Por: Andrés Manrique León.
Existen diferentes organizaciones que presta servicios de educación durante la preparación que antecede a la presentación de los diferentes exámenes que se aplican en el territorio colombiano para el ingreso a las universidades públicas y privadas o por ejemplo las pruebas Saber 11. Su principal objetivo es contribuir a que un mayor número de jóvenes que participan en estas logren acceder a la formación universitaria, y desde allí, atender a las diversas problemáticas que demanda el país a los profesionales de todas las áreas del conocimiento.
Sin embargo, pese a los esfuerzos realizados en el marco de las actividades desarrolladas a fortalecer competencias académicas, es posible identificar falencias en una aproximación integral que además de conocimientos en dominios específicos(ciencias, matemáticas, lenguaje) necesarios para atender a los exámenes de clasificación a la educación superior, facilite los procesos de socialización, control emocional, adaptación, crecimiento personal e intelectual de las personas, como parte de la preparación para su desempeño en sociedad. Dado que la incidencia de estas variables en el desempeño académico ha sido documentada (Fernández-Castillo, 2009; Álvarez, Aguilar & Lorenzo, 2012), surge la necesidad de ser atendidas dentro de un proceso de formación que se pretende sea integral.
Siendo así es necesario implementar proyectos que brinden una serie de espacios dirigidos al fortalecimiento de las habilidades interpersonales necesarias tanto en la vida cotidiana como en los claustros de conocimiento superior. Estas actividades deberían estar enfocadas en la adquisición de estrategias que permitan una adecuada regulación emocional.
En ese sentido las iniciativas resultan relevantes porque surge de la necesidad de que los participantes sean conscientes de la importancia que la inteligencia emocional tiene en el desarrollo y la adquisición de una personalidad equilibrada. Es necesario contemplar a los jóvenes de forma completa (intelectual, físico, emocional y social). Expresar y manejar adecuadamente las emociones en estos jóvenes, permite que estos vayan incorporando recursos que poco a poco pueden generalizar a las situaciones de su vida cotidiana, como es el caso de las pruebas de alto impacto[1]. Una persona con inteligencia emocional posee confianza en sus capacidades; crea y mantiene relaciones satisfactorias, comunicando lo que necesita, piensa y siente, así como teniendo en cuenta los sentimientos de los otros; está motivado para explorar, afrontar desafíos y aprender; posee una autoestima alta; tiene recursos para la solución de conflictos, etc. Lo que influye de forma positiva en todas las áreas de su vida.
Por lo tanto, estas iniciativas resultan de interés dado que la Inteligencia Emocional no es algo con lo que nacemos y venimos de cuna, sino que se desarrolla, se integra y se entrena por medio de las experiencias adquiridas durante la infancia y la adolescencia, aunque, también, puede mejorarse y fortalecerse durante la vida adulta, resulta curioso que en la educación media actual, no se presenta con mucha intensidad espacios académicos no formales para vincular a los estudiantes con este tipo de temáticas, además teniendo como referente que un adecuado manejo de las emociones pueden influir positivamente en la capacidad reflexiva, el sostenimiento de la atención, la flexibilidad cognitiva, etc. en definitiva, en el rendimiento escolar, por otro lado, el progresivo conocimiento de las emociones les ayudará a adquirir la capacidad de poder regular la manifestación de la emoción y/o modificar un estado anímico.
Finalmente es necesario implementar en las organizaciones, instituciones o espacio de formación en educación, nuevas metodologías que pueda ayudar a un desarrollo más integral y que pueda dar igual importancia tanto a las matemáticas como a las emociones, partiendo desde la educación primaria hasta llegar a la educación básica y media, de esta manera niños, niñas y jóvenes atenderán de una manera más acertada a los nuevos retos que afronta y demanda la sociedad.
Álvarez, J., Aguilar, J. M., & Lorenzo, J. J. (2012). La Ansiedad ante los Exámenes en Estudiantes Universitarios: Relaciones con variables personales y académicas. Electronic Journal of Research in Educational Psychology, 10(26), 333-354.
Fernández-Castillo, A. (2009). Ansiedad durante pruebas de evaluación académica: influencia de la cantidad de sueño y la agresividad. Salud mental, 32(6), 479-486.
[1] Un examen de alto impacto es aquel cuyo resultado es empleado para tomar decisiones importantes que conllevan consecuencias positivas o negativas en quienes los sustentan. A diferencia de los exámenes a gran escala, los de alto impacto pueden o no ser administrados a grandes poblaciones.
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