La cifra de víctimas del hambre baja de los 800 millones

72 países han alcanzado el Objetivo de Desarrollo del Milenio de reducir a la mitad la proporción de personas que sufren subalimentación crónica. 

La mayoría de los países analizados por la FAO -72 de 129- han alcanzado la meta de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de reducir a la mitad la prevalencia de la subalimentación en 2015.

“El haber casi alcanzado las metas sobre el hambre de los ODM nos muestra que podemos realmente eliminar el flagelo del hambre en el curso de nuestras vidas. Debemos ser la generación del Hambre Cero. Ese objetivo debe integrarse en todas las intervenciones públicas y en el centro de la nueva agenda de desarrollo sostenible que se establecerá este año”, afirmó el Director General de la FAO, José Graziano da Silva.

El próximo objetivo es la erradicación.


El número de personas que pasan hambre en el mundo es inferior a 800 millones, por primera vez desde que se tienen estadísticas, una reducción de casi el 25% en 25 años, gracias a los progresos hechos en América y Asia.

Los datos fueron divulgados este miércoles en Roma por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

La entidad estima que “hay unos 795 millones de personas subalimentadas en el mundo, es decir 167 millones menos que hace un decenio y 216 millones menos que en 1990-1992”, indica el informe sobre la seguridad alimentaria en el mundo (SOFI 2015). Según los expertos de la FAO más de la mitad de los países en desarrollo (72 de 129) han alcanzado el objetivo del milenio fijado por la ONU, que consistía en recudir a la mitad el número de personas que padecen hambre en el mundo entre el 2000 y el 2015.

La situación más dramática se registra aún África subshariana, ya que casi un cuarto de su población (23,2%) está subalimentada.

La FAO reconoce que persisten en varias regiones las circunstancias que dificultan la lucha contra el hambre, como las catástrofes naturales, los conflictos, el cambio climático o las crisis financieras. “El hambre en los países que conocen este tipo de situación es tres veces más alta que en otros sitios. En 2012, alrededor de 366 millones de personas vivían en este tipo de contexto, de las cuales 129 millones estaban subalimentadas”, explica el informe.

La FAO y las demás agencias de la ONU competentes en este ámbito, como el Programa Mundial de Alimentos (PMA), suelen alertar de la inseguridad alimentaria en países afectados por conflictos como Siria e Irak, y también en Malí, Yemen, Centroáfrica, la República Democrática del Congo o Sudán del Sur.

En total 29 países han cumplido el objetivo más ambicioso establecido en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de 1996, cuando los gobiernos se comprometieron a reducir a la mitad la cifra absoluta de personas subalimentadas para 2015.

“El haber casi alcanzado las metas sobre el hambre nos demuestra que podemos realmente eliminar el flagelo del hambre en el curso de nuestras vidas. Debemos ser la generación del Hambre Cero”, aseguró el director general de la FAO, José Graziano da Silva.

“Si realmente queremos un mundo libre de la pobreza y el hambre, debemos dar prioridad a invertir en las zonas rurales de los países en desarrollo, donde viven la mayor parte de las personas más pobres y hambrientas del mundo”, añadió por su parte el presidente del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA), Kanayo F. Nwanze.

Se considera que unas 3.000 millones de personas viven en zonas rurales, un potencial enorme.

Logros a pesar de las dificultades:

Los expertos de la ONU reconocieron que se trata de un logro importante y advirtieron que las tasas de hambre en los países que sufren crisis prolongadas (debido a una combinación de factores, especialmente desastres naturales y conflictos) son el triple de altas con respecto a otros lugares. La reducción del número de personas que padecen hambre es significativa también porque la población mundial aumentó de 1.900 millones desde 1990.

Progreso rápido en América Latina:

El informe señala que “hubo un progreso muy rápido en América Latina y el Caribe”, así como en el Sudeste asiático y Asia Central, en algunas zonas de África, demostrando que el crecimiento económico inclusivo, las inversiones agrícolas y la protección social -junto con la estabilidad política-, hacen posible la eliminación del hambre.

Según los datos del informe, la proporción de personas que padecen hambre en América Latina y el Caribe se redujo del 14,7 por ciento al 5,5 por ciento desde 1990.

La proporción de niños con falta de peso (de menos de 5 años de edad) en esa región también se redujo notablemente, del 7,0 al 2,7 por ciento. “El compromiso con la reducción del hambre se tradujo en importantes programas de protección social que -unidos a un sólido crecimiento económico- impulsaron los avances en todo el continente”, subraya el informe. (AFP, FAO)


Una campesina de Gambia muestra una mata seca de arroz a causa de la sequía. Foto: FAO

Una campesina de Gambia muestra una mata seca de arroz a causa de la sequía. Foto: FAO

 

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