Emociones, un faro que inspira la vida  

Por: Giovanna Fuentes.

Las emociones (palabra que viene del latín exmovere o emovere, que significa “movimiento hacia el exterior” o “ponerse movimiento”, designa lo que nos pone en movimiento tanto en el exterior, como en el interior de nosotros mismos) tienen un papel importante en la vida de los seres humanos  en la forma como percibimos el mundo.  De hecho, existen investigaciones que señalan que todas las experiencias del padre y madre, antes de la concepción 72 horas y 48 horas respectivamente, inciden en la vida de un ser humano.

Cada milésima de segundo, el cerebro recibe millones de datos referidos a la percepción, al tratamiento y a la regulación de las emociones. Al mismo tiempo, estos datos influyen en otros fenómenos psicológicos como la atención, la memoria y el lenguaje. Los científicos distinguen una serie de emociones a las que llaman emociones primarias, de las cuales derivarían todas las demás. En los años 70, el psicólogo americano Paul Ekman catalogó las emociones dependiendo de sus efectos en los músculos del rostro. Sus investigaciones le llevaron una lista de 6 emociones básicas: la ira, miedo, asco, alegría, tristeza y sorpresa. Estas emociones primarias funcionarían como pilotos automáticos con el fin de ayudarnos a responder los cambios de nuestro entorno.

emociones alegria

FlashBuddy / Pixabay

También existen unas emociones secundarias que son aquellas que no se expresan y que en realidad, terminan siendo emociones que se reprimen por aquello de lucir bien.   Hay personas que desde pequeñas fueron condicionadas a no expresar ira, porque eso estaba mal visto socialmente, o a no llorar, como la famosa creencia de que ‘’los hombres no lloran’’.

Hay personas que se incomodan cuando alguien expresa su emoción.  E Inmediatamente se corre a decir cosas tales como:  no te pongas brava, o no llores, todo va a estar bien.   Es sano habitar las emociones, y reconocerlas es un sendero natural.

Todos los estados anímicos son, en cierta medida, afectivos, y de ninguno están ausentes las exteriorizaciones corporales y la capacidad de alterar procesos físicos […] Cuando se formula un juicio sobre dolores corporales, es preciso tomar en cuenta su evidentísima dependencia de condiciones anímicas.”  Explicaba Freud.

En otras palabras,  los temores, iras, miedos y emociones reprimidas, tienen la capacidad de alterar nuestro organismo y su funcionamiento.  La  Bioneuroemoción  pone el foco de atención en el contenido psíquico al que señalan los síntomas. En este sentido, la manifestación física de un síntoma tiene un propósito y aguarda una información sobre el estado de conciencia de la persona que lo adolece. Por lo tanto, el lenguaje de los síntomas son pistas que nos permiten comprender los conflictos internos de una persona, explican desde el Enric Corbera Institute.

‘’Este planteamiento, que por su naturaleza es principalmente filosófico y metafísico, no pretende sustituir el paradigma convencional de las ciencias médicas que entiende los síntomas como derivación de unas causa materiales determinadas. Estas causas, por supuesto, deben ser atendidas mediante los instrumentos oportunos. Por lo contrario, este paradigma —que tiene sus orígenes antaño y que con el método puede llegar a ser un buen complemento, explica el maestro Enric Corbera, creador del método de la Bioneuroemoción.

Entonces, cualquier síntoma por pequeño o inocente que sea, siempre tiene un para qué y este para qué se encuentra en nuestro inconsciente.  La clave es tomar conciencia.  Cuando se comprende se puede elegir otro camino.

¿Cómo descifrar que emoción causa mi enfermedad?

Cada parte de nuestro cuerpo está relacionado con un tipo de emoción. Un conflicto o situación que no logramos resolver se convertirá en enfermedad. Por ejemplo: ¿Te duele la espalda o esta encorvada? Es probable que también este sintiendo que tienes mucha responsabilidad encima y pareciera que el mundo te pesa. ¿querías decir algo y callaste y te lo “tragaste”? Es posible que en algunos días tu garganta este inflamada, o  quizás tengas tos.

¿Sientes que los demás no te dan el valor y reconocimiento de los que realmente vales? Generalmente esta emoción está asociada a problemas de huesos, ¿vas a enfrentarte a un evento o una persona que te genera mucho miedo? Las diarreas están vinculadas a este tipo de sentimientos. Esto nos permite identificar como es la relación entre las emociones y la enfermedad.

Un paciente, por ejemplo, que se enfrenta a una situación intolerable, puede provocar un espasmo siempre que trate de tragar: “no puede tragarlo”. En situaciones análogas de tensión psíquica, otra paciente tiene un ataque de asma “no puedo respirar el aire de casa”. … Tales reacciones físicas son solo una forma en que los problemas que nos inquietan pueden expresarse inconscientemente.”  Anotaba Carl  Gustav Jung.

¿Cómo tomar consciencia  de las emociones y observarnos?

  1. Identifica la emoción: Es clave identificar tu emoción. También en vez de relacionarte con el sentir, más bien, hablar de que experimentas una emoción, por ejemplo de tristeza, rabia, miedo, asco, en fin…

Pregúntate: ¿Qué debo saber?,  Para qué estoy experimentando esta emoción, que me quiere decir esta emoción, que no estoy escuchando, ¿rabia, tristeza? El solo hecho de reconocer la emoción hace que no se quede oculta o disfrazada.

  1. Conversa con tu emoción: Es muy importante disminuir la intensidad de las emociones. Hay muchas formas de lograrlo. Hacer ejercicio, meditar, escuchar algún audio de relajación, hablar con otra persona sobre lo que te molesta o te tiene triste. Preguntarle a la misma emoción que es lo ¿qué te quiere decir, o expresar? ¿qué es lo que debe saber?.
  2. Escribe todo, todo lo que sientes y quieres expresar: Otra opción para evitar que las emociones se conviertan en enfermedades es “botar” todo aquello que te quita la armonía. Escribir es una excelente terapia. Toma una hoja de papel y escribe todo lo que sale de tu corazón, sin restringirte ni censurarte por lo que escribes.

Describe todos los detalles posibles, luego lo lees en voz alta y posteriormente lo quemas. Verás cómo te sientes más liviano y tomarás mejores decisiones.

  1. Descubre la emoción origen de tu enfermedad: Si existe una relación entre las emociones y la enfermedad, cada vez que te sientas mal, válida que tipo de emoción puede haberla generando y cuando ocurrió. Un ejemplo, si no te salen tus proyecto no te salen tus proyectos laborales, tal vez experimentes tristeza.

Descubre si tu reacción es exagerada. Quizás esa emoción está respondiendo a una información que tienes guardada en tu memoria de manera inconsciente o quizás tiene que ver con las experiencias de tus antepasados.  Es necesario indagar en las resonancias familiares.

Como las 11 notas del pentagrama, las emociones existen para que nuestra vida se recorra en los diferentes movimientos y melodías: lírico, Staccato(transicción de un sonido a otro) en fin…Identificar y comprender las emociones nos permite un mejor bienestar. Cada vez que te sientas enfermo, escucha a tu cuerpo y a tu corazón. Ellos siempre tienen cosas importantes para contarte y apoyarte a crecer.    Las emociones están ahí para inspirarte y avanzar.

Pregunta del Coach:

¿Qué emociones reprimes?

¿Cómo reaccionas ante ciertas situaciones de la vida?

¿Cuál es la emoción que te acompaña?

¿Para qué te han servido la tristeza y la ira?


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