Autenticidad femenina: un liderazgo necesario

Solo un 5% de los consejeros delegados de las compañías del Índice S&P 500 de Wall Street son mujeres. Equivalentes a 25, según los últimos datos recopilados por el grupo de investigación Catalyst. Por otro lado, después de haber alcanzado un récord de 32 en 2017, el número de mujeres al frente de la lista de empresas Fortune 500 ha caído a 24, lo que significa un descenso del 25% en apenas un año. Son cifras preocupantes, al igual que la tendencia detectada en una reciente investigación de la Red de Mujeres Ejecutivas de Estados Unidos, que muestra que las mujeres en altos cargos están dejando sus trabajos a una tasa casi cuatro veces mayor que la de los hombres.

Mostrar una cara en casa y otra en el trabajo es cosa del pasado. El tipo de líder que reclaman y necesitan cada vez más las empresas es aquel que no tiene miedo de ser sí mismo y actuar como tal. Sin máscaras. Las mujeres particularmente tenemos que vencer ese temor y romper con la idea que disfrazarse de hombre es la única receta para el éxito.



El Profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard, Bill George popularizó el concepto de “liderazgo auténtico” con un libro publicado en 2003 en el que daba las claves para ejercerlo. Desde entonces se ha hablado y escrito mucho al respecto, siempre con bastante consenso sobre cuáles son sus ingredientes esenciales:

  • Honestidad: no esconderse, ni siquiera cuando hay dudas o flaqueza. No avergonzarse de las vulnerabilidades y ser franco sobre el cómo y el porqué en la toma de decisiones.
  • Responsabilidad: asumir los errores propios y compartir los de los empleados, para aprender de ellos como equipo.
  • Humildad: aceptar que uno no es perfecto ni lo sabe todo. Tener los pies en la tierra permite ser más receptivo para aprender cosas nuevas, saber cuándo delegar o pedir consejo a otros sin sentirse culpable.
  • Valentía: para cuestionar el status quo y defender al equipo si es necesario. Para relativizar las críticas y liberarse de la necesidad de complacer a todo el mundo y encajar en cada situación.

Aquellos que todavía recelan de los liderazgos femeninos se escudan en el conocido como “síndrome de la abeja reina”, que argumenta que las mujeres en puestos de alto nivel excluyen activamente a otras mujeres de promociones para cargos senior. Sin embargo, un estudio de Credit Suisse desmintió esa teoría y reveló que las consejeras delegadas de empresas son mucho más propensas a rodearse de otras mujeres en puestos de responsabilidad. De hecho, tienen un 50% más de probabilidades de escoger a otra mujer como directora financiera, que sus homólogos masculinos.

 Autenticidad: El activo de quienes lideran hoy

“Presentar el liderazgo como una lista de cualidades cuidadosamente definidas (como estratégico, analítico u orientado al desempeño) ya no sirve. En cambio, el verdadero liderazgo se origina de la individualidad que se expresa honestamente y a veces imperfectamente (…) Los líderes deben aspirar a la autenticidad sobre la perfección”, como explicó la directora de operaciones de Facebook, Sheryl Sandberg.

Otro ejemplo que suele utilizarse al hablar de liderazgo auténtico es el de la empresaria y periodista Arianna Huffington. La fundadora del Huffington Post abandera desde hace tiempo la importancia del conocimiento personal y de sentirse bien con uno mismo, a nivel físico y mental. También ha hecho énfasis en las ventajas que proporcionan las pausas, los espacios para desconectarse temporalmente, huir del eterno “modo crisis”.

La autenticidad debe ser un valor en alza, particularmente en tiempos de internet, redes sociales y filtros para cada fotografía que tomamos. Las generaciones más jóvenes quieren saber más de sus líderes. Si esos líderes son honestos, responsables, humildes y valientes, serán el ejemplo perfecto para avanzar en la dirección correcta.

Este artículo fue publicado previamente en AméricaEconomía y publicado en PCNPost con autorización.


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SOURCE: Los Blogs del BID

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