Laurence Tubiana, una embajadora francesa del clima en zapatillas deportivas

Archivo. Abril 2, 2015 Laurence Tubiana. AFP PHOTO / MARTIN BUREAU

Archivo. Abril 2, 2015 Laurence Tubiana. AFP PHOTO / MARTIN BUREAU


Como enviada especial de Francia para el clima, Laurence Tubiana ha paseado su franqueza, su humildad y, especialmente, sus zapatillas deportivas por el mundo para lograr un acuerdo contra el calentamiento global en la conferencia de la ONU de París (COP 21).

En un mundo de diplomáticos de traje y corbata, las zapatillas Converse de Tubiana se han convertido en su distintivo en sus viajes a Estados Unidos, China o Arabia Saudí en busca de un pacto que frene el cambio climático.

El domingo estará en París para recibir a los representantes de unos 60 Estados para tratar de hacer avanzar las conversaciones antes de la apertura de la COP 21, el próximo 30 de noviembre.

Desde que el gobierno francés la nombrara embajadora del clima en el mundo a mediados de 2014, su papel ha sido “ir a ver a gente, entender dónde están y ver dónde se les puede llevar”.

Sin embargo, esta sonriente economista de 64 años, que nunca ha sido electa a un cargo público, no es la típica diplomática.

“Permítanme hablarles con franqueza; a estas alturas ya deben haber entendido que este es mi estilo y creo que lo seguirá siendo”, dijo durante una sesión de negociaciones en Alemania en octubre.

Tubiana está convencida de que la crisis climática pone de manifiesto la voracidad con la que la Humanidad consume los recursos de la Tierra.

“La situación es inaguantable, insostenible, desigual, favorece formas de consumo y de conducta que son perjudiciales para todos. Hay un aspecto de justicia en los asuntos climáticos, lo cual es una verdadera motivación para mí”, dijo Tubiana.

Esta intelectual de izquierdas logró su primer trabajo importante en el gobierno como consejera del primer ministro socialista Lionel Jospin en 1997. El cargo le obligó a sumergirse en las negociaciones del Protocolo de Kioto, precursor del acuerdo al que se espera llegar en París en diciembre.

Tras fundar un centro de estudios sobre el desarrollo sostenible en la prestigiosa universidad parisiense de Ciencias Políticas, el IDDRI, participó en las negociaciones de Copenhague en 2009, que fueron un rotundo fracaso.

Admiradores y detractores:

En el tiempo que lleva en el escenario mundial, la trilingüe Tubiana -que nació en Argelia y se instaló en Francia en 1962 tras la independencia del país norteafricano- se ha ganado numerosos fans. “Creo que está haciendo un muy buen trabajo”, dijo de ella la costarricense Christiana Figueres, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. “Si tuviera que resumirlo en dos palabras sería ‘amor duro'”.

Figueres explicó que Tubiana sabe escuchar y respeta los puntos de vista de los demás, pero al mismo tiempo posee la firmeza necesaria para empujar a los negociadores hacia un acuerdo. “Laurence se ha ganado muchos amigos”, dijo Seyni Nafo, portavoz del bloque africano en las conversaciones climáticas. “Tiene la capacidad de escuchar y de responder, sin arrogancia o pretensión”, añadió.

Sin embargo, Tubiana también ha sido criticada por el semanario satírico Charlie Hebdo por presuntamente haber acogido empresas contaminantes en el consejo de administración del IDDRI.

“Creé mi instituto como un puente” entre ecologistas, académicos, científicos, gobiernos y organizaciones de la sociedad civil, dijo. “Pero las empresas son minoritarias y basta con leer nuestros trabajos para ver que no obedecemos a los grupos de presión. El papel de este instituto, como el de la negociación, es implicar a todos los que van a hacer posible el acuerdo”. AFP


 

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