La redes sociales en el entorno académico: cómo los docentes pueden contribuir con las acciones de marketing-Parte I

Por: Marjorie Eljach.

Desde el año 2011 vengo dictando seminarios y talleres de Social Media, Community Management y Escritura en Blogs en la Universidad del Norte (Barranquilla, Colombia), todos orientados a la promoción y divulgación de servicios y programas académicos.

Cada uno de los talleres se prepara con propósitos específicos y teniendo en cuenta el grupo de participantes, sus objetivos en cuanto a la divulgación de su institución, programas o servicios y la audiencia a la cual van a enfocar sus esfuerzos. La intensidad oscila entre diez y veinte horas dependiendo de los factores arriba mencionados y por supuesto de su plan de marketing.

¿Pero para qué el uso de redes sociales en el mundo académico?

Aunque no me gusta referirme a la educación como un negocio, no deja de serlo y es una realidad que tenemos que aceptar, así que lo atenúo afirmando que aunque es un negocio, es el “negocio de lo sublime”, en el que se educa a personas para hacer del mundo un lugar de progreso a través de la participación en la sociedad de individuos con la formación adecuada para tal efecto. Lamentablemente para que las instituciones de educación superior permanezcan abiertas dependen de todo tipo de cifras, la más importante de las cuáles y que define su supervivencia, es el número de estudiantes matriculados. Y aquí es donde entra en juego la capacidad de cada institución para divulgar su oferta académica, motivo por el cual desde hace ya varios años las IES (Instituciones de Educación Superior) tienen departamentos comerciales y de marketing

Naturalmente estos departamentos hacen uso de todas las herramientas online disponibles de pago y gratuitas, y por supuesto utilizan las redes sociales. Esto está muy bien y es lo lógico, el problema está cuando el discurso de marketing va por un lado y el discurso académico va por otro, y en la mayoría de los casos es así por una sencilla razón: para muchos académicos, acostumbrados a escribir conferencias y artículos científicos para publicaciones continuas con alto factor de impacto, las redes sociales pueden resultar frívolas, y el escribir en un blog, no sólo es algo tedioso sino uno tarea que les quita tiempo para sus compromisos diarios: preparar conferencias. clases, corregir exámenes, amén de las cargas administrativas que tienen muchos de ellos.

Ahora bien, los académicos no saben de redes sociales ni de marketing y no tienen por qué saberlo, no es su razón de ser ni es su trabajo, para esos están los expertos del área administrativa que han sido contratados para tal gestión, sin embargo ¿por qué no trabajar juntos por un mismo propósto retroalimentando ambas áreas con los conocimientos y expertise de la otra? Este sería el escenario ideal para diseñar campañas más efectivas y ajustadas a la realidad de la oferta académica.

En teoría esto suena maravilloso, el problema es cómo convencer a los académicos de entrar en el mundo del marketing a través de las redes sociales, y es aquí donde contesto a la pregunta de para qué el uso de redes sociales en el mundo académico:

  • Para dar mayor divulgación a la producción académica más allá de las publicaciones científicas y especializadas.
  • Para dar mayor visibilidad y posicionamiento al departamento y a la institución en Internet
  • Para un constante contacto con pares académicos gracias a la gestión de contenidos
  • Para establecer una relación directa con los estudiantes y atraer estudiantes potenciales

Dar mayor divulgación a la producción académica más allá de las publicaciones científicas y especializadas: Gracias a un adecuado trabajo utilizando herramientas online estamos contribuyendo a la democratización del conocimiento al mismos tiempo que multiplicamos el público al cual llega la información sobre las investigaciones de nuestros docentes, lo cual beneficia no solo al docente sino a la institución. Restringir los resultados de una investigación, o los artículos sobre avances académicos a revistas especializadas a las cuales solo se accede desde las bases de datos de las bibliotecas, es privar de conocimientos a aquellos que no se mueven en el entorno universitario.

Las herramientas de socialización online facilitan compartir esos conocimientos con el mundo, y cada vez que se comparten recibimos visitas a la web de la institución que se convierten en posicionamiento en la red. Asimismo, es altamente probable que el perfil del autor/docente también sea visitado dándole a este la oportunidad de ser conocido no solo por públicos de distintas partes del mundo interesados en su artículo sino por pares académicos que se interesen en su trabajo. Un docente que se interesa en un artículo de un docente de otra institución es al mismo tiempo una institución académica interesada en otra, y este interés puede generar oportunidades y vías de colaboración.

Ahora bien, por otro lado y más allá de todas las posibles colaboraciones, posicionamiento en la red y visibilidad, está la relación directa con el estudiante al convertir las herramientas sociales online en un medio de comunicación a través del cual el docente resuelve dudas, comparte contenidos no solo de producción propia sino de terceros que considere de interés para sus alumnos y crea una sensación de cercanía más allá del aula.

Por otro lado y ya en lo relacionado con la captación de estudiantes potenciales, el que un docente pueda convertir su producción en contenidos de interés general atractivos, hace estos contenidos susceptibles de ser compartidos en las redes sociales por sus propios estudiantes, despertando así el interés de sus amigos en el artículo y como consecuencia en el docente y en el plan de estudios en el cual se estudian dichos temas.


 

 

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