Promover una agenda de las habilidades del siglo XXI que necesitan los jóvenes de hoy

Por: Matt Hobson y Nicole Goldin.

Voces Banco MundialEn el Día Mundial de las Habilidades de la Juventud (julio 15), reconocemos que existen millones de jóvenes que están cayendo en el olvido en vista de un “déficit de habilidades”, una falta de correspondencia entre las competencias que ellos han adquirido y las requeridas por los empleadores en la actualidad.

Uno podría esperar que los jóvenes desarrollaron habilidades esenciales para la vida cotidiana y el mundo del trabajo durante su adolescencia por tratarse de factores determinantes básicos fundamentales.

Sin embargo, demasiados jóvenes simplemente no están adquiriendo las habilidades y competencias que les permitirían tener éxito en el lugar de trabajo en la actualidad. Y, cuando los jóvenes son dejados de lado, una economía completa puede verse afectada. Los empleadores, periódicamente, informan que las dificultades para conseguir trabajadores con las habilidades adecuadas constituyen un obstáculo para lograr una mayor productividad.


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El acceso a capacitación de buena calidad y el desarrollo de competencias pertinentes para el mercado laboral cumplen una función clave en los esfuerzos destinados a encontrar soluciones al empleo juvenil. Esto es especialmente vital para aquellos que se encuentran en el extremo inferior del espectro, a los cuales se dirige la iniciativa Soluciones para el empleo de los jóvenes (S4YE) (i) —una coalición mundial de múltiples partes interesadas creada para abordar los desafíos del empleo juvenil— con el fin de apoyar la formulación de una agenda estratégica en materia de competencias. (PDF, en inglés)

Un panorama cambiante

En los mercados en desarrollo, emergentes y más avanzados por igual, el surgimiento de conocimientos digitales y ecológicos, y de economías de servicios junto a las cadenas de valor globalizadas están cambiando las necesidades del mercado laboral y el futuro del empleo.

En el lugar de trabajo se necesita una variedad de habilidades del siglo XXI que van desde el liderazgo a la aptitud emprendedora. En ciertas circunstancias también son importantes algunas competencias específicas. Por ejemplo:

  • Las aptitudes de comportamiento son valiosas dada la importancia creciente de la prestación de servicios que requiere una interacción habitual con los clientes;
  • La flexibilidad y la adaptabilidad han cobrado relevancia a medida que aumentan las probabilidades que los jóvenes se trasladen entre los sectores formal e informal, y como resultado de la tendencia cada vez mayor hacia el empleo de corto plazo o relacionado con proyectos específicos;
  • Los conocimientos informáticos han llegado a ser vitales en los países de ingreso mediano y bajo porque los trabajos de asistencia en línea son externalizados por los países de ingreso más alto, y
  • Las competencias técnicas y profesionales siguen siendo esenciales para tener éxito. De hecho, en muchas economías emergentes, la demanda de trabajadores más calificados nunca ha sido tan alta, debido a la mayor tercerización y la exportación del trabajo.

Se necesitan más evidencia:

En nuestro análisis de referencia, (PDF, en inglés) las intervenciones de capacitación representan la mayor proporción entre ocho categorías de inversiones en el empleo juvenil: 48 % de la cartera. Algunos modelos para garantizar que los jóvenes tienen las habilidades necesarias incluyen capacitación técnica o profesional (junto con la formación académica), así como capacitación en el empleo, o cursos de aprendizaje.

Aunque varios programas muestran resultados alentadores, muchos otros no han tenido necesariamente grandes impactos; en parte porque no han sido diseñados en consonancia con las necesidades de los empleadores o del mercado.

Los esfuerzos para que los programas de habilidades respondan mejor a la demanda del mercado se enfrentan al desafío de la escasez de datos confiables y de buena calidad sobre las necesidades y deficiencias. La iniciativa STEP del Banco Mundial (habilidades para contribuir a la empleabilidad y la productividad), que se centra en determinar qué competencias son más importantes y cuáles escasean, tiene el objetivo de abordar ese problema.

En su contexto, el estudio de posibles empleadores y trabajadores (mayoritariamente en los países de ingreso mediano y bajo) presenta evaluaciones detalladas de las competencias de los adultos y las necesidades de los empleadores. Existe una gran oportunidad en el trabajo y el desarrollo de los estudios STEP para averiguar dónde existen los déficits de competencias, incluidos qué sectores y ocupaciones.

Independientemente de la industria, no obstante, sabemos que es importante garantizar que los empleadores participan estrechamente en el proceso de capacitación para estar seguros que las habilidades que están siendo enseñadas sean pertinentes al mercado laboral. Necesitamos comprender y recopilar evidencia acerca de los incentivos apropiados o la mejor combinación de instrumentos para involucrar al sector privado y maximizar sus inversiones.

A medida que abordamos el carácter flexible de las competencias necesarias para tener éxito en la economía del siglo XXI —una economía, cuyas características son la globalización, la tecnología y la rápida urbanización— necesitamos realizar más investigaciones y evaluaciones que ayuden a determinar los mejores métodos de enseñanza. Estamos, por ejemplo, todavía aprendiendo cómo las artes, el aprendizaje a través del servicio y los programas deportivos pueden complementar, o pueden ser una alternativa a los enfoques de la entrega de la instrucción basada en las clases.

Consideramos que las normas y la armonización son de suma importancia, especialmente ya que los jóvenes están cada vez más en movimiento y la educación o la capacitación tienen estructuras más modulares o difusas en todo un conjunto más diverso y amplio de instituciones y proveedores.

Sin embargo, persisten las preguntas sobre las formas de medir, certificar y validar las competencias. De modo similar, necesitamos analizar mejor cómo los jóvenes pueden indicar sus habilidades y capacidades de manera que puedan ser reconocidas por los empleadores.

Elevar la vara:

Si bien existe aún la necesidad de comprender las intervenciones más eficaces, la evidencia (PDF, en inglés) hasta ahora apunta a que los programas son más exitosos cuando combinan la capacitación con las pasantías, la experiencia en el empleo, y el capital u otro tipo de ayuda para el trabajo por cuenta propia y la iniciativa empresarial.

Al colaborar con nuestros asociados, será fundamental el foco de atención de la iniciativa S4YE en la reducción de este déficit mediante intervenciones en el mercado de trabajo específicas, basadas en pruebas empíricas e impulsadas por la demanda


Nota publicada en Voces, Perspectivas del desarrollo del Banco Mundial, reproducida en PCNPost con autorización


 

SOURCE: Voces, Perspectivas del desarrollo

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