Por: Khet Kumari Ghimere
Tan pronto como llegué, me di cuenta de que el trabajo no era sólo ‘cuidar niños’. Esperaban que yo hiciera todo, desde limpiar la casa hasta lavar los autos, cuidar a los niños pero también a las personas más ancianas de la familia. Trabajaba 20 horas al día, siete días a la semana y difícilmente dormía más de dos o tres horas cada noche. Mi empleadora me quitó el pasaporte y otros documentos de viaje. Además, tuve que hacer una concesión en mi salario: me prometieron 40 dinares al mes, pero sólo me pagaban 35.
Dos años más tarde, el suegro de mi empleadora, de 92 años de edad, se atragantó con la comida y falleció, tras lo cual ella me acusó de negligencia y me despidió.
Después de regresar a Katmandú, asistí a una capacitación de un mes para ser guardia de seguridad. El refugio de emergencia dirigido por Pourakhi, una organización que trabaja por los derechos de las mujeres migrantes repatriadas en Nepal, necesitaba a alguien como guardia de seguridad y me contrató.
Este es el lugar en donde deseo estar, ayudando a otras trabajadoras migrantes que han sufrido. Aquí, he conocido a mujeres que huyeron de sus hogares para escapar de la pobreza y las penurias, mujeres que fueron objeto de trata en burdeles o engañadas por agentes de contratación para hacerlas trabajar gratuitamente. En el refugio, las mujeres aprenden sobre su derecho al trabajo decente y recuperan su dignidad. Aprenden a alzar la voz, a llamar a las cosas por su nombre”.
Khet Kumari Ghimere trabaja como guardia de seguridad en el refugio de emergencia para mujeres migrantes que dirige la organización Pourakhi. Pourakhi, que significa “autosuficiente” en nepalés, trabaja para garantizar los derechos de las trabajadoras migrantes a lo largo de todo el proceso de migración laboral al extranjero —desde la etapa previa al empleo hasta los programas de ayuda posterior al retorno—.
ONU Mujeres apoyó la creación de Pourakhi, que ahora es una voz fuerte en los comités de gobierno en cuanto a temas migratorios y, además, una organización defensora de los derechos e intereses de las trabajadoras migrantes tanto interna como externamente. La historia de Ghimere está directamente relacionada con el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 8 que promueve el crecimiento económico sostenible e inclusivo, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todas las mujeres y los hombres, lo que incluye igual remuneración por trabajo de igual valor, así como con el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 5 que promueve la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.
Nota publicada en ONU Mujeres, reproducida en PCNPost con autorización
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SOURCE: ONU Mujeres
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