Nueva cumbre en Nueva York en busca de un nuevo impulso para Acuerdo de París

Por: Ivan Couronne.

En un palacio de Nueva York que perteneció a Donald Trump en la década de 1990, Emmanuel Macron y algunos líderes mundiales se reúnen este miércoles para reactivar el Acuerdo de París sobre el clima, una vez más sin el presidente de Estados Unidos.

El presidente francés quería hacer de esta “One Planet Summit” (Cumbre de un solo planeta), organizada conjuntamente con el Banco Mundial y la ONU, una reunión anual de movilización, después de la primera edición que convocó a medio centenar de jefes de Estado y de gobierno en París en diciembre pasado.

“Estamos perdiendo la batalla”, dijo entonces el presidente francés.


Unión Europea clima Acuerdo de París

Archivo. Noviembre 29, 2015. AFP PHOTO / JOHN MACDOUGALL


Diez meses más tarde, a pesar de la seguidilla de anuncios, acciones y cumbres en Bonn (mayo), Bangkok y San Francisco (septiembre), el panorama no es muy optimista: “Los países no están a la altura de las promesas”, dijo la el lunes la responsable de los temas climáticos de Naciones Unidas.

El alarmismo está asegurado desde ya para la próxima conferencia climática de la ONU en diciembre en Polonia, país en el que el martes, por cierto, se aprobó la construcción de una central eléctrica de carbón.

La segunda One Planet Summit tendrá lugar la tarde de este miércoles en el Plaza Hotel de Nueva York, en paralelo a la Asamblea General de la ONU.

Cerca de treinta dirigentes y ministros han confirmado su asistencia a la convocatoria francesa, entre ellos los presidentes de México y Ruanda, los jefes de los gobiernos español, danés y noruego, el viceministro de Asuntos Exteriores chino, así como líderes de algunas islas del Pacífico, cuyas costas están amenazadas por el aumento del nivel de los océanos.

Por la mañana, en el mismo lugar, el filántropo multimillonario Michael Bloomberg, detractor de Donald Trump y eterno candidato no oficial a la Casa Blanca, convocó un foro empresarial centrado en la economía, el medio ambiente y la lucha contra la pobreza, al que se sumaron la primera ministra británica Theresa May y otros dirigentes.

“Nuestro éxito se medirá en los meses y años próximos”, dijo Michael Bloomberg, quien también es el enviado climático de la ONU.

Sin dinero

En el transcurso del día, se anunciarán millones y millones de dólares destinados a nuevas medidas para “descarbonizar” la economía mundial, ayudar a los países vulnerables y financiar la transición ecológica de los países en desarrollo, particularmente en Asia y en África.

Pero estos compromisos, pese a parecer muy concretos, representan solo una parte del esfuerzo necesario para limitar el aumento de la temperatura global a 2°C respecto a la década de 1880. La Tierra ya está 1° más caliente que entonces.

Y aunque un grado parece poco, es suficiente para derretir una parte monumental del hielo de los polos. Un estudio publicado en la revista Nature estima que un aumento de 2°C, un escenario deseable en esta etapa, derretiría una porción del casco glaciar de la Antártida que haría que el nivel del mar se eleve cuatro metros en unos pocos siglos.

Apenas la tinta de la firma se secó, el Acuerdo de París perdió impulso.

Donald Trump anunció en junio de 2017 la retirada de Estados Unidos -lo que se concretará en noviembre de 2020-, y de hecho ya ha abandonado los objetivos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero establecidos por su predecesor, Barack Obama, anulando o comprometiéndose a anular no menos de 76 leyes o regulaciones ambientales, según un recuento realizado por investigadores de Harvard.

En Australia, el proyecto para convertir el compromiso climático en ley está muerto y le costó su cargo al ex primer ministro, a expensas del partido conservador.  Y en Brasil, el favorito de la primera vuelta en las elecciones presidenciales de octubre, el derechista Jair Bolsonaro, dijo que sacaría a Brasil del pacto internacional si es elegido.

El acuerdo preveía también que los países ricos aportaran 100.000 millones de dólares al año a un Fondo Verde de la ONU destinado a los países directamente amenazados por el aumento del nivel del mar, la desertificación u otros eventos climáticos.

Solo 10.000 millones han sido aportados hasta ahora. Estados Unidos había prometido 3.000 millones, pero dio 1.000 millones, bajo la presidencia de Obama. Donald Trump canceló el saldo.


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