¿Cómo acelerar la participación económica y social de los pueblos indígenas?


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El jefe Kayapo, Raoni Metuktire de Brasil (L), en el teatro Mogador, recibiendo el premio The Equator Prize. Diciembre 7, 2015. AFP / Miguel MEDINA

Cuando se habla de la colaboración de los pueblos indígenas de América Latina y el Caribe (ALC) en la recuperación de economías dañadas por el COVID-19, hay que pensar en su contribución al tejido productivo y cómo poner en valor sus patrimonios naturales, sociales y culturales.

En torno a la mitad de la población indígena de ALC reside en ciudades y mantiene relaciones con sus comunidades de origen. Sin embargo, debido a una segmentación en el mercado de trabajo, y la escasez de políticas públicas culturalmente pertinentes, su impacto sobre la actividad económica es menor que en países desarrollados como Canadá, Australia y Nueva Zelanda: en este último, por ejemplo, estimaciones recientes indican que las empresas de propiedad indígena (en su mayoría del pueblo maorí) representan hasta un 8% del producto interior bruto del país, muy por encima de las cifras comparativas en ALC.

Superado ya el enfoque tradicional de inclusión de los pueblos indígenas, el grupo BID promueve el llamado desarrollo con identidad: la preservación de las características propias de los pueblos indígenas al tiempo que se maximiza su potencial para contribuir a la salida de la crisis, uno de los llamados fundamentales del Día Internacional de los Pueblos Indígenas que se celebró este domingo.

Es clave que el sector privado vea la oportunidad que hay en este colectivo que – junto con las mujeres, los afrodescendientes, LGBTQ+ y personas con discapacidad – está por debajo de la media de la región en casi todos los baremos laborales y de productividad. También es necesario que el sector público ayude a abrir oportunidades al empresariado indígena y reducir sus barreras de acceso a financiamiento. Este es el caso de Australia y Canadá, que cuentan con políticas de compras públicas y estrategias nacionales para promover el desarrollo del sector empresarial indígena.



La percepción de que los indígenas no quieren integrarse, y no quieren participar en la economía del siglo XXI, sigue estando muy extendido por ALC; también la idea de que los indígenas viven en sociedades “atrasadas” que poco cambian en el tiempo. El racismo y rechazo a las formas de vida y ejercicio de los derechos colectivos de los pueblos indígenas están asimismo extendidos.

Esto es evidente en las estadísticas laborales compiladas por la Organización Internacional del Trabajo. En ALC, el porcentaje de asalariados indígenas es muy inferior, por ejemplo, al de Norteamérica. Además, la brecha salarial entre indígenas y no-indígenas es la mayor del mundo, del 31,2% de media, comparada con un 7,9% en Norteamérica, debido a diversas circunstancias.

Un problema clave es que, aunque los niveles de empleo entre los indígenas de ALC son elevados, mucho de este empleo es informal y de baja calidad. Una vez más, de acuerdo con la OIT, ALC tiene aquí la mayor brecha del mundo: un 82,6% de los empleados indígenas en la región son informales, mientras que sólo un 51,1% de los no-indígenas lo son, una diferencia de más de 30 puntos porcentuales; la media global es de 19 puntos porcentuales.

De todos modos, ha habido avances en años recientes. En Panamá, el BID aprobó el año pasado un préstamo de US$40 millones para un programa que busca conceder líneas de crédito a cerca de 1.400 empresarios locales indígenas y crea instrumentos específicos para acceso a financiamiento y desarrollo empresarial indígena.

En Ecuador, BID Invest ha colaborado en dos proyectos, de Tiendas TIA y DesdelSur, los cuales colaboran con empresariado indígena en la cadena de suministros que buscan expandir sus operaciones y generar empleos a nivel nacional. TIA recibió un préstamo de US$40 millones, mientras que el de DesdelSur suma US$30 millones.

La conmemoración del Día Internacional de los Pueblos Indígenas es una oportunidad para reflexionar sobre cómo el sector privado puede impulsar su potencial – a través de modelos y alianzas que satisfagan las demandas del mercado, así como consideraciones culturales básicas – para su crecimiento y el de las economías de la región.


Nota publicada en el blog “BID Invest – Negocios sostenibles”, reproducido en PCNPost con autorización.


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SOURCE: BID Invest

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