Los dilemas producidos por la pandemia

Por: Francisco Manrique

La pandemia está forzando decisiones que nadie quisiera tomar, creando muchos dilemas muy difíciles en varios frentes a la vez

A medida que pasan las semanas de la cuarentena y el Covid-19 se extiende por el mundo entero, han venido apareciendo un calidoscopio de consecuencias que comienzan a darle la verdadera dimensión a esta crisis.

dilemas Covid-19

Pixabay

Según el NYTimes hace dos semanas, no hay palabras para describir la enormidad del problema que hoy impacta al mundo entero: cuatro mil millones de personas (50% de la población) están inmovilizados; el 90% de los estudiantes en el globo están fuera del colegio; el desempleo en los Estados Unidos, ha alcanzado en un mes, cifras no vistas desde la Gran Depresión del 29. Este es el contexto donde se están tomando decisiones desesperadas y de profundo impacto.

Bienvenidos al mundo de los dilemas difíciles y de sus consecuencias, que están poniendo a prueba el liderazgo de mucha gente. En la mayoría, son funcionarios públicos que hoy están asumiendo la responsabilidad de hacer escogencias muy complejas, y en múltiples áreas, para contener el impacto de la pandemia. Sus decisiones estas afectando profundamente la vida de millones de personas.

En este Post me voy a referir a los diversos dilemas que hoy enfrentamos como humanidad. Tenerlos presentes, ayuda a valorar mejor el trabajo de estas personas que deben tomar decisiones muy difíciles en estas circunstancias.

Etimológicamente dilema se deriva del griego “dilemma” que se puede traducir en dos premisas. Y se aplica a situaciones donde la persona tiene que decidir y escoger entre dos alternativas que son igualmente válidas. Pero hay que agregar que existen dilemas morales o dilemas éticos.

El dilema moral (o ético) se produce cuando una de las escogencias puede generar un resultado censurable desde la perspectiva ética. También se asocia cuando hay que escoger el mal menor, que puede ser condenable éticamente, pero cuyo fin es un objetivo altruista.

Normalmente, un dilema significa una confrontación entre la razón y el corazón. Es una escogencia con consecuencias complejas. Ahora veamos los dilemas que hoy se presentan en diferentes frentes

El campo de la salud.

Ante la escasez de respiradores mecánicos, un médico tiene el dilema de interrumpir el uso de este equipo en un paciente que no muestra muchas posibilidades de vida, para dárselo a otro con mejor pronostico. Esa decisión significa dejar morir al primero y darle la posibilidad de vivir al segundo. Esta escogencia implica para el medico, enfrentar la ira de las familias del enfermo a quien no  se le ofrece el ventilador, que no entienden y se oponen al por qué de la decisión.

Pero esta situación, está evidenciando otra gran disyuntiva para los médicos. Un paciente afectado gravemente por el covid-19, puede presentar problemas coronarios como se ha evidenciado en muchos casos en Inglaterra y en otros paises. Esto obliga a un procedimiento de resucitación cardiopulmonar. Por la escasez de equipos protectores, este procedimiento expone a un grave riesgo a los médicos y enfermeras, a sabiendas de qué hay muy bajas posibilidades que el paciente sobreviva. Las consecuencias de esta situación es frenar una decisión, que, en otras condiciones, sería automática. De aquí nace el gran dilema: ¿Le hacen el procedimiento o no? ¿Se expone el médico o no?

Y detrás de estas escogencias hay otra inmensa disyuntiva. Los médicos han sido entrenados dentro de un marco ético para salvar la vida de sus pacientes. La situación actual “ha puesto este imperativo de cabeza”, como lo describe un reciente artículo del NYTimes.

Pero hay otro gran dilema para el cuerpo médico. En NY, Madrid, Barcelona, Milán, hay mucho personal de salud que se ha enfermado, algunos han muerto. El problema surge cuando hay que decidir entre salvar la propia vida y proteger a sus familias, o exponerse para proteger la  vida del enfermo grave con pocas posibilidades de recuperación. La consecuencia es un gran estrés con impacto psicológico profundo para quienes están sometidos a esta situación.

Pero los dilemas de estas decisiones también tienen otra arista, que no es menor. Dada la escasez de elementos, el escoger recurrir a prácticas no ortodoxas, para atender al paciente   en contra de sus deseos, o los de su familia, con el altísimo riesgo de ser demandados después. El efecto es frenar una decisión para no tener el riesgo de las consecuencias económicas de una demanda penal. El tema es tan grave, que el gobernador de New York, tuvo que sacar un decreto eximiendo de responsabilidad al cuerpo médico por este tipo de decisiones, mientras dure la pandemia.

En el campo social

En otro campo, el dilema que hoy enfrentan los gobernantes en diferentes niveles: tener que ponerle un costo a la vida humana para evaluar las decisiones a tomar en el campo social, cuando también está en juego la paralización de la economía, que igualmente tiene unos efectos sociales muy complejos.

El dilema aparece en la salud pública, cuando se tiene que decidir aislar a la gente, para evitar que el contagio se extienda exponencialmente, como ya ocurrió en Italia, España y ahora en los Estados Unidos. Como resultado de esta decisión que busca salvar vidas, se expone a cientos de miles de personas a morirse de hambre, cómo ya está sucediendo en la India, y a menor escala, en países como el nuestro. ¿En qué momento el costo social va a ser superior al de la epidemia? ¿Cómo se toma esa decisión que de todas maneras va a costar muchas vidas?

El punto anterior se vuelve más crítico, cuando los modelos matemáticos hechos, muestran que permitir el curso de la epidemia, puede hacer menos daño para la economía, pero a un costo muy grande en vidas humanas. En el caso de los Estados Unidos, pueden llegar a más de un millón de muertes. ¿Qué prima en la decisión: la vida o la economía? La salud es vida, la economía son los medios de vida. Es es el gran dilema y debate que se avecina en las próximas semanas.

En el campo económico.

Pero veamos otros dilemas que tocan directamente a la economía y van aparentemente en contravía de la salud y lo social.

Dado que los recursos del Estado son limitados, una prioridad debe ser la de evitar que las personas más desprotegidas se mueran de hambre. Pero hay otro problema muy complejo. La parada en seco de la economía ha obligado a las pequeñas y medianas empresas a despedir sus empleados, para evitar la quiebra. Si el aparato productivo se destruye, las consecuencias después de la crisis serían impensables. ¿Cómo priorizar y distribuir los recursos en esta situación? ¿Dónde debe de estar la prioridad, si al final el costo a pagar, va a ser inmenso no importa el camino que se tome

“La presencia de la enfermedad mata a la gente, y la ausencia de un medio de subsistencia también mata a la gente”. Con esta frase la filósofa Amartya Zen describía el gran dilema que se enfrenta la humanidad, al decidir sobre la prioridad de preservar vidas sin destruir la economía, si la cuarentena se prolonga por varios meses más, particularmente en los países más pobres.

En el caso colombiano, el gobierno de Duque ha puesto el foco en salvar vidas y proteger a los más desprotegidos. Sin embargo, si la crisis económica se prolonga se compromete seriamente la salud de la economía con lo cual se afecta gravemente la subsistencia de millones de personas que se quedan sin medios de trabajo. Por esta razón, ayer se tomaron unas decisiones para apoyar las pequeñas y medianas empresas para que no despidan a la gente.

El desempleo puede llegar a ser tan grave como la misma pandemia. A la fecha más de 16 millones de norteamericanos han pedido ayuda porque perdieron su trabajo en menos de un mes. La cifra más alta había sido 660.000 personas en la crisis del 2008. Esto demuestra la enormidad del problema que hoy enfrenta la economía mundial por cuenta del covid-19

A nivel de la macro economía el dilema está en escoger, entre la ortodoxia fiscal y el romper los límites del endeudamiento, que en otras épocas sería castigado duramente por las calificadoras de riesgos perdiendo el grado de inversion y criticados por la oposición. Las consecuencias de esta decisión serían contar o no con los recursos, para atender los múltiples frentes de la crisis, para enfrentar posteriormente, un muy complejo desbarajuste en las finanzas del estado, con un gran impacto en la economía que tomaría mucho tiempo en ajustar.

Pero hay más. En un mundo interconectado, el cierre de las fronteras puede salvar muchas vidas, pero al costo de destruir las cadenas de suministros, de las cuales dependen muchísimas industrias en la actualidad. ¿Cómo cerrar el paso de gente, sin estrangular el flujo de bienes de los cuales depende más adelante la recuperación económica? Un dilema sin resolver.

En el Mie el financiero, los bancos, que hoy están más sólidos y son parte fundamental de la solución económica, también enfrentan un gran dilema: ayudar a sus clientes o minar su estabilidad financiera.

Y pensando sobre el tema, me surge una pregunta muy importante: ¿cómo generar resiliencia a una pandemia en la economía cuando está crisis actual se termine?. La crisis actual no es la primera ni será la última de acuerdo a los pronósticos que he podido leer en estos días.

En el campo político.

La escogencia de Cuomo en Nueva York , de proteger a los médicos contra los riesgos legales de sus decisiones, se puede prestar a abusos e interpretaciones muy delicadas. Especialmente en el caso de las minorías, que pueden sentir que las decisiones médicas los van a discriminar aún más, favoreciendo a otros segmentos más pudientes de la población. La consecuencia de esta decisión es minar la confianza en las instituciones y las figuras de autoridad cuando es el activo más importante en esta crisis. ¿Cómo proteger a los médicos en esta situación y lograr que los más vulnerables entiendan la importancia de la decisión para no perder su confianza?

Otro ejemplo en este campo es la decisión de Putin de utilizar la pandemia, para sacar ventajas contra sus enemigos geopolíticos en Europa y Estados Unidos, y minimizar el costo político personal en su país, al no tomar las medidas de aislamiento necesarias ni dejar fluir la información. La consecuencia de esta decisión es un alto costo para la población rusa porque la epidemia se está disparando en su país.

En el mismo campo político, se puede ver el dilema de Trump de no afectar económicamente su base de votantes, con miras a las elecciones de noviembre, o aceptar que había que declarar una emergencia sanitaria con el consecuente impacto en la economía. Este señor irresponsablemente decidió negar el problema hasta que no pudo seguir tapando la realidad. El resultado de esa escogencia y la demora en actuar hoy es aterrador: más de 300.000 infectados y 10.000 muertos, superando las cifras de Italia.

Otros dilemas políticos, económicos y de imagen.

En el Japón, mantener los Juegos Olímpicos de Tokio en julio, era un tema fundamental para el Primer Ministro Abe. Suspenderlos tenía un costo económico muy grande, pero también, implicaba un alto impacto en su imagen y la de su país. Tomó la decisión de mantener unos controles selectivos regionales mientras se trataba de minimizar el efecto en los otros frentes. Pero como le sucedió a Putin y a Trump, las consecuencias se volvieron evidentes. La semana pasada el sr Abe tuvo que echar marcha atrás. Los casos se están disparando en Japón y el costo de vidas humanas tuvo que primar sobre los demás objetivos.

Un curioso dilema político de lo tiene el gobierno chino. Evitar el ingreso de personas del exterior vs el conservar la imagen de un régimen que cuida de sus nacionales donde estén. Como se ha privilegiado lo primero, las consecuencias son dramáticas: más de un millón de estudiantes de ese país, están atascados en diferentes partes del mundo y quieren regresar a su patria, donde la epidemia aparentemente está controlada, pero no lo pueden hacer. Una petición hecha por los padres de 200 estudiantes en NY, para que su gobierno los devuelva a casa, y que no ha sido atendida, ha evidenciado la difícil disyuntiva del gobierno chino a consta de su imagen cuidadosamente cultivada.

Como puede apreciar el lector, son muchos los dilemas que enfrentamos como consecuencia de la crisis de salud que afecta globalmente a la humanidad. Durante los próximos meses, de la manera en que se estos se aborden, se estarán sembrando las bases del tipo de mundo que vamos a vivir hacia adelante. Pero también, hay que entender que, las decisiones que se tomen en este periodo van a poner a prueba y estresar los valores sociales y morales que son parte fundamental del tejido de una sociedad.

Y algo que es muy importante entender, para valorar y apoyar. No importa el curso de acción que se tome para enfrentar la crisis, va a tener inmensos costos sociales y económicos. Esta realidad será la fuente de los mayores dilemas morales que se tendrán que enfrentar en nuestra generación.

Como lo leía en uno de los varios artículos que han llegado a mis manos : “es fascinante, en una era de un profundo cinismo político, ver a tantos funcionarios públicos jugar un papel tan central en nuestras vidas, enfrentando unas escogencias tan difíciles, manteniendo un balance entre el manejo de las noticias terribles, y  los mensajes de tranquilidad”


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