda de prensa, para disipar las críticas que han avivado opositores a los diálogos, según quienes desescalar el conflicto implica abandonar las labores de seguridad de los organismos estatales.

Para Jaramillo, sin embargo el desescalamiento consiste en “pasos progresivos, gestos que va a dar el gobierno de acuerdo con el comportamiento de las FARC”.

Mientras el cese del fuego definitivo “supone un mucho mayor formalismo, unos actos prohibidos, una verificación”, además de concentración de guerrilleros en zonas específicas, agregó para disipar temores. “Lo que no está dispuesto a hacer el gobierno es un cese bilateral prematuro y chambón (mediocre)”, insistió.

Este lunes, la Defensoría del Pueblo, vigilante de los derechos humanos en el país, dijo en un comunicado que “vigilará el desescalamiento del conflicto anunciado por el gobierno y las FARC”.

El ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, comenzó igualmente a preparar el terreno al reunirse con Santos y con los comandantes de las distintas fuerzas militares para “trazar los lineamientos” de cómo será la reducción de sus acciones contra esa guerrilla.

El gobierno y las FARC discuten aparte en Cuba las condiciones para la tregua bilateral definitiva, en una subcomisión para poner fin al conflicto de más de medio siglo, conformada por militares activos y guerrilleros.

El domingo, las partes revelaron además que solicitarían a la ONU y a Uruguay su participación en ese punto.

Tras el pedido, Uruguay designó al exministro de Defensa José Bayardi para presidir la subcomisión técnica, lo que quedó ahora a consideración de Colombia.

Según De La Calle, esa subcomisión que busca implementar la tregua bilateral, contará con “personas con experiencia en la verificación y el monitoreo de una operación de esa envergadura”, en referencia a los nuevos acompañantes.

En un comunicado, el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, dio “la bienvenida” a esa invitación. “Esto no es fácil, es una operación enorme. Un cese del fuego en Colombia y su mecanismo de verificación, podría ser una de las mayores operaciones en esta materia en el mundo”, agregó De la Calle. (AFP)


 

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