A cambiar el chip

Por: Samuel Azout.

El problema no está en las nuevas ideas, sino en las viejas que se ramifican por todos los rincones de nuestro cerebro: J.M. Keynes.


La medición más importante de la salud de una economía es el crecimiento de su Producto Interno Bruto (PIB)[1]. Eso es lo que nos inculcaron por décadas. La curva de Kuznets[2] dominó el pensamiento económico durante la segunda mitad del siglo XX. Por eso, trimestre tras trimestre los gobiernos, el Fondo Monetario, las organizaciones multilaterales, los inversionistas y los analistas esperan con ansiedad el dato de crecimiento del PIB. Cuando este crece, los gobiernos reciben aplausos y cuando cae, los gobiernos reciben críticas.

La idea de medir el avance de una sociedad en términos de su crecimiento económico siempre ha tenido contradictores en la academia, pero cada vez más personas comunes se preguntan: ¿Crecimiento de qué? ¿Para quién? ¿Qué costos tiene? ¿Quién lo paga? ¿Cuánto es suficiente?

La realidad es que el excesivo énfasis en crecimiento es responsable de la extinción del 50% de los mamíferos, reptiles, aves, anfibios y peces sobre la tierra. La economía sigue ejerciendo presión negativa sobre los bosques naturales, sobre el crecimiento de dióxido de carbono en la atmósfera y sobre los ecosistemas acuáticos. Por su lado, la realidad social solo mejora marginalmente.

Hoy en día, una de cada siete personas en el mundo está desnutrida, una de cada seis no tiene acceso a energía eléctrica, una de cada cinco vive con menos de $1.25 dólares al día, y uno de cada 8 jóvenes no puede conseguir empleo. Estos indicadores demuestran lo profundamente desigual e insostenible que es el camino actual al desarrollo[3]. ¿Será el momento de re pensar nuestro modelo económico?

Es exactamente lo que sugiere Kate Raworth[4], la autora del extraordinario libro Doughnut Economics.  En su libro, la Dra. Raworth propone la colocación de límites dentro de los cuales la economía global debe operar. Estos límites incluyen niveles máximos de contaminación del aire, degradación de la capa de ozono, acidificación de los océanos, y afectación a la biodiversidad, entre otros.

Además de límites máximos de degradación ambiental, la Dra. Raworth establece bases sociales mínimas.  Así como hay un techo ambiental para la utilización de recursos, hay un piso mínimo de privaciones humanas.

Son once condiciones mínimas a garantizar para el ser humano incluyendo nutrición, salud, agua, educación, trabajo, habitabilidad, energía y voz política. Entre el piso social y el techo ambiental está el donut, el espacio seguro y justo para la humanidad.

Bajo este marco, el concepto del desarrollo económico cambia radicalmente. De acuerdo a Raworth las políticas públicas deben cambiar para empezar a incluir en sus mediciones los bienes y servicios que se proveen fuera de la economía monetaria, como la economía del cuidado, por ejemplo.

La creación de riqueza debe medirse no solo en términos de riqueza financiera, sino humana, social, natural y ambiental. Además, es primordial analizar la distribución de esta riqueza, más que al promedio o a los valores agregados de la misma. Se trata de cambios grandes e importantes en el corazón de la política pública. Es un nuevo paradigma.

No resulta nada fácil introducir estas ideas en Colombia y Latinoamérica, donde tradicionalmente hemos visto el crecimiento de la economía como la solución a todos nuestros problemas. Seguimos sumergidos y polarizados en el estéril debate entre Estado y Mercado, cuando lo que necesitamos es cambiar el chip, es decir, introducir un concepto más mucho amplio del desarrollo que incluya equidad social y sostenibilidad ambiental.

De seguir adictos al crecimiento del PIB como la meta máxima del desarrollo continuaremos destruyendo el irreemplazable planeta y ampliando las brechas sociales.

El libro Doughnut Economics de Kate Raworth nos invita a cambiar el chip y pensar como economistas del siglo XXI.


[1] Es el total de bienes y servicios producidos en un país durante un período de tiempo determinado.

[2] La curva de Kuznets es una representación gráfica de una hipótesis planteada por Simón Kuznets consistente en que a medida que se van desarrollando los países el ingreso se concentra y la distribución del ingreso empeora. Luego, con el crecimiento económico dicha desigualdad se nivela.

[3] Raworth, Kate, Doughnut Economics, Chelsea Green Publishing, 2017.

[4] [4]Kate Raworth es investigadora en Oxfam en Gran Bretaña enfocada en re pensar el desarrollo económico global, límites planetarios, inequidad social, y nuevas mediciones sobre el desarrollo.


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