Las tendencias de futuro y su impacto en Bogotá – II Parte

Por: Francisco Manrique

En mi blog anterior Los escenarios de futuro que van a afectar a Bogotá – I Parte, en referencia al ejercicio de escenarios que se está adelantando para Bogotá, mencioné que era importante conocer las principales tendencias mundiales, que pueden afectar el futuro de una urbe como la nuestra. Expliqué que la primera tendencia creciente es la aparición de nuevas ciudades y el crecimiento de mega ciudades y regiones, particularmente en la China y en el continente africano. En este blog voy a continuar mostrando otras tendencias que hay que tener en cuenta, y que han sido presentadas por la revista The Economist,  McKinsey y un estudio sobre tendencias realizado, para Barcelona.

En el trabajo de “Las tendencias mundiales y su impacto en las grandes urbes”, se menciona que otra tendencia importante es la distancia cultural, social, institucional, además de la geográfica, por su impacto en las relaciones comerciales de las grandes urbes. A mayor distancia en estos temas, menor es el intercambio comercial y vice versa. Esto sirve para explicar el fenómeno de la globalización y la importancia de la geopolítica, en la medida que hoy vivimos en un mundo donde todavía se mantiene la regulación de los mercados, pero hay mayor integración.

Otra tendencia asociada a la globalización, es el desplazamiento de los centros de poder hacia el Oriente, por la aparición de las mega regiones emergentes en el Asia, y en los próximos años, en el África. Este proceso está siendo acelerado por el impacto de la tecnología, el desplazamiento de capital y el crecimiento de la fuerza laboral, en estas partes del mundo.

Este movimiento teutónico está cambiando los patrones de intercambio comercial y abriendo nuevas rutas para ello. Hoy el Océano Pacífico está remplazando al Océano Atlántico, en volumen de carga. En el año 2012 las exportaciones de los Estados Unidos a los mercados emergentes se duplicaron con relación a 1990, representando el 60% de las exportaciones totales, donde el mercado asiático ocupa el primer lugar. Los puertos y aeropuertos que estén orientados a servir estos mercados emergentes, en condiciones de precio y servicio competitivos, tendrán mucho que ganar, así como las regiones donde ellos se ubiquen.

Es interesante ver que el calentamiento global, al estar generando fenómenos de deshielo en el Polo Norte, está abriendo la posibilidad de apertura de nuevas rutas, mucho mas cortas con el mercado asiático, así como volviendo las regiones ubicadas en estas latitudes, más vivibles y atractivas. Esto podría generar unos cambios importantes en los intercambios comerciales hacia adelante, con impacto en las relaciones entre las grandes urbes.

Otra gran tendencia es el papel creciente del capital humano y el conocimiento para el crecimiento y sostenibilidad de las grandes urbes. Ambos son fundamentales para el aprovechamiento de las redes internas y externas, que mencioné en el blog anterior. El caso de Corea es emblemático para sustentar lo anterior. En sólo cincuenta años, pasó de ser una economía muy pobre, para convertirse en un ejemplo donde la inversión en la educación les ha permitido sacarle provecho a la economía del conocimiento.

¿Pero qué es el conocimiento?. Esta pregunta es muy importante cuando se le asigna a este un papel cada vez más protagónico para el desarrollo. De acuerdo al estudio citado para Barcelona, este “consiste en las habilidades que los individuos utilizan para solucionar problemas, tomar decisiones, y entender la nueva información que llega; se entiende como una herramienta que puede ser usada consciente e inconscientemente por los individuos, no es estático sino acumulativo, y su evolución depende de las condiciones de frontera como es el marco institucional”. La economía basada en el conocimiento, lo incorpora como herramienta para crear beneficios sociales y económicos

La valoración que una sociedad le de al conocimiento y el capital humano, es lo que permite que otros temas críticos, como el fomento de la innovación y el emprendimiento, el uso inteligente de la tecnología, la apreciación de la calidad, y la necesidad de una gestión de excelencia en el gobierno, se conviertan en unas palancas muy poderosas para el desarrollo sostenible de una ciudad y de una nación.
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En el 2011, Le Monde destacaba lo siguiente: ” El nuevo concepto de la ciudad que aprende, se encuentra en el centro de un número creciente de estrategias de desarrollo económico, y es más que probable que sea la principal característica de la ciudad del futuro, de su capital humano social e inmaterial”. Por esta razón se habla hoy de ciudades inteligentes o Smart Cities

Pero este concepto debe de ir más allá de un slogan, o del uso de la tecnología, y se debe ligar al uso del conocimiento para resolver sus problemas y absorber inteligentemente la información que una urbe produce, en grandes cantidades. “Smart debe ser una actitud abierta, crítica y responsable de los ciudadanos de una metrópolis. El concepto no se puede aplicar de manera similar en todos los lugares por igual. Una estrategia válida para una región, puede resultar inadecuada para otra, por los niveles diferenciales de educación de sus habitantes”

Y aquí viene otra tendencia: el papel de la Educación y formación del capital humano de una ciudad. De esto dependerá que existan las actitudes y comportamientos de su gente, para ser abiertos a los cambios, buscar la innovación, asumir una actitud crítica y emprendedora. La ciudad se debe de convertir en un laboratorio vivo de aprendizaje y promover el relevo generacional para invitar a los niños y a los jóvenes a que asuman un papel protagónico, en especial, a quienes hayan tenido experiencia de vivir en el extranjero.

Pero hay otra razón para valorar al conocimiento, ya que aporta un valor agregado muy importante como es la capacidad de adaptación y reinvención de una comunidad. Y estas dos capacidades son fundamentales en un mundo donde la palabra cambio es cada vez mas una constante. Pero también, porque de ellas depende el grado de apertura que una ciudad tenga, y la acogida que le de a la diversidad de una oferta atractiva, para atraer inversión y talento.

Ciudades como Londres, Nueva York, Shanghái, son mega urbes que están volviendo su tamaño un gran activo, porque se están reinventando y acogiendo talento de todas partes del mundo. El mensaje para una ciudad grande, como puede ser el caso de Bogotá, es que debería de poner sus ojos en estos ejemplos, para retomar el camino que tuvo en los 90, para competir con otras grandes, urbes a nivel mundial. Las ciudades medianas y pequeñas, si bien su oferta en diversidad puede ser mas limitada, su tamaño les permite mucho más flexibilidad y capacidad de adaptación, como lo demuestra el caso de Bilbao en España.

Si las consideraciones anteriores son válidas, “las ciudades en el siglo XXI tienen que aumentar sus apuestas, para la creación de condiciones que ayuden a la formación del talento humano y a la generación de espacios de innovación. Esta decisión puede ser de mayor valor en el largo plazo, que la sola inversión en infraestructura. Se genera un ciclo virtuoso de crecimiento que permite superar muchas barreras y lograr mayor bienestar individual y colectivo”.

Y como lo muestra el informe sobre tendencias : “El capital humano y el conocimiento impulsa la creatividad y llevan a mayores grados de apertura, visión crítica, independencia individual y tolerancia. Esto permite que cualquier innovación interna o externa sea asimilada con mayor facilidad.”

Y agrega el estudio: “Hay que entender que hay un nivel de conocimiento inherente e intangible para hacer prosperar a una ciudad. Este conocimiento se entiende como el agregado de las acciones humanas del comportamiento de millones de ciudadanos y que definen a una sociedad entera. Se trata de un conocimiento que impregna todas las maneras de hacer y conocer, que pueden impactar a los procesos de manera positiva o negativa, facilitando o dificultando el desarrollo conjunto de una comunidad.”

En este mismo informe, se plantea un espiral virtuoso: + conocimiento + capital humano + creatividad + apertura + tolerancia + asimilación + innovación + atracción  + talento + inversión + competencias + bienestar social. Todos ellos son factores invisibles que permiten atraer más talento e inversión. Al final este proceso de creación de valor, se traduce en más competencias de adaptación, un mejoramiento de la calidad de vida y la sostenibilidad del desarrollo de una ciudad.

Y asociado a la tendencia del uso del conocimiento y la formación del capital humano, hay una muy importante: la competencia en el mundo por retener y atraer el mejor talento a una ciudad. Este trae, no solo su conocimiento y experiencia, sino sus conexiones y redes, que como vimos en el blog anterior, estas son centrales para el desarrollo de una ciudad. También, se aumenta su grado de apertura y capacidad de adaptación.

Por la razón anterior, es fundamental hacer muy atractiva a la ciudad que quiere jugar el juego de la Competitividad en el siglo XXI. El buscar que haya un interés de atraer a expatriados altamente calificados, es una estrategia muy efectiva, como lo demuestra el caso de Bangalore en la India, al haber atraído  los cerebros fugados que trabajaban en el Silicon Valley. La clave es, que la ciudad le ofrezca al talento que llegue a ella, la posibilidad de aplicar el conocimiento y la experiencia acumulada, para que las nuevas ideas que esta gente trae se conviertan en nuevas empresas y oportunidades.

¿Qué le pasa a una urbe como Bogotá si se equivoca en esta estrategia?. Como lo menciona el informe de Barcelona: “una ciudad que haya hecho una apuesta manteniendo un trabajo de poco valor añadido, o rutinario y fácilmente codificado, tendrá poca capacidad de asimilación, innovación, de cambio y apertura”.

Y como lo menciona el estudio ya citado: “El no tener la apertura para atraer talento humano calificado, se corre el riesgo de tener una población mayoritariamente con espíritu pragmático muy poco informado, con poca experiencia en trabajos de valor agregado. Se estaría premiando a sectores de la población menos inquietos y más conformistas acomodados. La gente con más inquietudes se habrá marchado a otra región. Una ciudad en estas condiciones, se convierte en una urbe del mínimo esfuerzo. Vivimos un proceso de fuga de cerebros, que puede revertirse a mediano plazo, si las metrópolis se suben al tren del conocimiento.” Como dice el refrán popular: ” más claro no canta un gallo”.

Otra tendencia muy importante, derivada de la economía del conocimiento, es el papel creciente de la  Tecnología en el desarrollo de las ciudades. Su impacto se podrá ver aumentando la aglomeración de estas, o posiblemente no. Al tener la gente acceso a servicios en las zonas rurales alejadas, es posible desentivar la migración. En cualquiera de los casos, la tecnología estará detrás de esta nueva realidad. El sector bancario en África es un referente en el mundo de estos cambios.

También, la aparición de las impresoras 3 D, podrá significar el fin de la era de la economía de escala, que dio origen a la industrialización y el crecimiento de las grandes urbes. Aparecerán nuevas industrias y nuevos modelos de negocio. Será cada vez mas fácil crear empresas que usen la tecnología, porque los costos de acceso seguirán una pendiente descendiente.

Otra consecuencia de la tecnología son las  nubes de conexión virtual, vinculadas a la ciudad que abrirá la puerta a múltiples procesos de innovación y generación de nuevas industrias . Es posible imaginar las redes de servicios públicos conectadas a “la nube” interactuando,  con las redes sociales. El resultado es un mayor grado de libertad para las personas y la posibilidad de influir en las decisiones publicas.

La innovación será cada vez más importante para generar valor en la ciudad, lo que le permitirá consolidar sus redes internas y externas para ser competitiva. La capacidad de innovación de una ciudad dependerá de la “capacidad de transmitir y asimilar el conocimiento tácito, no codificado”. La tecnología permite hoy acceso inmediato a la información, lo que hará la diferencia son las interrelaciones personales, para que ese conocimiento tenga mayor impacto.

Por lo tanto, una  ciudad debe de buscar crear espacios urbanos de encuentro para que estas dinámicas de interacción, entre los diferentes actores, se puedan dar de manera fluida, eliminando las distancias culturales, sociales, etc y dinamizando las redes internas de la ciudad. .. Si esto se logra se genera una ventaja competitiva difícil de imitar, como es el caso del Silicon Valley.

Pero para que esto suceda, es importante tener en cuenta que una urbe, por su historia, proceso educativo, barreras institucionales, cultura y relaciones entre los diferentes actores, puede tener unos filtros sociales que determinarán la capacidad innovadora de la metropolis. Si no se tiene conciencia de este hecho, la Innovacion no podrá ser una palanca clave para su desarrollo. Bajo esta óptica, innovar va mucho más allá de invertir en investigación y desarrollo.

La calidad de vida es otra tendencia muy importante. En 1987 la ONU decía que esta se obtiene a través de modelos urbanos que no sacrifiquen las posibilidades de las generaciones actuales, así como la venideras. Por esta razón, su sostenibilidad en el ámbito social y ambiental, será un elemento diferencial de las ciudades a la hora de competir, para atraer capital humano.

Los modelos urbanos de sostenibilidad ambiental, buscarán superar los retos referentes al cambio climático principalmente, en los medios de producción, las edificaciones, la movilidad, los espacios verdes y la eficiencia energética.  El objetivo es una ciudad que consuma menos recursos sin ir en detrimento de su calidad de vida. En esta carrera las ciudades europeas consumen diez veces menos energía, que en las urbes en Norte America. En AL el tema apenas está emergiendo como un reto urbano.

La sostenibilidad social se equipará en valor a la sostenibilidad ambiental. Esto implica que la equidad, la inclusión, la diversidad cultural y la seguridad sean conceptos que tienen una importancia creciente. Esto permite que una persona pueda desarrollarse en el entorno urbano y encontrar en este oportunidades de trabajo,  vivienda y participación democrática.

Como lo explica el informe sobre tendencias, mencionado en este blog, “la cultura de una ciudad refleja sus valores, la aptitud de sus ciudadanos, y la transmisión del conocimiento de una generación a otra.” Es un tema clave para soportar una calidad de vida urbana.

Por lo anterior, los factores culturales como la desconfianza, son unas barreras muy fuertes para que se de la sostenibilidad social. Esto significa que, la inseguridad en las grandes urbes, tiende a ser cada vez mas un problema de percepción individual, ya que hay una tendencia a ignorar al otro, y desconfiar de el. Se dificulta mucho el diálogo, la tolerancia y la convivencia, y el resultado es una perdida de capital social. De aquí la tendencia a un aumento de los sistemas de seguridad individual, por el miedo generalizado en las grandes urbes.

Finalmente, la calidad de vida de una gran urbe está siendo afectada cada vez mas por dos aspectos adicionales. La posibilidad de conseguir vivienda digna a un precio y una distancia  razonable del sitio de trabajo. Lo cual introduce un segundo factor: la movilidad. Este aspecto se está convirtiendo en el mayor dolor de cabeza de las mega urbes, lo que a su vez genera un inmenso impacto ambiental. Estos dos temas son problemas cada vez mas serios en la ciudad de Bogotá.

Otra tendencia mundial que afecta las grandes urbes, es el de la gobernanza, entendida como la capacidad de generar sistemas recíprocos de relaciones, entre los diferentes actores de la ciudad. Sin esta capacidad será muy difícil que se pueda adaptar la urbe a los cambios que vendrán más adelante, así como recuperarse de los problemas que tenga. Esto implica una capacidad de diálogo generativo colectivo, porque se acepta que la complejidad de una gran ciudad es responsabilidad de todos, y que haya más colaboración, participación y menos competencia.

Para todo esto, el uso de las redes sociales deberá ayudar a la participación de todos los agentes. La capacidad de actuación colectiva será el motor de cambio, a partir de la valoración de todos los conocimientos diferenciales que aporta una comunidad , lo que permitirá aplicar medidas más eficientes y más perdurables en el tiempo.

Como se observa en estos dos blogs, las tendencias que están en marcha tendrán un alto impacto en ciudades como Bogotá. Algunas serán muy previsibles y deberán aparecer en cualquier escenario. Otras serán muy difíciles de prever su desarrollo . Tanto para las unas, como para las otras, lo que si se puede afirmar es que su impacto será muy grande.

Un comentario final. La mayoría de estas tendencias tienen que ver con temas intangibles, y por lo tanto, muchas veces invisibles. Pero en las economías urbanas del siglo XXI, estas variables serán la clave de la prosperidad colectiva de grandes núcleos urbanos, como ya es el caso de nuestra ciudad. Podemos ignorarlas, pero el costo será muy alto.

Este blog a tenido una extensión mayor de lo normal. Lo he hecho a propósito con el fin de que sirva de material de reflexión para Bogotá. Necesitamos ver más allá de los trancones diarios porque lo que nos puede afectar para bien o para mal es mucho mayor.

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