Agua y hambre: Cuatro cosas que necesitas saber

Millones de niños y niñas sufren las consecuencias mortales de la sequía, como el hambre aguda, la malnutrición y la sed

Por: Leah Selim

Los conflictos, el cambio climático, y la reciente pandemia de COVID-19 están provocando crisis humanitarias masivas, dejando a millones de personas en riesgo de hambruna. Los niños son los más vulnerables durante los períodos de hambruna e inseguridad alimentaria extrema, y enfrentan una mayor probabilidad de desnutrición severa y muerte. Estas crisis también producen consecuencias irreversibles de por vida para los niños, lo que genera graves problemas en su salud y desarrollo.

Cuando hablamos de hambruna pensamos casi siempre en la carencia de alimentos. Sin embargo, con cada vez más frecuencia, estas crisis de alimentos atañen no solo a la seguridad alimentaria sino también al agua salubre, al saneamiento y a la atención de la salud, muy en especial la prevención y el tratamiento de las enfermedades. Esto se debe a cuatro razones que explicamos a continuación:

1. El agua y la malnutrición

El agua insalubre y el saneamiento deficiente pueden llevar a la malnutrición o hacer que empeore. “Por mucho que un niño malnutrido coma, no se pondrá bien si el agua que bebe es insalubre”, afirma Manuel Fontaine, Director de Programas de Emergencia de UNICEF. El agua insalubre puede ocasionar diarrea, que a su vez, al impedir que el niño obtenga los nutrientes que necesita para sobrevivir, puede llevarle a la malnutrición. Los niños malnutridos son también más vulnerables a las enfermedades que se transmiten por el agua, como el cólera. Se estima que el acceso inadecuado al agua, la higiene y el saneamiento básicos representa alrededor del 50% de la desnutrición mundial.


@UNICEF/UN0591240/Taxta


2. El cambio climático

El cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos, como sequías e inundaciones, pueden agotar o contaminar los suministros de agua. Esto amenaza tanto la calidad como la cantidad del agua de la que dependen comunidades enteras. A medida que las familias en áreas de estrés hídrico extremo compiten por fuentes de agua escasas o inseguras, se ven expulsadas de sus hogares, lo que aumenta su vulnerabilidad a las enfermedades.

A nivel mundial, más de 1.420 millones de personas, incluidos 450 millones de niños, viven en áreas de alta o extremadamente alta vulnerabilidad al agua. El Cuerno de África se enfrenta a la peor sequía que ha sufrido la región en 40 años. Tres temporadas de sequía consecutivas han obligado a cientos de miles de personas a abandonar sus hogares, han acabado con numerosas cabezas de ganado, han arrasado amplias zonas de cultivo y han agravado la malnutrición.

3. El conflicto

El conflicto es a menudo el factor principal que provoca la hambruna, ya que ejerce presión sobre los suministros de alimentos y agua, así como los sistemas de salud. Y con demasiada frecuencia, la dependencia humana del agua ha sido explotada intencionalmente durante los conflictos armados, haciendo que los recursos hídricos y los sistemas necesarios para suministrar agua potable sean objeto de ataques directos.

Casi todas las emergencias relacionadas con conflictos a las que ha respondido UNICEF en los últimos años han implicado algún tipo de ataque que obstaculiza el acceso al agua, ya sea intencionalmente dirigido contra la infraestructura hídrica o de manera incidental. Especialmente para los niños pequeños, las consecuencias de estas interrupciones pueden ser mortales. En conflictos prolongados, los niños menores de 5 años tienen 20 veces más probabilidades de morir de enfermedades diarreicas relacionadas con el agua no potable y el saneamiento que por la violencia en los conflictos.

4. Los desplazamientos

Cuando las personas tienen que abandonar sus hogares debido a los combates o a la sequía, los niños y las familias se hacen más vulnerables tanto a los abusos como a los riesgos para la salud. En los desplazamientos, los niños a menudo no tienen más remedio que beber agua insalubre. Los campamentos provisionales carentes de letrinas se convierten en focos para la propagación de enfermedades. Los niños, que ya de por sí son vulnerables y más susceptibles a las enfermedades, no suelen tener acceso a hospitales o centros de salud cuando están en tránsito.


Cómo ayuda UNICEF

El apoyo de UNICEF a los niños y sus familias incluye intervenciones inmediatas para salvar vidas y fomentar la resiliencia a largo plazo. Entre ellas cabe destacar:

  • Trabajar con los asociados en el fomento de la resiliencia de las comunidades afectadas por una vulnerabilidad hídrica alta o extremadamente alta con medidas como la extracción de agua subterránea. La perforación de fuentes fiables de agua subterránea podría transformar la vida de al menos 70 millones de niños y niñas del Cuerno de África que viven en zonas donde el acceso al agua es extremadamente precario.
  • Explorar una solución a más largo plazo mediante una serie de iniciativas regionales, como la implantación de fuentes de agua seguras y sostenibles que eviten las enfermedades, resistan los efectos del cambio climático y permitan a las familias permanecer en sus comunidades para que los niños puedan acceder a sus escuelas y a los servicios de atención primaria de la salud.
  • Establecer sistemas de vigilancia y alerta temprana con una información oportuna que ponga en aviso a los gobiernos y a las comunidades sobre los riesgos climáticos y medioambientales cada vez más graves, y que permita actuar rápidamente en caso de que se produzca un desastre.
  • En Somalia, UNICEF está trabajando con el Gobierno y sus aliados para poner en marcha intervenciones vitales como parte de su respuesta a la sequía. Entre estas intervenciones cabe destacarlas siguientes: el suministro de alimentos terapéuticos para tratar la malnutrición aguda, la administración de micronutrientes para hacer frente a las carencias de vitaminas y minerales, y la prestación de asesoramiento para alentar a las familias a adoptar prácticas de nutrición y salud en el hogar. Durante los tres primeros meses de 2022, UNICEF también ha proporcionado a unas 480.000 personas acceso temporal a servicios de agua de emergencia.
  • En 2021, UNICEF proporcionó a más de 3 millones de personas en Kenya acceso a agua potable para beber, cocinar y para la higiene personal, distribuyó suministros de agua, saneamiento e higiene, emitió mensajes sobre higiene para hacer frente a la COVID-19, impulsó la purificación del agua en el hogar, y promocionó la mejora de la higiene y del saneamiento.

Nota publicada en UNICEF para América Latina y el Caribe, reproducida en PCNPost con autorización.


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SOURCE: Unicef

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