¿Cómo nos puede ayudar la educación a repensar lo que entendemos por prosperidad?

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Debemos redefinir lo que significa prosperar. La prosperidad actual disfrutada por algunos grupos de personas en el mundo ha tenido un impacto devastador en nuestro medio ambiente y ha dejado a demasiadas personas atrás.

La educación a menudo se considera como la panacea de la pobreza, pero, si bien no hay duda de que la educación ha reducido la pobreza y contribuido al crecimiento económico, también ha puesto de manifiesto la necesidad de que nuestras economías sean “reeducadas” para ser más sostenibles e inclusivas.

Nuestra publicación, Asociación para la prosperidad: La educación para el crecimiento verde e integrador, presentada en el Foro Económico Mundial, describe el papel transformador que la educación y el aprendizaje a lo largo de la vida pueden desempeñar en la promoción del crecimiento verde.

La educación puede contribuir a que la producción y el consumo sean sostenibles, proporcionar competencias ecológicas para las industrias verdes, y orientar a la educación superior y a la investigación hacia la innovación verde. Al mismo tiempo que se vuelve más verde, nuestra economía también debe volverse más inclusiva. La prosperidad debe concebirse de manera que no deje a nadie atrás; una integración más estrecha de la educación, las políticas económicas y el empleo es esencial para que este cambio ocurra.

Si la prosperidad continúa a expensas del entorno natural del que todos dependemos para la sobrevivencia, no es próspera en absoluto. Garantizar un crecimiento sostenible e inclusivo requiere un pensamiento innovador y creativo, cultivado conjuntamente por escuelas, universidades, gobiernos, organizaciones de la sociedad civil, empresas y comunidades locales. Este enfoque requiere un aprendizaje que no solo transfiera conocimientos y aptitudes, sino que desarrolle a ciudadanos empoderados, críticos y competentes; ciudadanos que contribuyan a la realización de nuevas formas de emprendimiento y gobernanza, centrados en el bienestar actual y futuro de las personas y del planeta.

Los sistemas educativos también deben hacer algo más que transferir conocimientos. Necesitamos una educación que sea adecuada para abordar los desafíos que enfrentamos: una educación que promueva valores inclusivos y apoye nuestra visión compartida de un mundo más equitativo, justo y pacífico.

Y mientras que lo que aprendemos en la escuela es importante, nunca será suficiente para asegurar un futuro sostenible y equitativo para todos. Al hacer una transición vital hacia industrias más verdes nos enfrentamos a un desajuste masivo entre las habilidades y las necesidades laborales, las calificaciones y el empleo.

El porcentaje mundial de empleos realizados por trabajadores altamente calificados ha aumentado casi un 40% desde 1990, y se anticipa que representará casi el 20% de la mano de obra en 2015. Durante el mismo período, el porcentaje de empleos realizados por trabajadores medianamente calificados cayó por casi un 10%, mientras que la proporción de la mano de obra poco calificada aumentó de manera correspondiente.

La ecologización de las industrias requerirá formación y educación continua para trabajadores de baja y mediana habilidad, a menudo en el trabajo; sin embargo, para 2020, nuestro Informe muestra que en el mundo podrían faltar 40 millones de trabajadores con educación terciaria en relación con la demanda.

sp-blogA medida que intentamos que nuestras economías sean más sostenibles y más inclusivas, todos deben tener oportunidades de continuar aprendiendo a lo largo de sus vidas.

Dado que la mayoría de las decisiones importantes para nuestro planeta de los próximos 15 años las tomarán personas que ya han salido de la escuela, seguir aprendiendo a lo largo de nuestras vidas es instrumental para crear una verdadera y compartida prosperidad.

Solo entonces podremos ayudar a los que están atrasados a ponerse al día, y asegurar que estemos constantemente desafiados a reconsiderar el efecto que nuestras vidas diarias están teniendo sobre nuestro planeta.

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, adoptada por todos los gobiernos en septiembre de 2015, considera que los desafíos sociales, económicos y ambientales de nuestro tiempo son indivisibles. Para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se necesitan acciones y planes integrados donde los diversos sectores, tipos de actores y niveles de gobierno trabajen juntos.

En esta nueva publicación demostramos la necesidad de:

  • Cooperación reforzada: para asegurar un financiamiento adecuado, desarrollar y difundir la innovación tecnológica, y desarrollar capacidades para implementar planes nacionales;
  • Mejora sistémica: mejorar la coherencia de las políticas, crear asociaciones entre múltiples interesados y mejorar los datos, el seguimiento y la rendición de cuentas;
  • Condiciones macroeconómicas favorables: incluido el comercio inclusivo, la sostenibilidad de la deuda y la inversión sana.

Para lograr esta ambiciosa agenda, es esencial establecer asociaciones nuevas y reforzadas; para alcanzar una verdadera prosperidad que no se haga a expensas de la gente o nuestro planeta, necesitamos equidad, igualdad y educación inclusiva, así como oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida para todos.


Nota publicada en el Blog de la Educación Mundial de la UNESCO, reproducida en PCNPost con autorización.


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SOURCE: Blogs de la Educación Mundial

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