Por: Debora Barros Fince.
Yo era una persona con muchos sueños. Me gradué en derecho en el año 2003 y quería ayudar a mi madre y a mi padre, a mis hermanas y hermanos y a mi comunidad.
En 2004, los paramilitares vinieron y masacraron nuestra comunidad en Villa Portete. Ni siquiera sabíamos lo que quería decir ‘paramilitares’. No sabíamos por qué nuestras familias estaban siendo exterminadas.
Sobreviví a la masacre y me convertí en portavoz de la comunidad.
Durante el conflicto colombiano, las mujeres han sido las personas más afectadas, pero nuestra lucha y resistencia han pasado desapercibidas. Nos han violado, asesinado, explotado laboralmente y se nos han negado oportunidades en condiciones de igualdad.
Las mujeres de Colombia también son protagonistas a favor de la paz. Nuestro carácter es conciliador por naturaleza; buscamos maneras de implicarnos y encontrar una solución. Viajar a La Habana para prestar testimonio fue un momento muy importante, no sólo para mí, sino para toda la comunidad. Como sobrevivientes [del conflicto] compartimos el mismo dolor, independientemente de quién haya sido nuestro agresor.
Trabajábamos conjuntamente como un grupo. No tomábamos las decisiones de manera aislada. Si no llegábamos a un acuerdo, volvíamos a debatir hasta solucionar la cuestión. Queríamos un proceso de paz en el que las víctimas fuesen las protagonistas.
Para lograr la paz sostenible, se debe invertir en desarrollo social: educación, salud, vivienda adecuada y agua. Además, las mujeres deben desempeñar el papel que merecen. Se deben reconocer nuestra lucha y nuestros sacrificios, y nuestra participación debe ser real. Las mujeres deben tener voz y voto en el proceso de paz y en nuestras casas”.
Debora Barros Fince es una activista indígena wayúu, defensora de los derechos humanos y abogada de la comunidad de Bahía Portete, La Guajira, Colombia. Viajó a La Habana, Cuba, como parte de la “delegación de las víctimas” para compartir su perspectiva durante el proceso de paz en diciembre de 2015.
La delegación, comprendida por sobrevivientes de diferentes regiones, etnicidades y géneros, expresó claramente su deseo de lograr la paz y la reconciliación. Su historia se vincula con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 16, que se propone promover sociedades pacíficas e inclusivas, proporcionar acceso a la justicia para todas y todos y construir instituciones efectivas, responsables e inclusivas a todos los niveles.
Nota publicada en ONU Mujeres, reproducida en PCNPost con autorización
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SOURCE: ONU Mujeres
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