Es evidente que los recursos no son infinitos y por tanto debemos hacer algo para evitar su agotamiento.

En los países desarrollados el cuidado del medio ambiente es un asunto de gran importancia, que se ha convertido en parte de la cotidianidad de las personas. Esto se debe a que se han elaborado y desarrollado los incentivos regulatorios, sociales y económicos necesarios para cambiar una cultura y llevarla a fortalecer la conciencia medioambiental. En países en vía de desarrollo la situación es distinta. En el caso de Colombia, específicamente, aún no existen las herramientas contundentes para cambiar el comportamiento social en torno a este tema.

Una de las alternativas más estudiadas actualmente es la valorización energética de residuos, basada en el aprovechamiento de los residuos sólidos para la generación de energía. Existen distintas técnicas, pero ninguna ha tenido éxito en nuestro país, precisamente porque no existen los incentivos para que esto ocurra. Los 3 casos siguientes son los más comunes en este tipo de aprovechamiento:

Energía eléctrica:

La generación de energía eléctrica es el subproducto más común derivado del proceso de valorización energética. En muchos países, entre ellos los europeos, se usa con gran éxito a partir de la combustión de los residuos por vía directa o posterior a un proceso de gasificación, en donde se aumenta el poder de combustión de los mismos. Pero si estas tecnologías ya están desarrolladas y en uso, ¿por qué en Colombia seguimos disponiendo los residuos en rellenos sanitarios y no los aprovechamos? Existen razones poderosas. Por una parte, nuestro país es rico en generación hidráulica, (en condiciones normales tiene un costos mucho más bajo que los sistemas térmicos) lo que hace que este tipo de energías sea poco competitiva o exija un mayor costo al usuario final.

Las industrias buscan lógicamente la mayor eficiencia en sus procesos, lo que lógicamente las lleva a escoger la alternativa de mínimo costo. Es por esto que los proyectos de generación de energía eléctrica a partir del aprovechamiento han resultado inviables. Recientemente se expidió la ley de integración de energías alternativas, la 1715 de 2014, en donde se abren las puertas a estas tecnologías, pero aún faltan mayores esfuerzos regulatorios que permitan que estos desarrollos se den en la realidad y sean competitivos, a través de beneficios tributarios, subvenciones o compras obligadas de energía por parte del sistema.

Gas natural:

Otra de las alternativas de valorización energética de residuos sólidos urbanos es la producción de gas natural. En el relleno sanitario Parque Ambiental Los Pocitos, de Triple A está instalada una planta de quema de biogás. Esta funciona a partir de la degradación de los residuos sólidos urbanos en las distintas celdas de disposición final, y su posterior quema para la producción de biogás. El proyecto está certificado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible como un MDL – mecanismo de desarrollo limpio –, vital en la contribución al cuidado del medio ambiente a partir de la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Si bien esta iniciativa permitía mitigar las emisiones de gases efecto invernadero de forma importante, se volvió inviable económicamente por la caída del valor de los bonos verdes, así que la empresa viene estudiando otras alternativas sostenibles que permitan no solo quemar el gas, sino incorporarlo al ciclo productivo. Entre las alternativas estudiadas para la operación de la planta de biogás, está la purificación del metano proveniente del biogás y la inyección directa de gas natural a la red de distribución, la cual se espera pueda tener éxito en el futuro inmediato, a través de alianzas con empresas especialistas del sector de gas natural. Si esto se consolida, el Parque Ambiental los Pocitos podría producir alrededor de 250.000 m3 de metano mensuales y abastecer una población de más de 15.000 viviendas.

 CDR – Pellets:

Otra de las propuestas que se han desarrollado a nivel mundial es la fabricación de pellets, que son de la familia de los denominados Combustible Derivado de Residuos o CDR. Surgen a partir del aprovechamiento del poder calorífico de los residuos sólidos urbanos; en especial del plástico, papel, cartón, madera y textil. Luego de la clasificación y el adecuado tratamiento de estos materiales, se obtiene el producto listo para ser utilizado en plantas de valorización energética. El inconveniente que se ha encontrado con este tipo de productos hasta el momento, en los estudios que se han realizado, es que las industrias no están preparadas para utilizar este tipo de combustibles en sus hornos. Con el uso de estos pellets, permitimos mitigar el agotamiento del petróleo, cuyos derivados son los que se utilizan normalmente en las plantas industriales, además se ahorran las emisiones de gases de efecto invernadero.

No obstante a lo planteado, la valorización tiene detractores entre los ambientalistas, ya que finalmente el quemar los residuos se genera otro tipo de impacto a nivel de medio ambiente, en especial de la atmósfera, así que a juicio de un grupo de ellos no debiera ser esta la forma ideal de aprovechamiento.

Lo cierto es que debemos estar muy pendientes de las nuevas tecnologías, de promover los desarrollos regulatorios y de promover la conciencia de todos y cada uno de los ciudadanos para poder construir soluciones sostenibles desde todos los puntos de vista, satisfaciendo lo social, lo ambiental y lo económico para poder crear realmente desarrollo y futuro.

Por: Jorge Navia, Gerente de Regulación y Aseo de Triple A S.A E.S.P