¿Qué es un bono B?

Por: Elizabeth Nicoletti.

Con una brecha de financiamiento de casi $200 mil millones anuales, es virtualmente imposible cerrarla solo con el apoyo de los bancos de desarrollo de América Latina y el Caribe. Aunque, hay buenas noticias.

Pese a que las hojas de balance de la región pueden entregar una fracción del financiamiento necesario, los bancos de desarrollo están multiplicando su impacto en otras maneras.  Una de las estructuras más novedosas, que les permite hacer más con menos, es el bono B o B-bond.

La estructura financiera es relativamente simple, pero su impacto en el desarrollo puede ser catalítico. El ejemplo más reciente es la construcción de la planta La Jacinta, ubicada en Salto, Uruguay, que fue financiada por BID Invest, con el patrocinador Invenergy.

Para este proyecto, BID Invest estructuró un bono B de US$65 millones, que fue vendido a un vehículo para fines especiales (SPV, por sus siglas en inglés) y luego ofrecido en una colocación privada a inversores institucionales. De esta forma, BID Invest movilizó el préstamo total requerido para el proyecto, pero financió solamente los US$3,6 millones, a través de un préstamo A.


Bono B


Una estructura pionera para facilitar el financiamiento

El bono B permite que BID Invest involucre inversionistas institucionales. Estos son importantes por la cantidad de capital con la que cuentan (sus activos son equivalentes al 20% del producto interno bruto de toda América Latina y el Caribe), y tradicionalmente prefieren invertir en mercados desarrollados. Ahora, junto a BID Invest, se sienten más cómodos frente al riesgo que conlleva invertir en mercados emergentes.

BID Invest fue pionero al utilizar esta estructura en 2013, para financiar la planta hidroeléctrica de 305 megavatios Reventazón, en Costa Rica, desarrollada por la compañía estatal ICE. En esta operación, BID Invest además de entregar un préstamo A de US$200 millones, atrajo inversionistas institucionales mediante un bono B de US$135 millones. En 2016, se emitió el segundo bono B con la planta eólica Campo Palomas, también ubicada en Uruguay. BID Invest financió US$67 millones de su propio capital y movilizó otros US$68 millones de DNB Bank, entidad que luego vendió su participación como bonos.

¿Cuáles son las ventajas de los bonos B?

  1. Soluciones a largo plazo: Los plazos son más extensos que los ofrecidos regularmente por los bancos comerciales. La Jacinta es un proyecto a 25 años plazo, uno de los mayores plazos para un bono de proyecto en América Latina y el Caribe. Además, tanto en Campo Palomas y como en Reventazón, los inversionistas institucionales y BID Invest entregaron financiamiento a 20 años plazo.
  2. Confort del mercado: BID Invest ha visto crecer su red de inversionistas institucionales. Para muchos de ellos, América Latina y el Caribe es una jurisdicción donde ellos no han establecido un historial. Sin embargo, la participación de BID Invest, estructurando y compartiendo el riesgo les otorga seguridad.

En Reventazón, ninguno de los inversores tenía experiencia previa en Costa Rica. En Campo Palomas, solo un inversionista tenía experiencia en Uruguay. En los próximos meses, BID Invest organizará una gira para incentivar a inversionistas institucionales de la región a invertir en sus propios mercados. Mientras los proyectos se materializan, la estructura de bonos B puede ser replicada para acomodarse a la diversidad de los proyectos de infraestructura y su ubicación geográfica.

  1. Calificación del grado de inversión: El bono de La Jacinta fue calificado como GB2 por Moody’s, lo que fortalece su marco de bono verde. En Campo Palomas, el bono B recibió una certificación de bono verde de DNV-GL y una calificación internacional Baa3 de Moody’s. Finalmente, Reventazón obtuvo una calificación de grado de inversión, que supera el techo de préstamos con garantía soberana.
  2. Permite hacer más con menos: BID Invest se beneficia de estas estructuras porque comparte el riesgo del proyecto con los inversionistas y libera capital de su balance para otros proyectos de desarrollo. Este año, por ejemplo, BID Invest dobló sus movilizaciones sin tener que doblar su capital requerido.
  3. Impacto en el desarrollo: La inversión en Uruguay es parte de una tendencia del país hacia la mitigación del cambio climático y la generación de energías renovables no convencionales (NCRE). Una década atrás, las NCRE no existían y hoy representan el 20% de la generación del país. Además, estos proyectos crean trabajos y estimulan el crecimiento económico.

Mientras los bonos B prueban su éxito, los bancos de desarrollo pueden comenzar a convertir sus balances de mil millones a billones. Cuanto más se demuestre la bancabilidad comercial de la infraestructura, más proyectos atraerán a los inversores y traerán más beneficios de desarrollo a una escala creciente.


Elizabeth Nicoletti es Oficial de Comunicaciones en BID Invest donde cubre los sectores de infraestructura, energía, mercados de capital, financiamiento de comercio exterior y movilización.


Posts relacionados:

Investigación genética abre la puerta a una revolución en el cultivo de arroz

La investigación, en busca de los “puntos de inflexión” del clima


 

SOURCE: Corporación Interamericana de Inversiones-CII

Debes loguearte para poder agregar comentarios ingresa ahora