Sin pelos en la lengua

Por: Andrés Quintero Olmos.

He estado en las últimas semanas por fuera del país, tanto en países latinoamericanos como europeos. Desde estos existe el mismo constato mediático sobre nuestra situación: el país va bien y el proceso de La Habana traerá paz. Sin embargo, los extranjeros siempre preguntan si es cierto lo que dicen los medios.

Si hay algo que reconocerle a este Gobierno es su capacidad de “inception”, es decir, su capacidad de crear en las mentes de las personas la idea de que el país va bien. Lo hizo impecablemente con las pasadas elecciones presidenciales, sobre todo en cuanto al pajazo mental de la palomita blanca, y lo ha venido haciendo con su exitosa diplomacia que parte más de La Habana que de Bogotá.

Si uno es un empresario extranjero y quiere venir a invertir cuantiosas sumas en el país, el actual Gobierno no le propondrá estabilidad jurídica o tributaria, infraestructura avanzada o libre competencia, pero sí le prometerá paz con las FARC. Triste que hemos llegado a un nivel tal de desgobierno que todo reposa sobre la ficción de la paz, confirmado hoy en día por las encuestas donde el Gobierno se raja en todo.

Algunos pocos habíamos advertido, desde hace ya varios años, la difícil situación económica que se venía por la intensa derrocha presupuestal e ineficiencia del Gobierno en tiempos de alto precio de petróleo. Pero pocos nos pararon bolas porque al mismo tiempo rechazábamos las conversaciones con las guerrillas, a sabiendas que discutir de tú a tú con terroristas era perder el tiempo y deslegitimar aún más nuestra imperfecta democracia.

Criticar a este Gobierno y a su Unidad Nacional no ha sido fácil. Los que lo hemos hecho sin titubeos, como por ejemplo denunciando la grandísima compra de voto que se organizó el año pasado, hemos sido calificados y excluidos del debate con insultos y amenazas.

Entretanto, nuestra región Caribe está sobrerrepresentada en el Senado en relación a las otras regiones, con mínimo 8 senadores más de lo que nos toca. Pero nadie aquí se sorprende y/o escandaliza. Todo el mundo haciéndole pleitesía a los próceres que nos gobiernan, a pesar de que hayan comprado la gran mayoría de sus votos, en pro de la reelección de sus contratos. ¿Por qué los medios de nuestra región no han profundizado sus investigaciones ante este gran fenómeno ilegal? ¿Y la justicia?

Y mientras tanto, Santos dice que en su Gobierno no existe la corrupción porque él no tiene a un exministro de Agricultura condenado a 17 años de cárcel por haberse robado cero punto cero pesos. ¿En qué país vivimos?

Así que sí, cuando me preguntan cómo va mi país en el extranjero respondo sin pelos en la lengua que vamos mal, si es que un día hemos estado bien, y que Santos no es más que otro presidente que ha intentado gobernar y conseguir la paz desde Rosales, Bogotá.

Dos últimas cositas: la ministra de educación debería estar educando, pero ¿cómo poder educar si uno es maleducado? Y si la palabra “gay” es una palabrota, “heterosexual” es un insulto, pero como la música la hace el tono, todo cae al abismo.


 

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