De los debates y otros demonios

Por: Juan David Cárdenas.

La actual campaña electoral en Bogotá se ha visto caracterizada por la publicación de gran cantidad de encuestas de intención de voto y la transmisión de debates entre aspirantes a la alcaldía. Canales privados y públicos, emisoras radiales, alianzas entre distintos emprendimientos informativos han invitado a los candidatos, en distintos espacios y formatos, a comunicar sus perfiles, propuestas y opiniones.

El voto informado, entendido como la posibilidad de tomar una decisión electoral teniendo la posibilidad de informarse sobre los planes de gobierno, trayectoria y diferencias entre los candidatos, es el escenario ideal al cual debería apuntar toda sociedad a través de sus sistemas electorales y la responsabilidad de la labor de los medios de comunicación.

Surge la inquietud, valida, en torno a que tanto puede aportar a ese voto informado la realización de tan elevado número de debates en donde la información que circula y las preguntas que se plantean no aportan ningún elemento de novedad, o al menos de cuestionamiento frente a la decisión, y por el contrario terminan convirtiéndose en ejercicios tediosos para los políticos por su previsibilidad, inútiles para los electores por su repetitividad, y caldo de cultivo para los asesores que aprovechan estos espacios para tratar de generar la diferenciación a través de la comunicación negativa, lo que en el fondo distorsiona y empeora aún más una democracia marcada por la exclusión mediática y la imparcialidad informativa

La publicación constante de encuestas, la realización permanente de debates, antes que contribuir al fortalecimiento de la democracia en búsqueda del voto informado pareciera estar llevándonos a un escenario de saturación informativa en donde los menos beneficiados somos los ciudadanos.

Países con una mayor tradición frente a los debates se caracterizan precisamente por no saturar a sus ciudadanos con decenas de debates inocuos. Incluso las grandes campañas electorales que llaman la atención de los ciudadanos son escenarios, en donde en aras de contribuir al proceso político, los medios, en muchas ocasiones, deponen sus intereses y la competencia y establecen alianzas para tener espacios más ricos en términos de confrontación de ideas (la verdadera razón de un debate) al organizar conjuntamente solo un par de grandes debates con los candidatos.

En el caso particular de Bogotá podría decirse que la jerarquía y el nivel de los candidatos – podría ser una elección presidencial- lleva a que todos los medios quieran tenerlos en sus pantallas así sea repitiendo lo mismo. Sin embargo deberíamos reflexionar sobre si la sobreexposición mediática no está afectando la calidad de los procesos electorales y está forzando a las campañas y candidatos a hablar de más, a repetir sus mensajes hasta el cansancio, y puede estar, antes que contribuir a la participación ciudadana, alejando a una ciudadanía cada vez más distante de la política y que cada vez que confía menos en los políticos.


 

Debes loguearte para poder agregar comentarios ingresa ahora