Los jóvenes resilientes aprovechan las oportunidades para construir su futuro

Ella tenía siete años de edad cuando sobrevivió a una noche de horror. Su casa, en Nigeria, había sido marcada para ser objeto de un ataque esa noche. La razón era que pertenecían al grupo étnico “equivocado”.

Mi amiga y el resto de su familia iban a ser asesinados. Pero ella sobrevivió. Sus vecinos, que vieron la marca, los alertaron y los ayudaron a escapar en un momento en que otros vecinos eran ejecutados e incluso quemados vivos. Esa noche, mi amiga vio morir a un hombre en circunstancias muy violentas. La impresión fue tan intensa que no pudo hablar durante dos semanas.

Más de dos décadas después, ya no está en peligro y tiene una nueva vida. Mientras estábamos sentadas escuchando a su madre contar los acontecimientos ocurridos esa noche, mi amiga se dio cuenta de que había olvidado la mayor parte de ellos. Ahora, siendo adulta y viviendo en Estados Unidos con su familia, era seguro recordar y contar los detalles de lo que había pasado.

Afortunadamente, la memoria es selectiva y le permitió a mi amiga olvidar la dolorosa experiencia hasta que estuvo preparada para lidiar con ella. Es fascinante ver cómo la mente humana nos ayuda a sobrevivir los traumas intensos o las adversidades transformando las experiencias en recursos que nos ayudan a desarrollarnos en el futuro. “Lo que no te mata te fortalece”. ¿De qué manera podría describir mejor su resiliencia?


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Retrato de Blessing Joe de 10 años de edad, una niña que sobrevivió al ébola en Liberia. 2016. © Dominic Chavez/Banco Mundial.


Aprovechar las oportunidades

Según un estudio de la Universidad de Yale  sobre las víctimas jóvenes del conflicto en Siria publicado recientemente, la reconstrucción de las vidas de los jóvenes difiere dependiendo de su capacidad de resiliencia. Los más resilientes podrán aprovechar oportunidades, como continuar sus estudios. En la misma investigación se concluyó también que los niveles más altos de resiliencia estaban asociados con un menor estrés y menos problemas de salud mental.

¿Cómo lograr que los jóvenes tengan mayor resiliencia?

La resiliencia de las comunidades depende de la resiliencia de sus jóvenes. Cuando estos hombres y mujeres jóvenes son capaces de desarrollar su potencial, las perspectivas mejoran para todos, y las tasas de pobreza se reducen.

De acuerdo con las Naciones Unidas, (PDF, en inglés) en el mundo había 1200 millones de jóvenes de entre 15 y 24 años en 2015, o sea 1 de cada 6 personas. Estas cifras están aumentando, en particular en los países en desarrollo, donde los jóvenes representan el 30 % de la población en muchos lugares.

Las elecciones de los jóvenes determinan el tamaño, la salud y la prosperidad de la población futura del mundo. Los jóvenes tienen muchas necesidades apremiantes. Sin embargo, necesitamos un argumento económico más fuerte y más coherente para invertir en la juventud.

El Grupo Banco Mundial ayuda a los países a anticipar y mitigar los riesgos a los que su desarrollo económico y social puede estar expuesto, y que incluyen desde desastres naturales, a crisis económicas, hacinamiento urbano y crisis sanitarias. En otras palabras, los ayuda a ser más resilientes.

La precariedad de los niños y los adolescentes es un importante indicador de la vulnerabilidad de un país. Una generación con escasa estabilidad tendrá más dificultades para recuperarse en el caso de una crisis. De ahí la importancia de desarrollar soluciones para no descuidar el potencial de los jóvenes.

Las aspiraciones frustradas en la juventud pueden llevar a crear problemas en las sociedades, y los países no podrán competir en la economía mundial si no invierten. Para hacer estas inversiones, también es fundamental recopilar más y mejores datos sobre los adolescentes. La falta de datos confiables sobre los efectos de numerosas inversiones en los jóvenes es el déficit más importante en materia de información.

Uno podría pensar que para los jóvenes que crecen padeciendo penurias, todo se reduce básicamente a ver cómo se desvanecen sus sueños. Pero esto podría ser un gran error. No olvidemos que los seres humanos tienen un poder extraordinario: una capacidad única de “superar” las cosas, de ser “resilientes”.


Liviane Urquiza es coeditora de bancomundial.org/jovenes.


Nota publicada en Voces, Perspectivas del desarrollo del Banco Mundial, reproducida en PCNPost con autorización


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SOURCE: Voces, Perspectivas del Desarrollo

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