La cuarta revolución industrial, impulsada por la digitalización y la impresión en 3D, acarreará la supresión de 5 millones de empleos en cinco años en las mayores economías mundiales, según un informe del Foro Económico Mundial (WEF) divulgado este lunes.
A diferencia de las tres anteriores, esta Cuarta Revolución Industrial debe definirse como una revolución que abarca más que avances tecnológicos. También impulsa una revolución en nuestros valores; una revolución en la que las empresas utilizan su ciencia, su escala y su inteligencia para abordar los desafíos más grandes del mundo.
¿Cuáles son esos desafíos? Tal como el psicólogo Abraham Maslow escribió en 1943, la sociedad se define, desde su base, por la búsqueda de alimentos, agua y seguridad. Estas son nuestras necesidades más básicas; los precursores esenciales a los que Maslow llamó la más profunda búsqueda de “la actualización propia… para convertirse en todo lo que uno es capaz de convertirse”. En otras palabras, antes de que la humanidad pueda alcanzar su verdadero potencial, el mundo debe enfocar su atención en satisfacer las necesidades más esenciales de los seres humanos.
Autor: Andrew N. Liveris, Presidente y CEO, The Dow Chemical Company en Foro Económico Mundial
Esos fenómenos provocarán “grandes perturbaciones no solamente en los modelos empresariales sino también en el mercado laboral durante los próximos cinco años”, afirma el WEF, organizador del Foro de Davos que se iniciará el miércoles en esa ciudad de los Alpes suizos.
La cuarta revolución industrial transformará la economía mediante la combinación de diversos fenómenos ya existentes, como el internet de las cosas y los Big Data.
La primera revolución industrial fue desencadenada por la generalización de la máquina de vapor, la segunda por la electricidad y las cadenas de montaje y la tercera por la electrónica y la robótica.
Esos procesos transformaron radicalmente los procesos productivos y los mercados laborales y la cuarta no será una excepción, de acuerdo con el WEF, que prevé la supresión de cinco millones de puestos de trabajo en una quincena de grandes países industrializados y emergentes.
Entre los países estudiados figuran Estados Unidos, Alemania, Francia, China y Brasil.
“Sin acciones urgentes y focalizadas para gestionar esa transición a medio plazo y crear una mano de obra competente para el futuro, los gobiernos tendrán que enfrentar un alza constante del desempleo” así como una agravación de las desigualdades, previene Klaus Schweb, presidente y fundador del WEF, citado en el comunicado. AFP, WEF
Si todos seguimos intentando llegar más lejos, buscando nuevos modos de responder antiguos interrogantes sobre cómo satisfacer las necesidades más básicas de la humanidad, mil millones más de mujeres y hombres tendrán la capacidad (de hecho, serán liberados) para ir más allá de solamente alimentar y proveer un techo para sus familias. Tendrán el poder para intentar alcanzar sus más altas aspiraciones y mejorar sus vidas, las de sus seres queridos y las de las comunidades a su alrededor.
Este es el verdadero potencial de la Cuarta Revolución Industrial. Y la medición de su éxito se reducirá a saber si hacemos más que simplemente redefinir la función de la tecnología en las empresas. Debemos redefinir el rol de la empresa en la sociedad. Si lo hacemos, el desarrollo más importante de la Cuarta Revolución Industrial no será la impresora 3D ni la Internet de las cosas. Será el progreso que los avances como estos logran para toda la humanidad.
Autor: Andrew N. Liveris, Presidente y CEO, The Dow Chemical Company, en Foro Económico Mundial
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