¿Somos No.1? Depende.

Robert J. Samuelson.

WASHINGTON – A los norteamericanos siempre les han fascinado los ránkings mundiales. ¿Dónde estamos? ¿Cómo salimos en comparación con otras naciones? Nos gusta imaginarnos como el No.1: el equivalente nacional del jugador de fútbol americano, que levanta el dedo índice mientras cruza corriendo la línea del gol. Pero el sentido común nos indica otra cosa. Nos destacamos en algunas cosas, pero no en otras. Los últimos datos que comprueban esa idea provienen de un estudio masivo que recogió indicadores en una amplia gama de bienestar-desde ingresos hasta tiempo de ocio-en los países más avanzados.

En algunos indicadores, Estados Unidos va primero. Los ingresos familiares promedio, después de los impuestos, (incluyendo transferencias gubernamentales tanto en efectivo como en no-efectivo) suman unos 40.000 dólares; Noruega le sigue con casi 35.000 dólares. Entre los 29 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el promedio es 27.630 dólares. Pero Estados Unidos también está cerca de la cima en desigualdad de ingresos; eso significa que a los norteamericanos de clase media no les va tan bien como lo sugiere el promedio.

¿Qué obtienen los norteamericanos con sus ingresos extra? Mayores viviendas, para comenzar. Tanto en Estados Unidos como en Canadá, la casa promedio tiene casi 2,5 cuartos por persona, sustancialmente más alto que el promedio de la OCDE de 1,7. Italia, Corea del Sur y Estonia tienen menos de 1,5. Aunque las casas norteamericanas son más grandes que sus homólogas extranjeras, los norteamericanos gastan menos de sus ingresos en la vivienda (alrededor del 17 por ciento) que la mayoría de las otras nacionalidades. El promedio de la OCDE es alrededor del 20 por ciento.

Los datos mundiales confirman el estereotipo del norteamericano como un adicto al trabajo. Alrededor de 1 de cada 8 trabajadores norteamericanos reporta que pasa habitualmente 50 horas por semana en el trabajo. En Europa, la proporción es generalmente menos de 1 de cada 20. En los Países Bajos, baja a 1 en cada 250. De la misma manera, los norteamericanos dedican menos tiempo al “ocio y el cuidado personal”, incluyendo el sueño, que la mayoría de los europeos. Aquí, los franceses son los campeones. Pasan unas 16,5 horas por día dedicados a sus necesidades e intereses personales; la cifra comparable en Estados Unidos es dos horas menor, 14,5.

El informe, llamado “¿Cómo le va en su vida? Medición del bienestar,” es compilado por la OCDE cada dos años y fue publicado por primera vez en 2011. Cubre principalmente a los países ricos, aunque también incluye naciones más pobres (México y Turquía, por ejemplo). Algunas comparaciones son confusas o aparentemente contradictorias.

Tomemos por ejemplo la criminalidad. En asesinatos, Estados Unidos está alto, con unos cinco asesinatos cada 100.000 habitantes; entre los países de la OCDE, sólo México está más alto (con casi 25 por cada 100.000 habitantes) y la mayoría de los países europeos están mucho más abajo (con uno o dos por 100.000 habitantes.) Pero sólo un 2 por ciento de los norteamericanos informa haber sido agredido en un año, cifra entre las más bajas del estudio y alrededor de la mitad del promedio de la OCDE de 4. El contraste no puede explicarse fácilmente.

Un área en que Estados Unidos no sale bien parado en los ránkings de la OCDE es la del bienestar de los niños. Alrededor del 20 por ciento de los niños norteamericanos vive en la pobreza, la que–tal como la define la OCDE–significa criarse en una familia con menos de la mitad del ingreso medio de la población total. En cambio, el promedio de la tasa de pobreza para los niños de la OCDE es 13,7 por ciento. En el vecino Canadá, es 14,5 por ciento. Sin embargo, cuando se juzga simplemente por la cantidad de ingresos, los niños norteamericanos viven en familias relativamente ricas.

Aún así, en muchos otros indicadores los niños norteamericanos están abajo. Más de un tercio de los niños norteamericanos entre 11 y 15 años de edad es obeso, la tasa más alta entre los países de la OCDE y dos veces el promedio. Después de México y Chile, Estados Unidos tiene la tasa más alta de nacimientos para mujeres adolescentes de entre 15 y 19 años. La competencia en lectura para los de 15 años está estancada en el promedio de la OCDE. En cuanto a los niños, la OCDE concluye que “Estados Unidos, Polonia y Turquía están en el tercio peor de desempeño.”

Sin duda, no somos No.1.


© 2015, The Washington Post Writers Group


 

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