Las preguntas que nos esperan – II Parte

Por: Francisco Manrique.

Al tomar cada uno de los capítulos del acuerdo de la Habana, además de las preguntas que hice en el Post de hace dos semanas, Las preguntas que nos esperan, que cobijan  la totalidad del documento, me surgen otras más puntuales, pero no menos relevantes, en cada uno de los capítulos del acuerdo.


Farc

AFP PHOTO / LUIS ROBAYO


Capitulo 1: el nuevo campo colombiano: No hay duda que la cenicienta de nuestra sociedad ha sido el campo y quienes viven de el, especialmente en las zonas marginadas.

Como también lo es, que la tenencia de la tierra ha estado en el corazón de los problemas de violencia en la historia de Colombia. Es evidente que esta situación se ha convertido en un gran freno para el desarrollo del país, así como también, que hemos estado desperdiciando una tremenda oportunidad para que las áreas rurales y su gente, sean unas palancas para el desarrollo del pais.

¿Cómo se va lograr romper con una larga tradición de terratenientes y gamonales, que aprovecharon la debilidad del Estado, para quedarse con tierras tomadas a la fuerza, no pagar impuestos, y mangonear a su antojo las raquíticas administraciones locales donde están?

¿Qué casos exitosos se han logrado en los últimos años que nos sirvan para creer que el futuro si puede ser mucho mejor?

¿Qué tan alineada está la capacidad del Estado para responder a la expectativa que genera este punto del acuerdo, en términos de resultados, con la institucionalidad jurídica, administrativa y política actual?.

¿Y qué pasa si seguimos como vamos y no enfrentamos los problemas estructurales que hemos descuidado por tantos años?..¿qué costo vamos a apagar?

Capitulo 2: la apertura democrática para construir la Paz. La exclusión en la actividad política  ha sido la constante de nuestra historia. El Frente Nacional buscó una solución pero generó otros problemas donde las FARC son uno de los resultados de esa realidad. No hemos construido una cultura para permitir que haya otras voces, y cuando estás se expresan, surge la violencia que es aprovechada por unos pocos para empujar sus propios intereses.

Esta dinámica malsana le ha salido muy costosa a la economía colombiana a lo largo de muchas décadas. Como resultado de esta situación, en los últimos dos años, se han multiplicado las movilizaciones sociales como vehículo para reclamar la solución de muchos problemas, porque no encontraron otros caminos para lograr una respuesta del Estado.

En este capítulo del acuerdo se abre una puerta para que este tipo de manifestaciones jueguen un papel creciente en la dinámica social de nuestro país. El problema que veo, es que pueden seguir siendo utilizados por parte de quienes buscan otros fines menos loables, y cuyo impacto es muy complicado en términos de gobernabilidad y costos económicos. En el acuerdo no vi nada que encare esta realidad hacia adelante.

¿Qué nos enseñaron los paros campesinos, los de los camioneros, los movimientos sociales en el Catatumbo, etc, etc…en relación a los riesgos que implica abrir las compuertas de este tipo de movimientos en el país cuando falla la institucionalidad del Estado?

¿Cómo se evita que sean utilizados por unos pocos para defender intereses individuales, como se ha demostrado en el pasado reciente en los ejemplos ya citados?.

¿Cómo desarrollar nuevos liderazgos que sepan encausar constructivamente los reclamos de la gente de manera que puedan aprovechar estos nuevos espacios en beneficio de la comunidad?

¿Cómo preparar a la gente para que ejerza su derecho de protesta pero que no se deje manipular, como ya se ha visto recientemente por parte de los agitadores profesionales, quienes saben cómo sacarle provecho al conflicto y al caos?

¿Qué van a hacer los partidos tradicionales para enfrentar los retos de los movimientos sociales porque no se les reconocen como los vehículos adecuados para canalizar los reclamos de la gente ?

Capitulo 3: fin del conflicto cese al fuego y dejación de armas. Esta semana tuve la oportunidad de escuchar a uno de los militares que trabajaron este punto en la Habana. A mí me quedó muy claro que se hizo un esfuerzo serio y profesional, que contó con el apoyo de varios asesores internacionales. También, se buscó incorporar las experiencias previas en Centroamérica, África y Asia.

Durante la presentación se hizo mucho énfasis en que este era un aspecto crítico de la negociación donde las FA tienen la máxima responsabilidad. Por esta razón, desde agosto del 2012, se estableció la Mesa de Defensa, posteriormente convertida en la Sub Comisión del fin del conflicto, para trabajar los temas relacionados con la terminación de este. Lo mismo que la Juridicción para la Paz por el impacto que este punto implica para el futuro de las instituciones armadas.

Vale la pena que se conozca el esfuerzo de preparación de las FA para enfrentar el acuerdo de La Habana. De lejos, como institución del Estado, han sido un modelo por la seriedad de su preparación. Desde muy temprano, crearon el Comando Estratégico de Transición, en cabeza del General Flores, y distribuyeron la responsabilidad de las líneas estratégicas que fueron definidas, entre cada una de las fuerzas.

Es importante que se conozca, que el equipo que integraron las FA, para apoyar este punto de acuerdo, venía del área de Inteligencia. Todos estos oficiales de las diferentes armas, tenían un conocimiento muy extenso de las FARC y de sus negociadores. Esto fue una gran diferencia de la época del Cagúan cuando el desconocimiento de este grupo fue muy grande.

Por lo que pude escuchar del proceso de participación de las FA, y de lo que he podido observar  como empresario, durante cuatro años de tratar de contribuir al mismo, no me cabe ninguna duda de que es la institución mejor preparada que tiene el Estado.  Durante este periodo, se han capacitado para el nuevo rol que les corresponde asumir y que va a ser crítico para la sostenibilidad del acuerdo. Esto nos debe de dar tranquilidad a los colombianos porque estamos en buenas manos

El Alto Mando de las FA está muy lejos de ser un grupo de militares traidores a la Patria, como irresponsablemente los tildo una de las seguidoras de Uribe en el Congreso. Este grupo de militares activos han evaluado de manera realista la situación, y conociendo muy de cerca al enemigo, tomaron la decisión de  contribuir decididamente a lograr el mejor resultado posible del acuerdo con las FARC.

Como me lo decía un General en estos días: “a quienes se oponen al acuerdo los quisiera invitar al Centro donde atienden a los soldados mutilados por el conflicto, para que puedan recapacitar ante el inmenso costo que han tenido que asumir estos jóvenes, para protegernos al resto de colombianos,  pero que no tiene ningún sentido seguir prolongando indefinidamente esta situación”

Por todo lo anterior, en este capítulo del acuerdo las preguntas son un poco diferentes

¿Porqué no se ha divulgado de manera más amplia, la forma en que las FA llevan preparándose durante cuatro años para un posible acuerdo con las FARC?

¿Qué deben de aprender otras instituciones del Estado del proceso de preparación de las FA para lo que viene?

Como el diablo está en los detalles: ¿cuál es el mapa de riesgos que se ha previsto durante el periodo de desmovilización y concentración de las FARC en las 22 zonas escogidas?

Capitulo 3: Reincorporación de las FARC a la vida social. En este segundo punto del tercer capítulo, se definen las reglas mediante las cuales estos guerrilleros se convierten en un partido político, como lo trataron de hacer en la época de la UP en los 80. Este ha sido un punto muy polémico porque la gente no entiende cómo pueden llegar al Congreso unos criminales que han desangrado a Colombia por décadas.

Para mí es muy claro que este punto estaba en el corazón de la negociación. Si el Estado no los había podido derrotar después de ingentes esfuerzos, recursos y tiempo, aunque sí debilitar, no cabía otro camino que sentarse a negociar. Y a pesar del desdibuje del ideario político de este grupo guerrillero, después de años de degradación y contaminación con el negocio de las drogas, la llama política no se extinguió. Luego era natural que este punto fuera clave en el acuerdo que se logró.

Sin meterme en los detalles de las gabelas que les fueron otorgadas en el acuerdo, donde el Estado asume unas responsabilidades muy importantes, a mí sí me quedan unas preguntas que se deberían contestar porque pueden dejar abierta la puerta para otra escalada de violencia más adelante que nos lleve a una situación como Guatemala y Salvador.

¿Porqué se pasó de agache el tema de los recursos acumulados por años de traficar con drogas, armas, minería ilegal, ganado, robo de tierras, etc., cuando se abordó el tema de la financiación de las FARC como partido?.

¿Qué pasaría, si durante el proceso de reintegración, se descubre que las FARC mintieron en temas fundamentales como el número de sus integrantes y de armas, secuestrados, y recursos adquiridos ilícitamente?.

¿Qué pasa si uno de los representantes de las FARC en el Congreso es acusado de actos de violación de los DH que no son sujetos de amnistía dentro del acuerdo ?

¿Qué tan preparado está el Estado para garantizar la seguridad de los miembros de las FARC para que no se repita  el desastre de la UP de hace tres décadas ?

¿Qué cosas innovadoras se han previsto para combatir las bandas criminales, tratadas en este capítulo, cuando llevamos años sin que se hayan podido controlar, especialmente en las zonas donde no ha habido presencia del Estado?


Lea mañana domingo 2 de octubre Las preguntas que nos esperan – III Parte


 

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