Los tribunales de EE.UU. dieron hoy carpetazo al calvario judicial de la actriz Lindsay Lohan después de casi 8 años de tiras y aflojas con la Ley por sucesivas infracciones, procesos de rehabilitación de escaso éxito e incluso estancias en prisión.
El magistrado Mark Young, de la Corte Superior del condado de Los Ángeles (California, suroeste EE.UU.), certificó el final del periodo de libertad condicional en el que se encontraba Lohan por unos hechos que se remontan a agosto de 2007, cuando fue condenada a 4 años de cárcel por conducir borracha y por posesión de drogas.
Lohan, que tenía 21 años, pasó entonces poco más de una hora entre rejas por un arreglo extrajudicial que la obligaba a cambio a realizar trabajos sociales y recibir lecciones sobre las consecuencias del abuso del alcohol.
Quedó así en libertad condicional, que, en principio, debería haber terminado en 36 meses y que se complicó sobremanera dada la actitud rebelde de la actriz. El lustro que siguió, Lohan ingresó varias veces en centros de desintoxicación, fue acusada de dos atropellos y el robo de un abrigo de visón.
En 2010, cumplió 13 días de cárcel de una condena de 90 días por reiteradas violaciones de su libertad condicional. Esa fue su estancia más larga entre rejas de sus múltiples y breves visitas a penitenciarías de California, aunque tampoco eso le sirvió de escarmiento.
Su comportamiento errático la llevó a hurtar un collar en Los Ángeles en 2011, crimen por el que la juez Stephanie Sautner se mostró comprensiva después de sentenciarla a 120 jornadas de prisión y 480 horas de servicios comunitarios como limpiadora en un depósito de cadáveres.
Lohan apenas pasó 5 horas encarcelada y cumplió 35 días de arresto domiciliario, tiempo que aprovechó para organizar fiestas en casa, lo que irritó al tribunal.
En noviembre de 2012, la protagonista de “Chicas malas” (“Mean Girls”, 2004) fue acusada de agresión en un club nocturno en Nueva York, mientras que en Los Ángeles se enfrentó a cargos por conducción temeraria y mentir a un agente de Policía tras empotrar su automóvil contra un camión.
Lohan logró también sortear aquel escollo, pero su libertad completa dependía de cumplir las horas de trabajos comunitarios que tenía aún pendientes y, a estas alturas, ya había agotado la paciencia de los jueces.
Finalmente, la actriz, que ya tiene 28 años, tuvo que apurar los días para cumplir con las 125 horas de servicios sociales que tenía pendientes, una tarea que hizo a jornada completa durante las últimas dos semanas. “¡Misión cumplida! Terminé mi servicio a la comunidad”, publicó Lohan en su cuenta de Instagram el miércoles, la víspera de que su abogada Shawn Holley acudiera de nuevo ante el juez para tratar el caso de su conflictiva clienta.
“Ha estado con la condicional toda su vida de adulta, básicamente. Es fantástico que pueda pasar página”, explicó Holley visiblemente satisfecha a la entrada de los juzgados angelinos, donde se encontró con las cámaras del medio TMZ.
“Ha trabajado muy duro, once y doce horas al día. No sé dónde está ahora. Mi supervisión terminó cuando concluyó con su servicio comunitario. Estoy muy orgullosa de ella”, comentó la abogada, que la representa desde 2009, aunque no de forma continuada, y que aseguró sentirse como parte de la familia de la actriz.
Lindsay Lohan nació en Nueva York en 1986 en el seno de una familia que anhelaba la fama, y debutó en televisión en 1992. A los 12 años entró en nómina de Disney y lideró su primera película, “The Parent Trap”.
Luego llegaron los telefilmes que consagraron su popularidad y entre 2003 y 2006 estrenó 7 largometrajes y lanzó dos discos: “Speak” (2004) y “A Little More Personal” (2005).
Un currículo abrumador para una adolescente que reconoció que su rebeldía empezó como una forma de llamar la atención de sus padres.
El alcohol y sus problemas al volante han sido un denominador común en las andanzas de la actriz que en 2005, cuando aún era menor de edad, ya asistía a reuniones de Alcohólicos Anónimos y admitía ser bulímica y consumir drogas. Ese año se vio envuelta en sus primeros incidentes de circulación. Desde entonces, Lohan ha buscado la redención una y otra vez en los medios de comunicación que tanto la persiguen.
Fue portada de revista, posó desnuda y reiteró en entrevistas publicadas en 2006, 2007, 2008, 2010 y 2011 que ha “aprendido” de sus “errores” del pasado.
Este año estrenó un “reality”, “Lindsay: una nueva oportunidad”, un documental de 8 capítulos que la joven espera que simbolice un borrón y cuenta nueva. (EFE)
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