La inseguridad alimentaria severa continúa aumentando en la región con la cifra actual un 72% más alta en comparación con abril de 2020. Los resultados, que destacan el impacto duradero de la pandemia dos años después, muestran un deterioro en el consumo de alimentos y las dietas con un 25% de los encuestados comiendo menos de sus alimentos preferidos, un 30% que se salta comidas o come menos de lo habitual, y un 5% que se pasa un día entero sin comer.
El brote del COVID-19 podría afectar a la cadena de suministro de alimentos. Foto: WFP/Edward Johnson
“Tener la oportunidad de evaluar cómo la pandemia ha impactado los medios de vida y la seguridad alimentaria de más de 20.000 encuestados en los últimos dos años le ha brindado a la Secretaría de CARICOM datos invaluables que se utilizan para informar las prioridades regionales a corto y mediano plazo”, dijo Shaun Baugh, Gerente del Programa de Desarrollo Agrícola y Agroindustrial de la Secretaría de CARICOM.
Los altos precios de los alimentos continúan afectando la capacidad de las personas para permitirse una dieta nutritiva, con el 93% de los encuestados reportando precios más altos para los alimentos en comparación con el 59% en abril de 2020. Se espera que la crisis actual en Ucrania tenga un impacto aún más profundo en el costo de los bienes básicos y servicios en el Caribe.
“Como región que depende de las importaciones, el Caribe continúa sintiendo la tensión socioeconómica de la COVID-19 que ahora se ve agravada por el conflicto en Ucrania. Con la conclusión de la mayoría de los programas de asistencia de la COVID-19, se espera que muchas familias enfrenten un desafío aún mayor para satisfacer sus necesidades básicas de alimentación y otras necesidades esenciales en los próximos meses”, dijo Regis Chapman, Representante del WFP y Director de la Oficina Multi-País para el Caribe.
“A corto y mediano plazo aumenta la presión sobre los gobiernos para que identifiquen soluciones que garanticen que las familias puedan satisfacer sus necesidades esenciales. La innovación en los sistemas agroalimentarios y las cadenas de suministro regionales, junto con el apoyo continuo a los hogares más vulnerables, será esencial para mejorar la resiliencia de los sistemas alimentarios regionales para que los precios puedan mantenerse lo más estables posible”, agregó Chapman.
Junto con los últimos resultados de la encuesta, hay un tablero interactivo que permite la comparación entre diferentes rondas de encuestas y en varios países. También proporciona datos sobre el impacto de la pandemia en los medios de vida, el acceso a los mercados y la seguridad alimentaria por país en el Caribe.
CARICOM, WFP y otros socios continúan trabajando juntos para aumentar la resiliencia a los choques a través de una gestión de desastres, protección social y sistemas alimentarios más fuertes que sean más efectivos, sostenibles y receptivos para satisfacer las necesidades de los más afectados por las crisis.
La encuesta ha sido posible gracias al apoyo de la Unión Europea y de la Oficina de Asistencia Humanitaria de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
Nota publicada en WFP – Programa Mundial de Alimentos, reproducida en PCNPost con autorización.
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SOURCE: WFP
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