Shanghái, ¿de “sobre el mar” a “bajo el mar”?

Shanghái y sus rascacielos se ven amenazados por la subida del nivel de los océanos. Para evitarlo, las autoridades chinas invierten fortunas para consolidar los diques, aunque la obsesión del régimen por el crecimiento puede debilitar a la megalópolis, según expertos.

En término de población, la ciudad sería la más amenazada del planeta por la subida de las aguas, según un informe publicado en 2015 por el instituto de investigación estadounidense Climate Central.

Una subida de 2 grados de la temperatura mundial podría inundar la ciudad afectando a 11,6 millones de habitantes, indica Climate Central.


Houtan Park, río Huangpu River, Shanghai, noviembre 1, 2016. AFP PHOTO / JOHANNES EISELE

Houtan Park, río Huangpu River, Shanghai, noviembre 1, 2016. AFP PHOTO / JOHANNES EISELE


Si la subida fuera de 4 grados los afectados por las inundaciones llegarían a 22,4 millones, casi la totalidad de la población de la ciudad, una de las más habitadas del mundo.

Shanghái formará parte de las ciudades asiáticas más vulnerables a las inundaciones costeras en el horizonte del año 2070, estima el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).

La megalópolis, construida a orillas del mar y atravesada por el río Huangpu, ya está superada.

“Tenemos a menudo más de 100 mm de precipitaciones en una hora y sólo tenemos capacidad para tratar 36 mm”, explica Zhang Zhenyu, vicedirector del Centro de Control de las Inundaciones de Shanghái.

La municipalidad decidió construir un túnel, de un costo de unos 4.800 millones de dólares, destinado a evacuar el exceso de lluvia.

Shanghái, literalmente “Sobre el Mar”, cuya vasta superficie abarca la orilla sur del estuario del río Yangtsé, uno de los más largos del mundo, debe efectuar trabajos de consolidación sobre 135 de sus 500 km de diques marítimos.

Existe un esfuerzo real para enfrentar el problema, pero hay dos grandes obstáculos, el régimen autoritario de China y la obsesión del crecimiento económico, estiman los expertos.

El sistema permite a las autoridades aplicar rápidamente las decisiones políticas, pero la promoción de los cuadros dirigentes depende estrechamente de la contribución al crecimiento económico, lo que lleva a privilegiar el corto plazo en el momento de decidir, estima Cleo Paskal, del centro de reflexión británico Chatham House.

Ls especialista cita el ejemplo de las fábricas de productos tóxicos instaladas en zonas costeras de China en función de criterios de rentabilidad.

“A largo plazo hay un riesgo enorme. Pero la decisión del responsable será registrada por el sistema como un aporte al crecimiento”, dice Cleo Paskal.

El medio ambiente es un tema muy político en China, donde las ciudades son cubiertas a menudo por nubes grises de contaminación.

La censura es otro problema, sostiene Li Yafei, profesor adjunto de estudios de medio ambiente en la universidad de Nueva York en Shanghái.

Impide la circulación de la información y que investigadores consulten informes considerados sensibles.

Shanghái es una ciudad rica y las autoridades invierten mucho dinero para controlar la subida de las aguas, explica Li.

Pero se focalizan demasiado en las amenazas visibles como las inundaciones, suceptibles de causar inestabilidad social, y dejan de lado otros problemas como la biodiversidad.

El cambio climático afecta al conjunto de la sociedad, a numerosos sectores, más allá de la reparación de los diques. Sin embargo, eso no entra en el campo de visión de la estructura autoritaria y algunos riesgos no son tratados como corresponde: Li Yafei

Stefania Balica, investigadora en administración de inundaciones, destaca que los célebras rascacielos del barrio de Pudong, a orillas del Huangpu, están “muy protegidos por diques muy altos”.

Pero en el caso de una catástrofe natural, las primeras víctimas serían los habitantes de las zonas periféricas instaladas cerca de las costas, a una quincena de km del centro de la ciudad, dice. AFP


 

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