Poner un precio al carbono, especialmente a través de un impuesto, es “esencial” para limitar el cambio climático, estima la OCDE en un informe publicado este martes faltando seis semanas para la conferencia de París.
“La tarificación del carbono constituye un elemento esencial de las políticas de atenuación del cambio climático” porque “permite alentar la inversión en las tecnologías sobrias en carbono”, explica la organización, que presenta un inventario de las políticas estatales contra el cambio climático en sus 34 países miembros y diez países asociados.
Actualmente, “aunque la utilización de las fuentes de energía con baja proporción de carbono aumenta, la mayoría de los países siguen recurriendo a las energías fósiles”, fuertemente emisoras de CO2, para hacer funcionar sus economías, constata la OCDE.
El nivel de respaldo a estos combustibles (carbón, gas, petróleo) está “en descenso” pero “permanece elevado”. Al mismo tiempo, “una cantidad creciente” de países “utilizan tasas de carbono” para disuadir las emisiones de CO2. “Las emisiones cubiertas por este mecanismo siguen siendo bajas”, deplora sin embargo la organización.
Según la OCDE, las tasas de carbono son “implementadas o están en estudio a escala nacional o infranacional en quince de los países estudiados”. “Hubo avances notables” en la puesta en práctica de sistemas de intercambio de los cupos de emisión, que se están multiplicando.
Se implementaron especialmente en la Unión Europea, en varias ciudades y provincias chinas y en nueve Estados del Noreste de Estados Unidos y California.
Estos sistemas fijan un tope para las emisiones de gases con efecto invernadero, con cupos de emisión negociables.
En ese mercado del carbono, las empresas intercambian cupos de emisión de CO2 a cambio de dinero. Este dispositivo sólo es eficaz si el precio del carbono es lo suficientemente elevado como para ser disuasivo.
Pero los precios “siguen siendo bajos”, deplora la OCDE. “De momento, el bajo nivel de precios de los cupos no constituyó un incentivo suficiente para desencadenar los cambios estructurales necesarios para la transición hacia una economía sobria en carbono”, destaca.
La publicación del informe de la OCDE ocurrió al día siguiente del llamado de varios dirigentes internacionales, incluyendo los jefes de Estado de Francia y Alemania, François Hollande y Angela Merkel, para que se ponga un precio al carbono que encarezca el costo de las actividades contaminantes. AFP
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