La historia detrás de la historia

Por: Francisco Manrique.

En mi Post anterior hice un análisis del nuevo cierre de las negociaciones con las FARC. Por esta razón, traigo a colación un aparte del columnista Alfonso Cuellar en la revista Semana, quien escribía lo siguiente: “El plebiscito reveló un país dividido entre quienes están dispuestos a pasar la página y quienes temen que el remedio pueda ser peor que la enfermedad. El Gobierno y las FARC le han dedicado el tiempo a los primeros. Es hora de hablarle a los segundos, y eso arranca con una buena dosis de humildad. Sólo así es posible una paz duradera”.

Pero yo añadiría que también es muy importante reconocer las cosas buenas que se hicieron para lograr la negociación. Por esta razón , en este blog voy a referirme a un tema muy positivo que no se conoce y que explica en buena medida porque fue posible un acuerdo con con este grupo guerrillero.

En esta historia del proceso con las FARC, han habido temas que lamentablemente pasaron desapercibidos y que son muy importantes. La atención se enfocó en los enfrentamientos, las mentiras y las descalificaciones. No se le dio la suficiente importancia al papel y a la preparación de las Fuerzas Armadas (FA), que fueron claves para los acuerdos logrados. Por esta razón, quiero hacerles en este blog un homenaje, porque lo que han hecho, debe de servirle al país para aprender y enfrentar lo que viene. Son un ejemplo para todos de que si se puede!!!.


Fuerzas Armadas Colombia Juan Manuel Santos Militares

Escuela Militar Jose María Córdoba, Bogota, Colombia, agosto 7, 2015. AFP PHOTO/PRESIDENCIA DE COLOMBIA/Cesar Carrion.


Y afirmo lo anterior, a pesar que han habido ataques violentos al papel que jugaron los generales Mora y Naranjo en representación de las instituciones militares y de policia. Tampoco se ha reconocido, el trabajo que siguieron los militares activos, desde que comenzaron a trabajar en el proceso hace cinco años. Para algunos militares retirados, que han hecho unas duras críticas a sus colegas, la nostalgia de las balas no les ha permitido reconocer, que el paradigma del uso único de la fuerza, se agotó.

Sesenta años, cientos de miles de muertos y millones de desplazados, parece que no son argumentos de fuerza para abrir los ojos de estas personas, a esta triste realidad de la cual fueron partícipes ” en la defensa de las instituciones”. Pero para que no se me mal interprete, sin el aporte fundamental de las FA, especialmente en los últimos años, las FARC no se habrían sentado nunca a negociar. Eso es de por sí una gran victoria que deberían reconocer estos ex oficiales, para que podamos darle paso a una nueva realidad.

Desde que el NO ganó el Plebiscito en Colombia, la atención ha estado centrada en todos los temas que se deben de cambiar del acuerdo firmado por Santos con las FARC en Cartagena el 27 de septiembre de este año, y que culminó hace dos semanas, con una nueva firma en el Teatro Colón en Bogotá. Y como es típico de nuestro medio, los aspectos positivos de esta historia de más de cinco años, pasaron de agache. A los colombianos nos cuesta mucho reconocer nuestros logros, y mucho más utilizarlos para construir sobre ellos.

El comentario anterior lo traigo a colación a raíz de dos reuniones que tuve con una de las personas que fueron parte del equipo técnico, nombrado por el Ministerio de Defensa, para acordar los términos del alto del fuego y la desmovilización de la tropa de las FARC.

Fueron unas reuniones muy ilustrativas, porque nos mostraron a quienes participamos en ellas, el esmero y profesionalismo con el que las Fuerzas Armadas ( FA) adelantaron el proceso. Es claro que estuvieron a la altura del reto, al sentarse con sus enemigos, para diseñar la desmovilización, tema fundamental para la sostenibilidad del proceso.

Desde agosto del 2012, se estableció la mesa de apoyo a la negociación con personas del área de inteligencia de las FA. El objetivo fue ayudar a los generales Mora y Naranjo en las negociaciones en La Habana. Más adelante sirvieron al equipo completo liderado por De la Calle y Jaramillo.

Para prepararse para la tarea, durante dos años, miembros del equipo técnico de las FA, recorrieron varios países donde se hicieron negociaciones con grupos armados, como el caso nuestro. Se envió a un equipo de las FA a observar lo que había pasado con los militares en otros post conflictos. Y se evidenció, que si no se preparaban, después quedaban a la merced de las dinámicas políticas con resultados no sostenibles en el tiempo.

Se contó con la ayuda de asesores internacionales, y se prepararon para tratar de incorporar las lecciones aprendidas al proceso colombiano. También, se acordó con el Gobierno, que las FA no serían negociadas en La Habana bajo ninguna circunstancia.

Sin embargo, y a pesar del compromiso de Santos con los militares, la semana anterior a la última firma, hubo un cambio en un párrafo que definía el concepto del “control efectivo de superiores sobre conductas delictivas de subalternos”. Este punto se relaciona con el principio de “responsabilidad de mando”, que la justicia internacional aplica para castigar a los máximos responsables de delitos de lesa humanidad y crímenes de guerra.

Lo que indignó a los militares, es que este párrafo se cumplía para los miembros de la fuerza pública, pero no para la guerrilla de las FARC. Ese cambio, se considero inadmisible y amenazó con volar por los aires lo pactado con las FARC. Y es que este punto, es especialmente importante para el tema de Justicia Especial de Paz, vinculada al futuro de las FA.

En el curso de los estudios de casos de conflictos, como son los ejemplos centroamericanos, se mostró que el gran error fue desmontar las FA y la Policía en El Salvador y Guatemala. La multiplicación de grupos armados en esos países, como los Maras Truchas, fue el resultado directo de la decisión equivocada de dejar sin mecanismos de defensa a la sociedad.

Vale la pena hacer una salvedad, que la comentábamos durante las presentaciones a las que asistí: la inmensa diferencia entre nuestro caso y los ejemplos centroamericanos. Mientras allá las FA y la Policia eran parte muy importante del problema porque estaban tremendamente desprestigiadas, en nuestro caso sucede todo lo contrario. Las FA en Colombia tienen un alto reconocimiento, especialmente en los últimos años, donde se ha hecho un inmenso trabajo de profesionalización que es reconocido internacionalmente.

Otro aspecto del trabajo consistió, en hacer visible un tema que la gente del común no reconoce: las víctimas dentro de las FA que también deberían ser tenidas en cuenta por parte de la Comisión de la Verdad.

La Mesa de Apoyo y Seguimiento se mantuvo hasta agosto del 2014 para convertirse en la Sub Comisión del Fin del Conflicto. En ese momento se crea el Comando Estratégico de Transición al interior de las FA, bajo la dirección del General Florez Aristizabal, segundo al mando de las FA. Su objetivo fue pasar de la confrontación a la transición para terminar en la transformación.

Durante los dos años que siguieron a esta fecha, el objetivo fue el de sostener la presión operativa sobre las FARC, para mantenerlas sentadas en La Habana. Pero también, se comenzó el rediseño de las FA y la visualización de nuevas oportunidades, como el exportar su experiencia, que hoy ya es una realidad. Se definieron seis líneas estratégicas a cargo de las diferentes fuerzas y la Policia. Cada una de ellas tenía la responsabilidad de preparar de manera coordinada los temas a desarrollar.

A lo largo del proceso, las FA contaron con expertos en diferentes temas. Uno de ellos ha acompañado a 52 procesos y hoy trabaja en Myanmar y Siria. También ha sido utilizado por las FARC. Igualmente, se contó con la ayuda de 9 expertos internacionales para la entrega de las armas y la verificación del cumplimiento de lo acordado.

Las FA lograron respetar un tema muy delicado: no interferir en los aspectos políticos de la negociación, aunque si contribuyeron con inteligencia y análisis durante el proceso, temas que fueron claves para avanzar. Otro gran reto fue vencer el escepticismo dentro de las mismas FA. No es fácil dejar sesenta años de violencia y muerte, y sentarse con quienes se les considera enemigos. La preparación concienzuda del equipo técnico de las FA fue crítico para superar esta situación.

Un tema muy interesante, que le falló a Santos y su equipo negociador, pero que al interior de las FA se le puso mucha atención, fueron las comunicaciones. Esto permitió manejar muchos momentos difíciles durante más de dos años y medio de estar sentados en La Habana. Pudieron generar alternativas para destrabar las conversaciones, alternativas consultadas y hechas con tiempo.

En el ejemplo positivo del manejo dado por las FA durante todo el proceso de negociación con las FARC, quiero señalar algo que curiosamente ha pasado de agache ante la opinión pública. Me refiero al extraordinario ejemplo que nos han dado a los colombianos, al prepararse concienzudamente para sentarse a negociar, temas muy complejos con las FARC.

Pero lo más importante, es que fueron capaces de sentarse con quienes habían sido sus enemigos por muchas décadas, y abordar con respeto e inteligencia unas conversaciones muy difíciles de las que dependía el futuro de toda la negociación. Y son un ejemplo, porque nuestros políticos, con Santos y Uribe a la cabeza, fueron incapaces de dar un ejemplo similar para dirimir sus diferencias.

Y habiendo tenido una oportunidad de oro de lograr un acuerdo nacional después de la debacle del referéndum, donde el proceso murió pero volvió a renacer por la presión nacional e internacional, no fueron capaces de romper la dinámica bochornosa que tuvieron desde hace cinco años. Y para rematar, vamos a ver una versión reeditada en los próximos meses, de la reelección que llevó a Santos al poder en segundo mandato. Que vergüenza !!!. (Ver Post anterior)

Para las FA los retos hacia adelante son inmensos. Uno de ellos formar gente preparada para lo que viene desde las ciencias sociales, humanistas, etc. Otro reto fundamental es que las FA no se queden otra vez solas haciendo presencia en los lugares apartados del país, que fueron copados por las FARC, el ELN, los paramilitares, y las bandas criminales. Las demás entidades del Estado deberán de responder, la sociedad apoyar y los políticos dar el ejemplo. Pero sobre todo, nuestra clase política va a tener que estar a la altura de estos retos, cosa que hasta la fecha, tristemente han estado muy, pero muy lejos de cumplir.


 

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