La redes sociales en el entorno académico: cómo los docentes pueden contribuir con las acciones de marketing-Parte II

Por: Marjorie Eljach.


Leer: La redes sociales en el entorno académico: cómo los docentes pueden contribuir con las acciones de marketing-Parte I


¿Cómo lo hacemos?

Si bien en el Post anterior expuse los argumentos principales para animar a un académico al uso de las redes sociales, antes de lanzarlo a la jungla de memes, vídeos virales y pasión por exhibir cada momento de la vida privada, tenemos que prepararlo.

Un académico es una persona sumamente ocupada que lo primero que verá con horror será que su vida privada, opiniones e imágenes serán expuestos en la red. Inmediatamente le enseñemos una página de Facebook si es es mayor de de 50 y nunca ha tenido una, se echará para atrás y se negará a la pérdida de su privacidad, pues una vez exista en las redes sociales será muy fácil encontrarlo más allá de las habituales referencias bibliográficas y los catálogos de las bibliotecas.

Por ello lo primero que tenemos que hacer es aclararle que podrá utilizar sus redes como guste, que no es necesario que publique fotografias u opiniones personales, y que hay una gran material del que puede hacer uso sin ir en detrimento de su vida privada y que si es creativo hasta puede encontrarlo divertido, por ejemplo:

  • Una foto del libro que está leyendo
  • Los apuntes de una clase que está preparando
  • Citas de autores
  • Eventos académicos
  • Artículos de autores de su área que considere de interés
  • Artículos de autores de otras áreas del conocimiento que puedan interesar a sus estudiantes y al público en general

Y por supuesto los enlaces a sus artículos, que son realmente lo que se quiere divulgar, pero no debe hacerse a todas horas para no cansar, de ahí que es importante enganchar a los seguidores con otras publicaciones.

Es fundamental que una vez que el docente elija la red social en la que quiere estar, aprenda a manejarla en detalle, con esto no quiero decir que debe convertirse en un experto, pero si en un usuario lo suficientemente eficiente como para que utilice con fluidez la herramienta con el fin de que no pierda demasiado tiempo en ella. El que esté familiarizado con la red y se sienta cómodo es vital para que la siga utilizando.

El blog

Los docentes necesitarán de un blog para publicar sus contenidos. Y aunque pueda resultar obvio, quiero dejar claro porque me ha ocurrido más de una vez, que debemos dejar claro que sólo con el blog no hacen nada, que necesitan de las redes sociales para promover lo que publican en sus blogs. Es una reacción de lo más frecuente el que cuando les hablemos de las ventajas del blog, consideren que con eso es suficiente. De modo que hay que ser muy explícitos e insistir en que el blog sin las redes para promocionar los artículos es como un coche sin gasolina: escribir y publicar en el blog es solo una parte del proceso e igual de importante es la acción posterior de divulgar lo publicado.

Aquí nuevamente vamos a enfrentarnos al problema y/o excusa de la falta de tiempo, el docente tiene demasiada carga académica o compromisos ineludibles con publicaciones en revistas especializadas y no hay manera de que dedique dos horas diarias a preparar una entrada en su blog. La solución es más simple de lo que parece porque un artículo o conferencia académica pueden fácilmente transformarse en cuatro o cinco entradas de un blog, dependiendo de la extensión del material. Ahora bien, el lenguaje no puede ser el mismo, habrá que aligerarlo y hacerlo más cercano para que no sólo los expertos en el tema accedan a él.

Para ello existen varias técnicas, yo personalmente en mis talleres utilizo una que aprendí durante mis años como cuenta cuentos y aquí me voy a permitir irme por las ramas.

Contar un cuento no es tarea fácil sobre todo si es como en la mayoría de los casos, una historia escrita por otra persona. La puesta en escena conlleva horas de trabajo porque una cosa es la magia con la que el autor crea imágenes, personajes y anécdotas a través de la palabra escrita, y otra muy distinta es intentar replicar esa magia en un escenario. La cuestión es que ni aprendiéndonos el cuento de memoria vamos a conseguir el mismo efecto del texto por la sencilla razón de que son dos lenguajes totalmente distintos, lo cual dicho sea de paso, es el mismo caso del artículo académico y la entrada del blog.

El cuenta cuentos más allá de leer la historia muchas veces debe hacerla propia, y cuantas más veces la cuenta más se apropia de ella gracias a vehículos como su voz, su mirada y sus movimientos. Su propio cuerpo va marcando los tempos y el ritmo de la narración oral no es en ninguna medida similar al de la narración escrita. Por ello cuando estoy con un académico que ha escrito un artículo sobre temas tan complejos como la teoría de cuerdas, polímeros termoestables o mentefactos conceptuales lo primero que le digo es: “Cuéntamelo como si yo tuviera cinco años”, y allí comienza la aventura.

Una vez contado al niño de cinco años de manera que lo entienda, es perfectamente posible escribirlo como la entrada de un blog y por supuesto divulgarlo y poner ese conocimiento al servicio de todos aquellos que no tienen ni la más mínima idea de qué es un polímero o un mentefacto.

El reto entonces es convertir a los académicos armados con sus blogs y sus redes sociales en nuestros aliados para promover la institución académica mientras ellos divulgan su trabajo. Con esto conseguimos darles mayor visibilidad en su propio entorno y divulgar su producción intelectual de forma masiva con contenidos más ligeros y como consecuencia legibles y atractivos para todos, pero conservando su esencia.


Próxima semana: La redes sociales en el entorno académico: cómo los docentes pueden contribuir con las acciones de marketing-Parte III


 

 

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