Justicia y protección para todas y todos

Declaración de ONU Mujeres para el Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia el 17 de mayo


Hoy se celebra el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia (IDAHOTB, por sus siglas en inglés). ONU Mujeres se une y apoya a todos los miembros de la comunidad LGBTI en nuestro esfuerzo por garantizar la justicia y la protección para todas y todos. Los derechos humanos son universales y se aplican por igual. Ninguna creencia cultural, moral o religiosa justifica la violación de los derechos humanos de nadie.

Las orientaciones sexuales diversas y las identidades de género siempre han existido. Sin embargo, las personas con diversas identidades de género y orientaciones sexuales a menudo experimentan homofobia, transfobia y bifobia, incluso en su acceso a la justicia y la protección de sus derechos. Esto puede resultar en un espectro tóxico de violencia y discriminación en el hogar y en el lugar de trabajo, que incluye ser marginado y alienado, restringido el acceso a servicios básicos, hostigado verbalmente, agredido físicamente o violado, encarcelado o incluso asesinado. Esto se puede exacerbar aún más cuando las personas con identidad LGBTI también pertenecen a otras comunidades que sufren discriminación, como personas con discapacidades o refugiados.


Archivo. Un activista protesta fuera del edificio de la Corte. Bogotá, Colombia. Febrero 18, 2015. AFP PHOTO/Luis ACOSTA


Los jóvenes LGBTI experimentan formas particularmente graves de abuso, discriminación y marginación y, a menudo, luchan por acceder a la justicia y la protección, ya que es posible que no tengan el apoyo de sus padres o cuidadores para iniciar una acción formal. El acceso a la justicia a través de mecanismos informales, incluso en escuelas e instituciones educativas, puede verse limitado por las actitudes homofóbicas y transfóbicas de los maestros y otras figuras de autoridad.

Los jóvenes LGBTI también pueden estar sujetos a la llamada violación sexual “correctiva” y las llamadas “terapias de conversión” y tienen un mayor riesgo de violencia sexual y violencia de pareja que las personas heterosexuales y/o cisgénero. Los niños nacidos con variaciones naturales de la anatomía sexual o reproductiva, de modo que sus cuerpos no se ajustan a definiciones “típicas” de hombres o mujeres, también conocidos como rasgos intersexuales, continúan sujetos a intervenciones traumatizantes, como cirugías genitales no consentidas, que a menudo llevan a una asignación de sexo irreversible y a la esterilización. En 2013, el Relator Especial sobre la Tortura instó a los estados a prohibir la “cirugía de normalización genital forzada”.

Aunque ONU Mujeres celebra la actual derogación de leyes que criminalizan la homosexualidad y discriminan a las personas LGBTI en algunos países, hay más de 70 países que aún criminalizan las relaciones entre personas del mismo sexo. La existencia de leyes discriminatorias conduce a la violación de los derechos humanos de las personas LGBTI, por ejemplo, a través de leyes que impiden la expresión abierta de la identidad LGBTI, leyes sobre la decencia y la moral públicas y leyes contra la sodomía, así como a través de la esterilización forzada y prohibiciones de reuniones públicas. La orientación sexual y la identidad de género están protegidas de la discriminación en solo unas pocas constituciones: solo diez garantizan específicamente la igualdad sobre la base de la orientación sexual, y cinco de ellas van más allá e incluyen la identidad de género.

La violencia y la discriminación contra las personas LGBTI también se deben a la falta de una legislación protectora adecuada, como la falta de reconocimiento legal de las identidades de género, que está vinculada al derecho a la igualdad de reconocimiento ante la ley establecida en el artículo 6 de la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH) y el artículo 16 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP).

La reforma de la ley por sí sola es insuficiente. Necesitamos cambiar las normas sociales que conducen a la exclusión de las personas LGBTI, que las mantienen viviendo en la sombra, en vergüenza, que rompen sus lazos con sus familias y comunidades. Las personas LGBTI son vibrantes, resilientes y crean sus propias familias y comunidades fuertes.

ONU Mujeres defiende un mundo donde las personas LGBTI puedan vivir vidas plenas y abiertas, libres de homofobia, transfobia, discriminación y violencia. Esto es fundamental para lograr la visión de la Agenda 2030 de “un mundo de respeto universal por los derechos humanos y la dignidad humana, el estado de derecho, la justicia, la igualdad y la no discriminación”.


Nota publicada en ONU Mujeres, reproducida en PCNPost con autorización


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SOURCE: ONU Mujeres

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