Discriminación contra la Costa

Por: Cesar Lorduy.


Es inaudito que mientras en el mundo y en el interior del país el precio del gas natural está disminuyendo, en la Costa Caribe colombiana suba un 25 %.   Aunque resulte difícil de creer, eso es precisamente lo que ocurrirá a partir de diciembre de 2014, como consecuencia del marco regulatorio que diseñó la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG) con fundamento en la Resolución 089 de 2013.

De conformidad con la metodología diseñada por la CREG, el precio de compra de gas se incrementara de acuerdo con unos indicadores que reflejan los promedios de los precios de compra de gas natural en boca de pozo. Adicionalmente, la CREG estimó conveniente que deberían existir dos indicadores independientes, uno para la costa y otro para el interior del país. El problema radica en que el indicador del mercado de la costa se ve afectado por los precios de compra de gas natural de las generadoras termoeléctricas, que por la naturaleza de su actividad, pagan un precio superior al resto de los actores del país. Esto es lo que explica que el incremento del precio del gas natural en boca de pozo en la costa sea del 25% expresado en dólares, mientras que en el interior el indexador arroje una disminución del 3% expresado en dólares. En otras palabras, la costa resulta golpeada, simple y llanamente, porque la generación de la mayor parte de la energía termoeléctrica que le da respaldo a la totalidad del sistema eléctrico colombiano, se produce por las termoeléctricas ubicadas en la Costa Atlántica.

Es decir, que a pesar que el país entero se beneficia por el respaldo de las generadoras térmicas de la costa, son los consumidores de gas natural de la costa los únicos afectados por el efecto hacia el alza que tiene el consumo de las térmicas en los precios del gas natural. Sumado a esto, tenemos que agregar el efecto que por causa de la devaluación del peso frente al dólar conduce a que este incremento alcance, en pesos, hasta un 40%.

Esta situación, a todas luces inequitativa e injustificable, contra los consumidores de la Costa Caribe debe encender las alarmas en el poder central para que se tomen los correctivos e impedir que sea el bolsillo de los costeños el que pague los platos rotos por causa de un error en la regulación expedida por la CREG. Es en momentos como estos en que los costeños esperamos que nuestros representantes en el congreso den la lucha y dejen escuchar la voz de la región para reclamar y conseguir el trato equitativo al que tenemos derecho.

En el caso de la costa, esta nueva forma de indexar el precio reemplazó el precio regulado de la Guajira, que fue modificado por la CREG. Valga la pena recordar la promesa que en su momento el Ministerio de Minas le hiciera con bombos y platillos a los industriales de la costa en el sentido de que con la liberación del precio del gas y la nueva metodología para el cálculo del precio de este combustible que estaba ad portas de expedir, no habría incrementos significativos ni sobresaltos importantes de los costos. Los hechos están demostrando que aquella promesa resultó ser una ilusión, y la realidad que nos muestran las cifras es, por el contrario, un incremento importante y significativo. Si se hubiera mantenido el precio regulado de la anterior metodología, el gas de la Guajira costaría menos de 4 dólares por MBTU con tendencia a la baja, y no 5.40 dólares por MBTU como resultará de la nueva metodología. Esperamos que el ministerio no se quede quieto y salga a respaldar con hechos sus palabras, cambiando lo antes posible la forma como la metodología determina el reajuste de los precios del gas natural en boca de pozo por una que sea más equitativa con los usuarios de la costa atlántica o que distribuya los efectos de manera uniforme para todo el país.

A pesar de que el incremento en los costos del gas natural en boca de pozo afecta a todos los usuarios de la Costa Atlántica, será la actividad industrial una de las más perjudicadas. Este golpe llega en un momento más que inoportuno considerando el impacto que tendrá la reforma tributaria y la desaceleración que se observa en el crecimiento de la industria, lo que sin dudas, veremos reflejado en los planes de relocalización de nuevas industrias en la Costa Atlántica por una menor competitividad de la región.

La demanda que como región la costa le debe hacer al resto del país, es que se modifique de manera inmediata la metodología tarifaria para que esta no sea discriminatoria con la Costa Atlántica y le permita a la región ser más competitiva tanto con el interior como con el resto del mundo, y estamos seguros que en este propósito nos acompaña el Presidente Santos. (AFP)


 

 

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