¿Qué causa el hambre?

Archivo. Mercado en Lyon Corbas, diciembre 17, 2015. AFP / JEAN-PHILIPPE KSIAZEK

Archivo. Mercado en Lyon Corbas, diciembre 17, 2015.
AFP / JEAN-PHILIPPE KSIAZEK


El mundo produce lo suficiente para alimentar a toda la población mundial de 7 mil millones de personas. Sin embargo, uno de cada ocho personas en el planeta va a la cama con hambre cada noche. En algunos países, uno de cada tres niños está bajo de peso. ¿Por qué existe el hambre?

Hay muchas razones por las cuales existe el hambre en el mundo y a menudo están interconectadas. Aquí hay 6 que creemos que son importantes.

La trampa de la pobreza:

La gente que vive en situación de pobreza generalmente no puede costearse comida nutritiva para ellos ni sus familias. Esta situación los vuelve más débiles y menos capaces de ganar el dinero que los hubiese ayudado a escapar de la pobreza y el hambre. Esto no es solo un problema del día a día: cuando los niños sufren de desnutrición crónica, esto puede afectar sus futuros ingresos, condenándolos a una vida de pobreza y hambre.

En países en vías de desarrollo, normalmente los agricultores no pueden costear las semillas, lo cual trae como consecuencia el no poder plantar los sembradíos que hubiesen provisto a sus familias de alimento. En algunos casos, ellos deben cultivar sin las herramientas ni fertilizantes necesarios. Otros no cuentan con tierra, agua o educación. En resumen, los pobres sufren de hambre y, al mismo tiempo, el hambre es lo que los mantiene en la pobreza.

Falta de inversión agrícola:

Muchos países en vías de desarrollo carecen de una buena infraestructura agrícola, como lo son un buen sistema vial, silos e irrigación. Esto trae como resultado un alto precio en el transporte, falta de instalaciones de almacenamiento y suministro de agua intermitente. Todo esto conspira en contra de las cosechas y el acceso al alimento.

Las inversiones en administración de tierras, uso eficiente del agua y el uso de semillas resistentes traen consigo grandes mejoras. Investigaciones realizadas por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) demuestran que la inversión en agricultura es cinco veces más efectiva en la lucha contra el hambre y la pobreza que la inversión en cualquier otro sector.

Clima y tiempo:

Los desastres naturales como inundaciones, tormentas tropicales y largos periodos de sequía están aumentando, lo cual trae consecuencias devastadoras para la gente de bajos recursos que vive en países en vías de desarrollo.

Las sequías son la causa más común de escasez de alimentos en el mundo. En 2011, una sequía recurrente causó grandes pérdidas en el sector agropecuario en Etiopía, Somalia y Kenia. En 2012 hubo una situación similar en la región del Sahel en el África occidental.

En muchos países, el cambio climático ya está causando condiciones adversas. Cada vez más tierras fértiles sufren de erosión, salinización y desertificación. La deforestación a manos de los humanos causa una erosión acelerada lo cual dificulta la cosecha de alimentos

Guerras y desplazamientos:

Alrededor del mundo, los conflictos armados interrumpen de manera constante la cosecha y producción de alimentos. Este tipo de conflictos también fuerza a millones de personas a huir de sus hogares, dando como resultado severas crisis en la seguridad alimentaria de las personas que, una vez que se desplazan, se encuentran sin los medios para poder mantenerse a sí mismas. El conflicto en Siria es un perfecto ejemplo.

En la guerra, a veces los alimentos se convierten en armas. Los combatientes obligan a sus adversarios a rendirse por medio del hambre, tomando los alimentos y el ganado y destruyendo sistemáticamente los mercados locales. Los campos, usualmente, minados y los pozos de agua contaminados, obligan a los agricultores a abandonar sus tierras.

El conflicto creciente en Somalia y la República Democrática del Congo ha contribuido significativamente al alto nivel de hambre en esos dos países. En comparación, el hambre se está reduciendo en las partes más pacíficas del continente africano como Ghana y Ruanda.

Mercados inestables:

En años recientes, el precio de los alimentos ha sufrido una gran inestabilidad. Los precios suben y bajan como una montaña rusa, lo cual dificulta el acceso consistente a alimentos nutritivos para la gente de bajos recursos. Éstos necesitan acceso adecuado a alimentos todo el año y estas alzas en los precios ponen los alimentos fuera de su alcance, trayendo consecuencias permanentes a niños pequeños.

Cuando los precios suben, los consumidores tienden a cambiar a alimentos más baratos y menos nutritivos, dando como resultado deficiencias de micronutrientes y otras formas de desnutrición.

Desperdicio de alimentos:

Un tercio de todos los alimentos producidos (1.3 mil millones de toneladas) nunca es consumido. Este desperdicio de alimentos representa una oportunidad perdida en la lucha por mejorar la seguridad alimentaria global, en un mundo donde una de cada ocho personas sufre de hambre.
Producir estos alimentos también utiliza preciados recursos naturales necesarios para alimentar al planeta. Cada año, los alimentos que son producidos, pero que no son consumidos aglutinan un volumen de agua equivalente al flujo de agua del rio Volga, en Rusia. Producir estos alimentos también libera un aproximado de 3.3 mil millones de toneladas de gases de invernadero. Programa Mundial de Alimentos (WFP)


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SOURCE: Programa Mundial de Alimentos

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