Desde mi perspectiva: “Una mujer puede y debe poder trabajar”

En lo profundo de la comunidad rural de Karak se encuentra la aldea de Taibeh, donde Mona Ahmed Alqkla, de 39 años, encontró un lugar seguro para su familia hace siete años tras huir del conflicto en Dara’a, Siria. Nunca tuvo la oportunidad de trabajar, hasta ahora. Recientemente se sumó como modista al programa de voluntariado basado en incentivos, en el Centro Oasis en Taibeh, creado por el Ministerio de Desarrollo Social, en colaboración con ONU Mujeres, en marzo de 2019.


trabajar mujer ONU Mujeres

Mona Alqkla Ahmed, de 39 años, ha encontrado una oportunidad de voluntariado basado en incentivos como modista en el Centro Oasis de ONU Mujeres, en Taibeh. Foto: ONU Mujeres/Lauren Rooney


Por: Mona Ahmed Alqkla

Salí de Dara’a hace siete años después de huir con mi familia. Tuvimos que salir antes de que la guerra desintegrara nuestra familia. La guerra es difícil de imaginar, a menos que una la haya vivido. Es aterradora. Nunca se la desearía a nadie.

Primero vivimos en el campamento de personas refugiadas de Za’atari durante cinco meses, pero las condiciones resultaron ser demasiado difíciles para mi familia. Tomamos la decisión de seguir movilizándonos hasta que encontramos un lugar en Karak.

Siempre quise trabajar, pero era difícil. Es difícil encontrar un trabajo que acomode las necesidades de una mujer y su familia. Mi hija mayor necesita atención debido a su salud mental, lo que significaba que yo no podría ocupar un puesto de trabajo a distancia.

Este año tomé la decisión de matricularme en el Centro de Mujeres [Oasis] como modista. Cuando me aceptaron en el programa, me puse muy nerviosa, pero a la vez muy contenta.

Gracias al programa Oasis y las oportunidades que ofrece, ahora tengo acceso a servicios de guardería, a un subsidio de transporte y gano un ingreso para mi familia. Lo más importante para mí es que ahora puedo pagar la terapia de mi hija.

Muchas refugiadas sirias en mi vecindario piensan que las mujeres no deberían trabajar; sin embargo, después de tener esta oportunidad, quiero mostrarles que una mujer puede y debe poder trabajar y mantener a su familia.

En los tres meses que llevo aquí, ¡he aprendido mucho! Mi sueño es un día abrir mi propio taller de costura. Y, ahora que tengo las habilidades que ello exige, me he comprado una máquina de coser para usarla en casa, y hasta le estoy enseñando a mi marido a coser. Quizás algún día tengamos una tienda de familiar”.


ODS 5: Igualdad de género

ODS 8: Trabajo decente y crecimiento económico

Mona Ahmed Alqkla es una refugiada siria que vive en Taibeh, Jordania, donde el Ministerio de Desarrollo Social, en colaboracióncon ONU Mujeres, ha creado un Centro Oasis que ofrece formación y servicios de empoderamiento económico a mujeres y niñas sirias y jordanas, e involucra a hombres y niños a fin de mejorar las dinámicas de género. El programa ha recibido un generoso financiamiento del Gobierno de Australia.


Nota publicada en ONU Mujeres, reproducida en PCNPost con autorización


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SOURCE: ONU Mujeres

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