La construcción de la paz comienza en el barrio

Por: Adam Raney.

Veamos a continuación cómo las actividades del Programa Mundial de Alimentos (WFP) contribuyen a alcanzar la paz en El Salvador.


paz barrio WFP

Involucrar a los jóvenes en el diseño de proyectos de arte callejero y en implementarlos contribuye a construir una cultura de paz. Foto: WFP/Nils Grede


Ella tenía que poner la comida en la mesa y pagar las facturas durante su ausencia. Fue una experiencia devastadora y todavía le resulta difícil hablar de ella. Años más tarde, está tratando encontrar algún tipo de paz y salir adelante. Como parte de un programa del WFP, María recibe unos US$80 al mes de asistencia en efectivo que utiliza para comprar artículos de primera necesidad, además de comprar gallinas y pavos que cría y vende como parte de un pequeño negocio avícola fuera de su casa.

Junto con esta asistencia viene la consejería, que María considera igualmente importante.“El dinero que proporciona WFP es para alimentos, pero la consejería nos ayuda a sentirnos mejor. Nos ayuda a descargarnos”, comenta ella.De regreso a San Salvador, seguimos a De Ceglie y a su contraparte de SIPRI, la investigadora Caroline Delgado. Ambas caminan por un barrio vibrante salpicado de colores y escenas inspiradoras.

Las paredes exteriores de las casas están cubiertas por murales. Las pintan los participantes de ConecArte, un programa copatrocinado por WFP, que ofrece asistencia en efectivo y capacitación artística a los jóvenes. En un mural con un colibrí se puede leer: “No hay cambio sin sueños, como no hay sueños sin esperanza”. Muchas de las obras de arte hacen referencia a la necesidad de la educación, el ambientalismo y la paz, temas que aparentemente los artistas esperan que cobren vida en El Salvador.

Quien lidera el paseo por el barrio es el artista de 22 años Mario Guerrero. Nos describe cómo los jóvenes participan en el diseño y la dirección del proyecto. “Esto contribuye a construir una cultura de paz”, comenta Mario. “Este programa es empoderador y ayuda a crear líderes a nivel comunitario”, asegura nuestro guía.Otro programa copatrocinado por el WFP en la capital del país busca aprovechar la energía de los jóvenes salvadoreños. Gastromotiva ofrece seis meses de capacitación culinaria a los jóvenes que buscan iniciar carreras en el sector de alimentación. Es particularmente atractivo para los retornados.

Cada año, miles de jóvenes salvadoreños regresan al país después de ser deportados de los Estados Unidos u otros países. La mayoría habla mejor inglés que español y encuentra difícil integrarse a la vida salvadoreña. Los trabajos son difíciles de conseguir. El programa es una rara oportunidad para aquellos jóvenes frustrados por la violencia y la falta de oportunidades.

Al mirar a estos jóvenes entusiasmados y optimistas alrededor de la mesa, es fácil olvidar que ellos son la excepción. En su mayoría, los jóvenes salvadoreños se sienten atrapados en un ciclo interminable de violencia y pobreza. Pero también recordé una frase que dijo la investigadora de SIPRI, Caroline Delgado, durante una de las visitas: “La paz se comienza a construir a nivel local.”

A pesar de la batalla cuesta arriba que les espera, los jóvenes salvadoreños que conocimos están dispuestos a darle a la paz una oportunidad de luchar.


Nota publicada en WFP – Programa Mundial de Alimentos, reproducida en PCNPost con autorización.


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SOURCE: Programa Mundial de Alimentos

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