Obama en Cuba: cuando la tierra tiembla

Por: Marianela González.

Oxfam logoQuienes viven en La Flora (Baracoa, Guantánamo) no tienen ni idea de que La Habana hierve en estos días de marzo. La primera visita de un presidente estadounidense a Cuba en 88 años ha sido el centro de atención de las últimas semanas en la capital del país, y las más diversas interpretaciones salen de los bancos de parques, escuelas, esquinas de barrios, barras de bares.

Pero al otro extremo de la Isla, a destiempo de las rutas políticas (inter)nacionales, la agenda es la que se vive todos los días; y el cambio, los modos en que se reciclan las motivaciones y los tiempos de su gente.


La Playita, en Baracoa, es una de las comunidades más vulnerables de la ciudad ante fenómenos naturales y concentra altos riesgos sociales frente a las políticas macroeconómicas en curso en la Isla. Foto: Marianela González / Oxfam en Cuba

La Playita, en Baracoa, es una de las comunidades más vulnerables de la ciudad ante fenómenos naturales y concentra altos riesgos sociales frente a las políticas macroeconómicas en curso en la Isla. Foto: Marianela González / Oxfam en Cuba


Aquí, ese ‘plan familiar’ se diseña con los vecinos y las vecinas, los amigos y las amigas, que es aquí la misma cosa. Marlene, Voluntaria de Cruz Roja

“La gente del interior”, les dicen en La Habana 

La que separa los dos extremos de Cuba es una brecha que no hace titulares, pero que marca frontera entre el país “de moda” y el que escapa a la vista del turismo común. Una especie de tercera falla sísmica que, junto a las dos que ya aprietan el extremo Este de la Isla, concentran alrededor de un triángulo al Oriente cubano y hacen salir la energía de los sitios más insospechados.


En La Flora, Baracoa, voluntarias de la Cruz Roja Cubana, acompañadas por OXFAM y otras organizaciones locales y extranjeras, hacen notar el alto riesgo sísmico que se concentra en la ciudad. Foto: Marianela González / OXFAM en Cuba

Foto: En La Flora, Baracoa, voluntarias de la Cruz Roja Cubana, acompañadas por OXFAM y otras organizaciones locales y extranjeras, hacen notar el alto riesgo sísmico que se concentra en la ciudad y los modos en que la vulnerabilidad se expresa de formas diferenciadas en mujeres y niñas, personas con capacidades diferentes, ancianos y ancianas.


—“¿Qué podría pasar con la gente que vive en las calles o muy alejados de la ciudad si no recibe una preparación como esta?”— es lo que preocupa a Yarima, de 29 años y madre de dos, cuando voluntarias de la Cruz Roja Cubana, acompañadas por el equipo de Oxfam, la capacitan ante el altísimo riesgo sísmico de la ciudad.

“La gente del interior” puede no tener idea de cómo La Habana hierve imaginando la visita de Obama. Mientras, La Habana que hierve puede estarse perdiendo el potencial transformador que se libera aquí cuando la tierra tiembla.

Terremoto Obama:

Desde el 17 de enero de este año, la tierra tiembla en Santiago de Cuba, Guantánamo y Baracoa con frecuencias poco usuales. Quienes viven en la zona de mayor riesgo sísmico del país, entre las fallas Oriente y La Española, recuerdan bien la fecha del terremoto de Haití en 2010 y cómo tuvieron que correr a las montañas sin nada previsto, dejando detrás todo lo que tenían.

Si tuviera que ponerle nombre a uno de esos temblores, como a los huracanes y ciclones tropicales tan comunes en el Caribe, Rosita, de Baracoa, elegiría “el de alguien famoso “pero lejano”, como Picasso, los Beatles… ¡Obama!” —ríe. Así “sonaría como un chiste, como si no fuera cierto”.

A esta mujer con discapacidad visual la conoce todo Baracoa. Y la conoce también, sin saberlo, casi toda Cuba. Durante años, compuso canciones que transitaron con éxito por espectáculos y concursos infantiles de televisión muy populares a finales de los 90 e inicios de los 2000. Hoy, es su casa el sitio donde se reúnen personas con capacidades diferentes de toda la comunidad para conformar un “plan familiar” ante el riesgo sísmico: el centro de un tejido social que se arma como mecanismo de defensa. Un tejido que les incluye.


A Rosita la conoce todo Baracoa. Su casa es centro de un tejido social que incluye a personas con capacidades diferentes y que les fortalece para reducir sus vulnerabilidades. Foto: Marianela González / Oxfam en Cuba

Foto: A Rosita la conoce todo Baracoa. Su casa es centro de un tejido social que incluye a personas con capacidades diferentes y que les fortalece para reducir sus vulnerabilidades.


El país de verdad:

“Aquí, ese ‘plan familiar’ se diseña con los vecinos y las vecinas, los amigos y las amigas, que es aquí la misma cosa…”, cuenta Marlene, voluntaria de Cruz Roja.

Desde hace cerca de dos años, ella es facilitadora ante las comunidades baracoenses del proyecto Ciudades Preparadas y Alertas ante el Riesgo Sísmico en el Oriente Cubano, cofinanciado por la Unión Europea-DG ECHO y acompañado por Oxfam, Care y Handicap Internacional, junto a organizaciones y asociaciones cubanas.

Además de su rol como profesional en el hospital local, esta joven dedica al menos tres tardes o noches por semana a sensibilizar a las personas en las zonas más vulnerables de la ciudad: La Flora, La Playita, la comunidad cercana al viejo estadio de baseball…
Las comunidades “le dan otro sentido a Baracoa: un sentido que no se ve”, dice Marlene.

Cuando trabaja con Rosita y muchísimas otras personas con capacidades diferentes en la ciudad, mujeres, niños y niñas, ella siente que “aterriza”: “El país de verdad es el que nos encontramos cuando nos subimos las mangas de las camisas y metemos las manos dentro de las realidades de la gente, en sus vidas cotidianas. Ahí encuentras que hay muchísimas necesidades, pero un potencial de transformación que te cambia la vida”.

En Baracoa, la tierra tembló por última vez hace poco menos de un mes. En Santiago de Cuba se siguen reportando movimientos perceptibles. También en Guantánamo. La Habana queda fuera de la falla, pero por estos días, Obama la mueve.


El suelo hierve en la Isla por razones distintas:

Voluntarias de la Cruz Roja Cubana, como Marlene, encuentran en el trabajo de sensibilización comunitaria un modo de “aterrizar” en su propia ciudad. Un ejercicio de ciudadanía. Foto: Marianela González / Oxfam en Cuba

Voluntarias de la Cruz Roja Cubana, como Marlene, encuentran en el trabajo de sensibilización comunitaria un modo de “aterrizar” en su propia ciudad. Un ejercicio de ciudadanía.


Oxfam en Cuba

Desde 1993, Oxfam acompaña a los cubanos y las cubanas, sus organizaciones y asociaciones, y a los gobiernos locales, en procesos que garanticen la reducción de brechas de equidad y la resiliencia de las comunidades. La región Oriental del país, donde se concentran las mayores vulnerabilidades ante el cambio climático y los fenómenos naturales, así como los principales riesgos sociales de las políticas y reformas económicas, sigue siendo el principal anclaje de sus acciones. 


Nota publicada en Oxfam, reproducida en PCNPost con autorización


 

SOURCE: Oxfam

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