Restaurar la dignidad y los medios de vida después de la crisis en el Caribe

Casi un año atrás, el Caribe se vio devastado por una serie de huracanes catastróficos. Después del huracán Irma, casi la totalidad de la población de Barbuda, una pequeña isla del Caribe oriental, tuvo que desplazarse hacia Antigua, su isla gemela. En Dominica, el huracán María arrasó cultivos, equipos e infraestructura.

Cuando una crisis se abate sobre la población, las mujeres y las niñas se ven expuestas al riesgo en una medida desproporcionada. Ven amenazados sus medios de vida y enfrentan mayores riesgos de violación, explotación sexual y otras formas de violencia. También son más propensas a hacer sacrificios para proteger a su familia, por ejemplo, comiendo menos para que los demás no pasen hambre.

En sus esfuerzos por asegurar que las mujeres se beneficien de la respuesta humanitaria en el Caribe, y a la vez que aporten a ella sus conocimientos y experiencia, ONU Mujeres ha estado trabajando con sus socios en la etapa inmediatamente posterior a las tormentas, y también a más largo plazo.


huracán Irma ONU Mujeres

Grupo de Agricultoras del Noreste. Foto: ONU Mujeres/Sharon Carter-Burke


Promover la dignidad en la respuesta de emergencia

En el período inmediato que siguió al huracán Irma, gracias a una iniciativa conjunta de ONU Mujeres y el UNFPA, se inició la distribución de “kits de dignidad”, con artículos básicos de salud e higiene que se entregaron a las mujeres y niñas desplazadas de la isla caribeña de Barbuda a su llegada a Antigua.

Al verse forzadas a dejar su hogar, estas mujeres y niñas necesitaban artículos básicos de salud e higiene, como jabón y toallas sanitarias, que no suelen encontrarse en los paquetes de socorro.

“Había una necesidad enorme de [kits de dignidad]… pues [aunque] se realizó una distribución masiva de varios productos y artículos [de ayuda], no se hizo gran hincapié en los artículos sanitarios que las mujeres y las niñas necesitaban en particular,” explicó Farmala Jacobs, Directora Ejecutiva interina de la Dirección de Asuntos de Género, el organismo nacional de Antigua y Barbuda que se ocupa de la problemática de género.

En el centro de distribución de ayuda, mientras ella hablaba con las coordinadoras y los coordinadores del socorro, las mujeres desplazadas se le acercaban corriendo, porque habían oído hablar del contenido de los kits de dignidad y buscaban toallas sanitarias y otros productos que las mujeres y las niñas necesitaban con urgencia.

Seguridad en los refugios

Dada la presencia de muchos residentes de Barbuda refugiados temporalmente tras la tormenta, las mujeres y las niñas necesitaban protección frente a la violencia de género en estos refugios atestados.

ONU Mujeres trabajó con vistas a implementar pautas y protocolos para compartir los recursos y espacios dentro de los refugios, de modo tal de garantizar la seguridad de las mujeres y las niñas.

Mientras distribuían los kits de dignidad, Farmala Jacobs y su equipo observaron los refugios y elevaron toda preocupación a las coordinadoras y los coordinadores, para hacer posible la elaboración de protocolos y medidas apropiados.

Restaurar los medios de vida

Tras el paso del huracán María por Dominica, país insular, en septiembre de 2017, el 76 % de las mujeres agricultoras comunicaron haber sufrido enormes pérdidas. Además, algunas mujeres no pudieron regresar de inmediato a su trabajo por el daño causado también a sus hogares.

“¡Perdimos los medios para ganarnos la vida! Con los ingresos que conseguimos de la agricultura, las mujeres alimentamos a las familias y podemos escolarizar a nuestras hijas e hijos. Mucha gente tuvo que empezar de cero. Yo misma tuve que empezar de cero,” afirmó Jennifer Pascal, Vicepresidenta del Grupo de Agricultoras del Noreste.

Lo que ella y otros necesitaban en lo inmediato no eran donaciones, sino asistencia para volver a ponerse de pie y trabajar. Pedían semillas de ciclo corto para tener nuevamente un cultivo que pudieran vender en menos de dos meses.

ONU Mujeres apoyó a los grupos de agricultoras para conseguir mano de obra y equipos de modo tal que sus fincas pudieran volver a producir. La evaluación de las necesidades tras casos de desastre que realizó ONU Mujeres se utilizó como base de su programa de apoyo a Dominica, pero también actuaron otros agentes de desarrollo, como el Banco Mundial y el Gobierno nacional en sus esfuerzos por reconstruir el país.

Eileen Lloyd, del Grupo de Agricultores de Bellevue Chopin, está feliz de contar con las nuevas herramientas, las semillas y el apoyo de mano de obra agrícola que aportó ONU Mujeres.

“Fue sencillamente una bendición. Después del huracán María, era muy difícil conseguir semillas, y luego nos prometieron semillas y herramientas de ONU Mujeres… les agradecemos que nos las hayan entregado,” aseguró Lloyd.

“Haremos un buen uso [de esta contribución]. Después del huracán María, estamos volviendo a ponernos de pie… nos aseguraremos de contar con alimentos suficientes para aportar a nuestro país,” dijo una de las voceras del Grupo de Agricultoras del Noreste.


Nota publicada en ONU Mujeres, reproducida en PCNPost con autorización


Posts relacionados:

Irma: el huracán de la desigualdad

Huracán Irma: Haití y República Dominicana afrontan “el día de después”

Dignidad en la Lucha contra la Pobreza

El liderazgo de la dignidad


 

SOURCE: ONU Mujeres

Debes loguearte para poder agregar comentarios ingresa ahora