El arte de soltar para recibir

Por: Giovanna Fuentes

A veces nos aferramos a las cosas, a las personas, a los trabajos, a los amigos, a la pareja, a los bienes materiales, a las creencias, al querer tener la razón, a la zona de confort, a las ideas, a los pensamientos, etc… que no vemos la magia que se esconde cuando abrimos las manos para dejar ir aquello que ya no tiene sentido en nuestra vida.

Quizás, soltar no sea necesariamente un sacrificio ni un adiós, sino más bien un “gracias” por todo lo aprendido. Es dejar ir lo que ya no se sostiene por sí mismo para permitirnos ser libres y descubrir qué detrás del soltar hay un aprendizaje poderoso.

dar recibir manos

Pixabay

A medida que vamos creciendo nos volvemos hacedores, en una cultura que vive aprisa, en donde la lentitud esta mal vista. Desde que nacemos nos aferramos a la luz, a ese primer aliento, al llanto, al sensible y cálido abrazo del amor maternal, sin embargo, también en la medida en que vamos creciendo, nos aferramos a todo lo que pensamos hemos necesitado para ser felices.

Cuando somos pequeños, nadie nos advierte que este camino es longevo para el sentimiento y precoz para el universo. Entonces aprender a soltar, no significa resignarse o ser un perdedor, ni tampoco significa que no valemos como seres humanos.  Soltar es aprender a dejar el control para confiar en la inteligencia creadora que habita en cada ser.

Soltar se convierte en una inesperada belleza que se esconde, detrás del apego a querer desear como un niño caprichoso, aquello que ya no tenemos, además soltar también es aprender a respetar la libertad del otro en su camino por la vida. Soltar es un arte en donde la fe, la esperanza, se envuelve en esa maravillosa chispa divina.

Entonces aprender a soltar, no significa resignarse, o hundirse o perder, sino que se transforma en una mágica oportunidad de abrir las manos para recibir algo nuevo, inesperado, un regalo, nuevas personas, una vida con plenitud, a descubrir en el sendero del alma, eso insospechado, que puede ser un sentimiento, un amor, un trabajo, una vida nueva en otro lugar, nuevas formas de observar, en fin…

La vida está llena de sabiduría, sí retuviéramos la respiración por mucho tiempo sin exhalar, quizás no pudiéramos respirar.  Estamos tan acostumbrados a aferrarnos a las viejas creencias, las emociones, sentimientos, o a la codependencia emocional, que no vemos el valor de soltar para poder recibir.


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