Reimaginar el futuro para cada niño: 3.-Invertir en la Salud Mental

¿Por qué tratamos la salud mental como si no fuese para tanto? ¿Por qué le decimos a una persona que está sufriendo que ‘le da demasiadas vueltas a las cosas’? ¿Por qué estereotipamos a las personas que padecen una enfermedad mental diciendo que están locos? Ya es hora de dejar a un lado esos estereotipos y aceptar que la salud mental es tan importante como la física. Tulika, 18 años, India.


Salud Mental Unicef

@Unicef


La COVID-19 ha centrado la atención en la salud mental de los jóvenes del mundo

Tulika lleva razón: la salud mental sí es para tanto, y es tan importante como la salud física. Esto es especialmente cierto durante la infancia y la adolescencia, el periodo en el que asentamos las bases de nuestras capacidades cognitivas y de aprendizaje, nuestra inteligencia emocional y nuestra resiliencia ante las situaciones de estrés.

Una vez más, la pandemia ha destacado lo vulnerables que son los niños y los jóvenes.

La COVID-19 ha alterado la vida de los niños de todo el mundo y ha interrumpido una serie de hábitos reconfortantes y habituales como ir a la escuela y jugar al aire libre. En el caso de los adolescentes, el aislamiento los ha privado de las conexiones sociales y entre compañeros que son tan decisivas en ese momento de la vida. Además, la cuarentena ha obligado a muchos niños que sufren el trauma de la violencia, el abandono o el abuso en su familia a quedarse encerrados con las personas que los maltratan, desprovistos de la ayuda que en circunstancias normales podrían brindarle la escuela, otros miembros de la familia o sus comunidades. La COVID-19 también ha interrumpido o suspendido los servicios de salud mental más importantes en el 93% de los países de todo el mundo.

Estos efectos se suman a unos daños que ya de por sí eran preocupantes. En la anterior carta que escribí, hablé sobre el aumento de los trastornos de salud mental entre los menores de 18 años, un periodo decisivo en el desarrollo de una persona joven. La mitad del total de los trastornos de salud mental se desarrollan antes de los 15 años, y el 75% lo hacen en las primeras etapas de la edad adulta. La mayor parte de las 800.000 personas que mueren por suicidio cada año son jóvenes, y la autolesión es la segunda causa principal de muerte entre las niñas de entre 15 y 19 años.

Por desgracia, un gran número de niños y jóvenes no buscan ayuda debido al estigma y la discriminación que rodean tanto al abuso como a los trastornos de salud mental. La salud mental recibe poca financiación en casi todas partes y los gobiernos deben tomar más medidas. Menos de un 1% de los presupuestos de salud de los países de ingresos bajos se destinan a la salud mental.

No obstante, ante la cantidad de obstáculos que encuentran los niños y los jóvenes para su bienestar mental, esta pandemia también ofrece la oportunidad de hablar de la salud mental de los adultos y los niños y obtener más información al respecto.

Qué se debe hacer:

Muchos jóvenes como Tulika están reclamando ayuda y debemos escuchar sus preocupaciones.

Algunos gobiernos ya lo están haciendo. En Bangladesh, Georgia y la India, los teléfonos de asistencia gratuita ofrecen atención y ayuda vital para los niños. El servicio Childline de la India recibió más de 92.000 llamadas pidiendo protección contra el abuso y la violencia en los primeros 11 días del confinamiento por la COVID-19, lo cual supuso un aumento del 50%.

En Kazajstán, donde se registra una de las mayores tasas de suicidio entre adolescentes del mundo, UNICEF creó una plataforma en abril de 2020 que ofrecía servicios de orientación individual en línea a los adolescentes, así como formación y educación para especialistas en salud mental como consecuencia de la ansiedad, el estrés y la incertidumbre que desencadenó la COVID-19. Más de 5.000 especialistas en salud mental y psicólogos de escuelas recibieron formación en tan solo tres meses. Otros programas del país promueven actividades que fomentan las relaciones sociales de los adolescentes a través de grupos de apoyo entre pares y conversaciones con los padres, a fin de acabar con la estigmatización de la salud mental y proporcionar comprensión y atención, aumentando, al mismo tiempo, las terapias y la ayuda.

Del mismo modo, distintas organizaciones del mundo están trabajando con los jóvenes para normalizar el acto de pedir ayuda relacionada con la salud mental a través de campañas e intervenciones de eficacia demostrada. Por ejemplo, a través de la iniciativa Time to Change, en el Reino Unido se está acabando con la discriminación de la salud mental gracias a la colaboración de los profesores, los administradores de las escuelas y los estudiantes en la tarea de entablar conversaciones, abordar el estigma y ayudar a los jóvenes.

Sin embargo, debemos esforzarnos más: los países deben destinar a este asunto las inversiones que merece, ampliar sustancialmente las ayudas y los servicios de salud mental dirigidos a los jóvenes en las comunidades y en las escuelas y servirse de los programas de crianza con el fin de garantizar que los niños de las familias vulnerables obtengan la asistencia y la protección que necesitan en su hogar.


Nota publicada en UNICEF para América Latina y el Caribe, reproducida en PCNPost con autorización.


Posts relacionados:

Las cinco oportunidades para los niños que debemos aprovechar ahora

Reimaginar el futuro para cada niño: 1.-Vacuna para todos

Reimaginar el futuro para cada niño: 2.-Revolucionar el aprendizaje

La salud mental de los adultos repercute en los niños y niñas

Salud mental representa entre el 1% y el 5% del presupuesto sanitario en América Latina

Ponle atención a tu salud emocional


 

SOURCE: Unicef

Debes loguearte para poder agregar comentarios ingresa ahora