¿Están nuestras leyes listas para la telemedicina? 

En la actualidad, la telemedicina ha adquirido un papel clave para favorecer el acceso a la atención en salud y mejorar la calidad, oportunidad y gestión de la asistencia sanitaria. Su desarrollo inicial estuvo vinculado a la posibilidad de aproximar servicios de salud en los primeros vuelos espaciales o a poblaciones residentes en lugares remotos. Por eso, las primeras definiciones consideraban a la distancia como un factor crítico. Sin embargo, otras situaciones como la pandemia COVID-19 e incluso los trágicos conflictos bélicos, han estimulado su uso, importancia y utilidad para facilitar la atención, la evaluación de pacientes, la gestión de traslados y seguimientos.

¿Sabemos, por ejemplo, si un diagnóstico hecho por medio de un dispositivo móvil tiene validez? Para conocer el nivel de madurez normativa en materia de telemedicina en los países de la región el BID identificó y midió una serie de categorías y dimensiones involucradas en el desarrollo de regulaciones integrales en la materia, siguiendo con la serie sobre Marco normativo para la salud digital en América Latina y el Caribe. Veámoslo a continuación.

Categoría 1: Aspectos regulatorios de la telemedicina 

  • Cuestiones generales sobre la normativa de telemedicina.
  • Prestación de servicios.
  • Autoridad de aplicación. Funciones.

Categoría  2: Gobernanza en telemedicina 

  • Estrategias nacionales y/o planes de gobierno específicos.
  • Formación y capacitación en telemedicina.
  • Alcances de la implementación en el sistema de salud.

Categoría  3: Protección de datos personales de telemedicina 

  • Resguardo jurídico de los datos personales de salud.
  • Titularidad, uso y transferencia de los datos de salud.
  • Seguridad de los datos de salud.

 Categoría 4: Aspectos tecnológicos de la telemedicina 

  • Infraestructura y conectividad.
  • Especificidades técnicas y/o tecnológicas propias de la telemedicina.
  • Servicios y herramientas digitales afines a la telemedicina.

Categoría 5: Actuación de instituciones y equipos de salud en telemedicina 

  • Marco de habilitación para el ejercicio de la telemedicina.
  • Cuestiones conexas al ejercicio de la telemedicina.
  • Prestación de servicios interjuridisccionales.
  • Humanización del acto telemédico.

Categoría 6: Rol de los pacientes en la telemedicina 

  • Consentimiento sobre derechos personalísimos.
  • Acceso y equidad.
  • Derechos y obligaciones de los pacientes.

Categoría 7: Principios y derechos humanos transversales a la telemedicina

  • Reducción de brechas digitales.
  • Reducción de barreras.
  • Protección del medioambiente.
  • Principios de bioética digital.

Primeros resultados generales de cómo avanza la telemedicina en la región

El análisis regional demuestra avances dispares respecto a la normatividad en materia de telemedicina. De los veintiséis países relevados, solo dos de ellos cuentan con un puntaje total que supera el 50% de madurez normativa. En promedio, el 34,61% de los países se encuentra ubicado en el Nivel 1 (no se identifica norma vigente), el 46,15% en el Nivel 2 (existencia de norma en sentido amplio y aislada) y el 19,23% en el Nivel 3 (existe una ley vigente insuficiente, incompleta o inespecífica). Ningún país logró alcanzar puntajes totales que permitan ubicarlos en el Nivel 4 (normas vigentes en forma de leyes reglamentadas) o 5 (leyes reglamentadas, autosuficientes y con procesos de seguimiento y mejora continua).

De la totalidad de los países estudiados, solamente trece (un 50% del total de veintiséis países relevados) cuentan con regulaciones vigentes que, en mayor o menor medida, habilitan servicios de telemedicina.

En lo referido a la categoría de protección de datos personales, es la que cuenta con mayor cantidad de normas, leyes, decretos y regulaciones en los países relevados. Específicamente, aquí se encuentran legislaciones vinculadas con la institución del habeas data y con alcances tanto sobre instituciones del sector público, privado, como sobre individuos, pero falta aún un camino a recorrer para alcanzar una protección específica para el dato en salud.

En relación con los aspectos tecnológicos que involucran a la telemedicina, los resultados de la región son dispares. El 42,30% de los países relevados no superan el Nivel 1, mientras que el 46,15% se ubican actualmente en el Nivel 2. Los países que mejores resultados han obtenido (11,53%) ocupan el Nivel 3. En promedio, la región obtuvo el 21,64% de los puntos en esta categoría. Gran parte de ese porcentaje se encuentra vinculado a la existencia de normas sobre otras herramientas de la salud digital que se relacionan con la telemedicina, como es el caso de la historia clínica electrónica/digital, receta digital y estándares de interoperabilidad. A pesar de ello, la gran mayoría de estas normas no se encuentran en diálogo con los marcos legales de telemedicina y conviven de manera desarticulada.

Sobre las regulaciones legales que establezcan disposiciones en torno al rol de los pacientes en el contexto de la atención en salud mediante telemedicina, son escasos los países que garantizan el acceso de la población a la telemedicina sin distinción de cobertura y/o seguro médico, el establecimiento de derechos y obligaciones específicas en relación con la atención mediante telemedicina o la información que se le debe brindar acerca de las condiciones de admisión y desarrollo de la consulta virtual. Por último, es importante subrayar que solo un 19% de los países relevados cuenta con algún grado de avance en la categoría 7 de “Principios y Derechos Humanos transversales a la telemedicina”.

Las tareas pendientes para la salud digital

Es necesario diseñar, implementar y desarrollar hojas de ruta en salud digital en la región que permitan la construcción de ecosistemas legislativos adecuados con el objeto de facilitar y fomentar el desarrollo de la telemedicina como estrategia de prestación de servicios de salud dentro de cada país. Esto de acuerdo con las particularidades y necesidades específicas y bajo mecanismos sólidos de gobernanza.

El desarrollo de normativas configura una acción concreta en la tarea de acompañar los procesos de transformación digital, así como también la elaboración de mapas normativos para la identificación de áreas de ausencia normativa y la generación de ecosistemas digitales legislativos integrados, orgánicos y sistematizados en telemedicina. Todo esto con estrategias que incorporen el componente normativo como un aspecto central para la aceleración de los desarrollos y el aseguramiento de los derechos fundamentales.

Potenciar la telemedicina requiere de abordajes sanitarios y tecnológicos, con un marco normativo como determinante para la transformación digital en salud, lo que permitirá un sistema de normas que comprendan este lenguaje y faciliten su puesta en marcha en beneficio de la salud.


Nota publicada en Los Blogs del BID reproducido en PCNPost con autorización.


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SOURCE: BID

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