Con Neymar poco, sin Neymar nada

 

Archivo. Noviembre 21, 2014. AFP PHOTO/ JOSEP LAGO

Archivo. Noviembre 21, 2014. AFP PHOTO/ JOSEP LAGO


Brasil dejó Chile con un balance lamentable y la dependencia de Neymar parece no tener cura. Si con el astro, la ‘canarinha’ no consiguió mostrar un buen fútbol, sin él fue un caos que condujo a la eliminación temprana de la Copa América.

Otra vez Paraguay, otra vez en cuartos de final: una historia repetida. Dunga y sus muchachos cayeron en la definición por penales 4-3 después de empatar 1-1 en los  en los 90 minutos.

Es el primer fracaso para el entrenador y el segundo para el combinado en poco menos de un año, después de la humillante goleada 7-1 de Alemania, que lo dejó fuera de “su” Mundial-2014.

Había suspicacia con este equipo, con Dunga. “Es inútil lamentarse, tenemos que trabajar mucho”, lanzó Dunga en la rueda de prensa después del partido.

Brasil vendía una evolución con sus 10 victorias consecutivas en amistosos, pero la ilusión se extinguió rápido en la Copa América con un fútbol poco convincente con un juego colectivo que funcionó muy esporádicamente.

Y una vez más, el astro Neymar -cerebro, corazón y músculo del once ‘canarinho’- no está en campo para sufrir en carne y hueso a eliminación. El ‘crack ‘ estaba en su casa de playa en Sao Paulo cumpliendo una sanción de cuatro partidos de suspensión por la gresca que inició en la derrota 1-0 frente a Colombia.

“Neymar es importante para el Barcelona, para la selección, tenemos jugadores de calidad, buenos jugadores. Falta un poco de experiencia, este torneo es importante para irnos ambientando a cómo se juega la eliminatoria”, dijo Dunga en la rueda de prensa después del fracaso.

Dos más:

Experiencia y más talento falta para este equipo en el que la única referencia es Neymar. Sin ir muy lejos, cuando Dunga ganó con Brasil el Mundial-1994 nombres como el de Romario, Cafú y Bebeto se recuerdan fácilmente hasta para quien no es un experto en fútbol.

Hoy es Neymar y el resto. Y la pesadilla aún no terminó para Dunga pues la seleçao sólo podrá jugar con el atacante en el tercer partido por las clasificatorias al Mundial-2018 de Rusia, que arrancan en octubre.

El jugador cumplió los dos primeros partidos de su sanción en Chile: ante Venezuela, en el último partido del grupo C, y luego ante Paraguay, que enfrentarán en la semifinal a la peligrosa Argentina de Lionel Messi.

El combinado regresó a Brasil este domingo de mañana. La próxima concentración será en setiembre para dos amistosos en Estados Unidos, uno de ellos contra Argentina en el llamado clásico de las Américas, informaron medios de prensa.

El fracaso en la Copa América dejó igualmente a Brasil fuera de la Copa Confederaciones, por primera desde que comenzó a ser jugada en 1997.

Los entonces dirigidos por Luiz Felipe Scolari ganaron (con Neymar en campo) la última edición en Brasil con goleada 3-0 sobre España, en otro destello de juego brillante que se esfumó en el Mundial (sin Neymar).

En cuatro juegos…

Brasil arrancó la Copa América con un triunfo sufrido frente a Perú con gol y asistencia de Neymar, que se echó el equipo encima.

Y después vino el segundo frente a Colombia, que rompió la ilusión de evolución en la nueva era Dunga.

Neymar fuera de sí, agobiado por problemas personas y frustrado con el equipo, y el resto invisible en el campo terminaron por sellar la victoria cafetera con gol de Jeison Murillo. Un pelotazo a Pablo Armero en medio de una pelea con rivales le costó la roja. Su sanción se agravó por haber insultado al árbitro chileno Enrique Osses en el vestuario, aunque lo niegue.

Quebada claro que si Neymar no brillaba, Brasil quedaba en tinieblas.

Antes de caer en la total oscuridad, mostró un juego correcto ante Venezuela, que aunque no tiene tradición de fútbol dio la pelea y casi empata en los descuentos. Neymar vio ese partido desde la tribuna antes de volver a Brasil.

Contra Paraguay, hubo destellos, el gol fue una jugada bonita de Robinho y Dani Alves; Philippe Coutinho también hizo algunas bonitas salidas pero sin ser determinante.

No hay constancia y antes de la próxima convocatoria, Dunga tiene tres meses para pensar, analizar, estudiar y armar algo mejor, con lo poco que cuenta. (AFP)


 

 

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