Autoridad europea alimentaria juzga “improbable” que glifosato sea cancerígeno

Resultado de la pulverización con glifosato en cobertura total de un cultivo de maíz, resistente al glifosato. Se observa la supervivencia de las plantas de maíz transgénico junto al control de todas las malezas por parte del herbicida, tanto en la línea de cultivo como entre los surcos. Por: Maggilautaro, 2011. Wikimedia Commons. CC BY-SA 3.0


La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) juzgó “improbable” el jueves que el glifosato, muy utilizado en los pesticidas, sea cancerígeno para el ser humano, contradiciendo así lo afirmado en marzo por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La opinión de la EFSA fue aplaudida por la industria agroquímica y criticada por ONG como Greenpeace, que puso en tela de juicio la independencia de la Autoridad Europea.

La Comisión Europea debe decidir antes de junio de 2016 si conserva o no al glifosato, el herbicida más producido en el mundo, en la lista de la UE de sustancias activas autorizadas para la próxima década y esperaba las conclusiones de la EFSA. “La Comisión toma nota del informe. Tenemos hasta junio de 2016 para tomar una decisión”, indicó Enrico Brivio, portavoz comunitario, en una conferencia de prensa, quien precisó que dicha decisión se tomará luego de consultar a los Estados miembros.

El informe de la EFSA servirá como guía a la Comisión Europea. También servirá a los Estados miembros cuando deban reevaluar la seguridad de los pesticidas que contienen glifosato. Esta decisión contradice la anunciada en marzo por la agencia del cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que consideró como cancerígenos “posible” o “probable” a cinco pesticidas, entre ellos el glifosato.

La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC, por su siglas en inglés) calificó entonces al glifosato, presente entre otros en el Roundup de Monsanto, uno de los herbicidas más vendidos, de cancerígeno “probable para el hombre”, pero precisó que las “pruebas son limitadas”. Esta opinión de la IARC motivó la suspensión en Colombia de la fumigación aérea de los cultivos de coca. En Francia, la ministra de Medio Ambiente, Ségolène Royal, pidió la prohibición de la venta de herbicidas con esa sustancia a los particulares.

El panel de científicos de la EFSA y de expertos de los órganos de evaluación de riesgos de los Estados miembros fijó en su informe una dosis máxima de referencia para el glifosato. No debería ser superior a 0,5 mg por kilo de peso corporal.

“Es la primera vez que tal exposición se aplica a esta sustancia”, indica la EFSA.

Además de esta dosis de referencia, la EFSA propone otros límites de seguridad toxicológica como guía. Ya se fijó un límite de 0,1 mg por kilo de peso corporal como un nivel aceptable de exposición para los operadores y una dosis diaria aceptable para los consumidores acorde a la dosis máxima de referencia (0,5 mg).

La EFSA utilizará estos “nuevos valores toxicológicos” cuando reexamine junto con los Estados miembros en 2016 los límites máximos de residuos en los alimentos por el glifosato.

La industria aplaude, las ONG critican: 

“La conclusión de la EFSA marca una nueva etapa clave en el proceso de reevaluación científica del glifosato”, indicó en un comunicado Richard Garnett, presidente del Glyphosate Task Force, que reagrupa a unas 40 empresas presentes en la agroquímica, entre ellas la estadounidense Monsanto y la suiza Syngenta.

La opinión de la autoridad europea “confirma las evaluaciones anteriores por las autoridades del mundo entero, que concluyeron de manera constante que la aplicación del glifosato no plantea ningún riesgo aceptable para la salud humana, los animales o el medioambiente”.

Pero la opinión publicada por la EFSA fue duramente criticada por Greenpeace, que denunció que la UE “blanquea el peligro de cáncer del herbicida más utilizado en el mundo”.

Greenpeace puso además en duda la independencia de los expertos de la EFSA.

“Las evidencias sobre el daño [del glifosato] son irrefutables pero la EFSA desafía a la agencia del cáncer más autorizada del mundo para satisfacer a las corporaciones como Monsanto”, dijo Franziska Achterberg, directora para políticas alimenticias de Greenpeace.

Las conclusiones sobre el glifosato de la EFSA “plantean serias dudas sobre su independencia científica”, añadió.

El riesgo para la salud por el uso del glifosato, incluido el riesgo de cáncer, será analizado por otro organismo comunitario, la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA, por su siglas en inglés), que podría adoptar una opinión diferente a la de la EFSA, señaló Greenpeace.

El uso de herbicidas que contienen glifosato se generalizó rápidamente desde que salió al mercado en la década de 1970. Con el desarrollo de cultivos transgénicos resistentes a esa sustancia, como la soja RR (Roundup Ready) de Monsanto, su uso se generalizó aún más. AFP


 

 

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