Hervé Falciani, el exempleado monegasco del banco HSBC que filtró los datos de 130.000 cuentas bancarias de ciudadanos de 180 países, se mostró hoy partidario de compartir al máximo “las informaciones sensibles”, como las que él maneja, y afirmó que “jamás se hace nada útil solo”.
Falciani viajó a Barcelona parar presentar el documental “La lista Falciani”, una producción alemano-catalana, dirigida por el realizador británico Ben Lewis, en la que se analiza la controversia generada sobre la privacidad bancaria y la evasión de impuestos, a raíz del robo de estos datos, y que hoy inaugura el festival internacional “DocsBarcelona”.
En la filmación, en la que Falciani -que no se considera un Robin Hood moderno- tiene un papel preponderante, también aparecen fiscales, exfiscales, ministros y exministros de varios países europeos, y muestra cómo actualmente colabora con diferentes instituciones europeas en la lucha contra el fraude fiscal.
Expresándose en un español tirando a precario, el ingeniero rememoró que cuando inició su cruzada fue para “poner sobre la mesa” una determinada manera de actuar de las instituciones bancarias y para intentar acabar con el secreto bancario y enfrentarse al mismo.
Falciani aseveró que quien tiene información tiene el poder y que el secreto “es fundamental para crear desigualdad”.
Por este motivo, considera necesario que una información como la que él destapó se comparta lo máximo posible y que los ciudadanos se impliquen en la política y que desde este ámbito se trabaje para cambiar la actual situación con respecto al mundo financiero. “Los ciudadanos -sostuvo- pueden poner presión en las pocas personas que ejercen el control. Se trata de cambiar de objetivos para que no se machaquen los derechos”.
En su comparecencia, reconoció que en los últimos años cada vez encuentra en su camino a más personas, algunas de ellas políticos y economistas, que desean modificar este “statu quo”.
Sin embargo, sin querer pecar de ingenuo, no obvió que todavía hoy es una “utopía” intentar “controlar” todo el “dinero sucio” que se mueve en el planeta, porque eso “sería como la locura de esperar que los lobos no se coman a las cabras si los pones a vigilarlas”.
En cambio, sí cree que se pueden combatir las políticas fiscales vigentes y, por ejemplo, a la hora de recaudar impuestos, que los gobierno aprueben “actuar menos sobre los beneficios de los particulares y más sobre las transacciones bancarias”.
Por otra parte, el informático, que dijo no “tener ningún respeto por las leyes suizas”, defendió que los bancos deberían limitarse únicamente a ofrecer crédito y que “no es igual elegir a uno que a otro”. (EFE)
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