El Plebiscito por la Paz

Por: Samuel Azout.

Estoy de acuerdo con las negociaciones de paz con las FARC. Las razones son sencillas: los conflictos, además de causar gran dolor humano, son un obstáculo para el desarrollo. Dicho de otra manera, la paz es condición necesaria para el desarrollo de los países, por lo cual debemos buscarla decididamente. Siempre.

Está claro que el Acuerdo con las FARC debe asegurar reparación integral a las víctimas, no repetición, entrega de armas, restitución de derechos y de tierras, y fin de hostilidades y de actividades de narco tráfico de las FARC, entre otras. También es claro que habrá un sistema de justicia transicional para aplicar las penas. Somos conscientes que estas serán reducidas, lo cual es aceptable mientras estén cobijadas dentro del marco del derecho internacional.

En el plebiscito los Colombianos vamos a decidir si nos gusta o no el Acuerdo. Tenemos que estudiarlo bien porque sería terrible votar NO a un buen Acuerdo, o votar SI a un mal Acuerdo. El Gobierno está dando a conocerlo para que nosotros, los ciudadanos, tomemos la mejor decisión de acuerdo con nuestra conciencia. Irrespectivo a la válida discusión sobe el umbral, el plebiscito es la democracia en acción.

Al empezar a desmenuzar el Acuerdo, se nos pueden ocurrir algunas preguntas. Por ejemplo, en el caso de drogas ilícitas, el Acuerdo con las FARC reza lo siguiente en relación a las obligaciones del Estado Colombiano: “El compromiso del Gobierno Nacional de poner en marcha las políticas y programas de este punto, de intensificar y enfrentar de manera decidida la lucha contra la corrupción en las instituciones causada por el problema de drogas ilícitas, y de liderar un proceso nacional eficaz para romper de manera definitiva cualquier tipo de relación de este flagelo con los diferentes ámbitos de la vida pública.”

En cuanto a las obligaciones de las FARC el acuerdo dice textualmente: “El compromiso de las FARC-EP de contribuir de manera efectiva, con la mayor determinación y de diferentes formas y mediante acciones prácticas con la solución definitiva al problema de las drogas ilícitas, y en un escenario de fin del conflicto, de poner fin a cualquier relación, que en función de la rebelión y en razón del conflicto se hubiese presentado con este fenómeno.

Finalmente, el Acuerdo dice: “El Gobierno Nacional y las FARC-EP manifiestan su firme compromiso a la solución definitiva de las drogas ilícitas.” (En este enlace el acuerdo sobre drogas ilícitas)

A simple vista todo esto está muy bien. Pero, para que las FARC reciban todo el tratamiento especial en materia de justicia y participación política que se les está ofreciendo, un ciudadano cualquiera podría preguntarse lo siguiente:

a) cuántos laboratorios de coca tienen las FARC en su poder?

b) cuánta tierra cultivada de coca tienen bajo control?

c) cuánta cocaína están produciendo?

d) cuál es el cronograma de desmonte de laboratorios?

e) cuál es el cronograma de erradicación de todos los cultivos que controlan,

f) cuanto dinero tienen en su poder que provienen del narcotráfico?

g) cuándo van a entregar el dinero?

h) quién va a verificar todo esto?

i) con qué informes?

j) con qué frecuencia?

k) cuáles son las consecuencias de incumplimiento?


Plebiscito paz colombia farc

AFP PHOTO / Luis Acosta


Todas estas preguntas también pueden hacerse sobre los compromisos del Gobierno en cuanto a sustitución de cultivos, trabajo de prevención de consumo, y fortalecimiento policivo y de justicia.

Lo que hasta el momento no hemos visto en el Acuerdo y sería deseable tener antes de votar el plebiscito son compromisos concretos verificables. Lo que se ha entregado no incluye números, ni resultados específicos. Como en el caso de drogas ilícitas, los compromisos en los diferentes temas son de intención y de política. Es decir, no habría manera objetiva de hacerle seguimiento específico a su cumplimiento.

Las autoridades han dicho que las respuestas vendrán cuando comience la implementación de los acuerdos. Obviamente, esto será después del plebiscito. En el plebiscito votaremos unos compromisos generales, posiblemente bien intencionados, pero etéreos, un poco vagos, si se quiere. Se corre el riesgo que esta falta de especificidad se convierta en motivo de intranquilidad para algunos electores.


 

Debes loguearte para poder agregar comentarios ingresa ahora