La ética y la corrupción revisitadas

Por: Francisco Manrique.

En el Post anterior, Sin liderazgo y ética no hay democracia, puse el tema del liderazgo, la ética y su impacto en la corrupción. Mencionaba que estos tres temas ocuparán la atención de nuestra sociedad en los próximos meses y años por venir.

Lo curioso es que hace tres años, cuando aún no se habían destapado los escándalos que hoy afectan las campañas de Santos y Zuluaga, las Altas Cortés, el Congreso, gobernadores y alcaldes, y a empresarios que se prestaron a juegos sucios, escribí un artículo sobre este tema que ya comenzaba a mostrar su cabeza purulenta en el escenario nacional con el escándalo de Moreno y su hermano, y los Nule que saquearon a Bogotá

En esta oportunidad quiero volver a refrescar apartes de este blog por la importancia creciente del fenómeno de la corrupción en nuestro país. Todo lo que se haga en este campo es poco para despertar la conciencia de la gente y lograr su reacción. Escribía en esa época:

La imagen que me despierta la palabra “corrupción” es similar a la del cáncer. Al igual que esta enfermedad, la corrupción poco a poco va minando las defensas de la sociedad, hasta acabarla.  Esto es especialmente grave cuando invade las instituciones que han sido diseñadas para proteger a la comunidad, como es el caso del sistema judicial, el de la salud, o el de la seguridad. Pero también, cuando succiona los recursos siempre escasos mediante el saqueo de los dineros públicos. Es el resultado de una ausencia increíble de comportamientos éticos a todos los niveles.

De todos los problemas que hoy afectan a la sociedad colombiana, no es exagerado afirmar que la CORRUPCIÓN en mayúsculas, está hoy en el centro de los más grandes retos que pueden comprometer la posibilidad de nuestro desarrollo, hacia adelante. La falta de la Ética está en el corazón del problema. A pesar de las evidencias crecientes del avance de este mal, no deja de sorprender el bajo perfil que tiene este tema en la agenda actual del Gobierno y la falta de una sanción social muy fuerte por parte de la sociedad. La corrupción se nos volvió como parte del paisaje. Las defensas abajo y la enfermedad galopando.

El rosario de perlas en este campo es aterrador. No hay día que no nos atropellen las noticias con los múltiples escándalos en las Altas Cortes cabeza del Poder Judicial. A esto se suman los descarados robos de algunos contratistas de obras públicas, con la complicidad de los políticos, como fue el caso de los Nule y los Morenos. Para rematar, vemos a más de 60 congresistas que hoy están en la cárcel, acompañados de miembros de las Fuerzas Armadas,  por sus nexos con los paramilitares.


Odebrecht corrupción corrupcion

Imagen cortesía de Sira Anamwong en FreeDigitalPhotos. net


Como nos muestra el caso de Oderbrecht tres años más tarde, la corrupción alcanza a las campañas de Santos y Zuluaga,  y tiene metidos entre los palos a congresistas que apoyaron la reelección del primero. Pero más grave aún, comprometidos a ex jueces de la Corte Constitucional en un escándalo sin antecedentes en la historia nacional. El cáncer ha avanzado a unos niveles que superan la capacidad de asombro del ciudadano común.Pero también escribía hace tres años:

Y si en el sector público llueve en el sector privado no escampa. InterBolsa es un caso emblemático de corrupción y de pérdida del Norte ético de unos empresarios considerados muy exitosos por la sociedad. Mientras todos los aplaudían, abusaron de la confianza del público que ingenuamente les depositaba sus ahorros, hasta que estalló la bomba y lo perdieron todo. Este es un caso más refinado, que el escándalo de las pirámides como DNG, donde se esquilmaron a miles de incautos movidos por el afán del enriquecimiento instantáneo.

La importancia del tema de la ética me hizo desenterrar unas notas, que tomara en una conferencia hace unos años con la filosofa Adela Cortina, española de nacimiento y reconocida autoridad internacional sobre la materia. Leyendo mis apuntes, e investigando un poco más al respecto, quiero compartir con el lector lo que he descubierto  y que espero le sea  de utilidad.

¿Qué es la Ética y cúal es su importancia? ¿Porqué se debe entender el marco conceptual que explica este término?. Estas y otras preguntas son las que quiero tratar de responder a continuación.

Ética viene de la la palabra griega “ethos” que significa carácter, o el modo de ser de una persona. Para Ereclito de Efeso: “el carácter es para el hombre su destino”. Y de acuerdo a esto, una persona enfrentará su vida de manera optimista o pesimista, alegre o triste, con esperanza o sin ella. Es importante entender que ética y moral significan lo mismo, ya que esta última tiene sus raíces en la palabra latina “mor” que es el modo de ser.

Sin embargo, la Dra Cortina menciona que: ” la moral y la ética son dos palabras que se refieren a lo mismo, pero la primera se tiende a mirar como la moral vivida, y la segunda como la moral pensada o filosofía moral. Esta última busca aclarar lo que es moral, cuáles son sus fundamentos, y como se aplican”.

Hay que hacer otra distinción importante  entre el temperamento y el carácter de una persona. El primero viene desde su nacimiento, no lo escoge y tampoco se pueden cambiar. Se refleja en los sentimientos y las actitudes que demuestra durante toda su vida. Mientras que el carácter es el resultado de las escogencias y de las decisiones que toma la persona en el tiempo. El que pueda hacerlo, le da sentido al término de libertad, que distingue al ser humano.

Cuando hablamos de valores éticos o morales, es importante entender que estos son unos marcos de acción que norman nuestro comportamiento, y definen una actitud ante la vida. Los incorporamos a lo largo de los años, como resultado de las elecciones conscientes que hacemos.

La Dra Adela Cortina se refiere a la ética, como un tipo de saber que busca:  “orientar la acción humana en un sentido racional,  es decir, pretende que obremos racionalmente”. Por lo tanto, es algo muy práctico dirigido a la acción, que nos invita a discernir lo que debemos de hacer para orientar nuestra conducta. Esto implica el deliberar antes de tomar buenas decisiones, lo que significa elegir bien y  actuar consecuentemente. Con el tiempo y la práctica, esto ayuda a forjar el carácter de una persona. De ahí su importancia.

Llamamos a una persona prudente cuando consistentemente hacer buenas elecciones y así vive su vida bien. Pero esto significa que tiene un propósito  claro al que quiere llegar, y define una serie de metas intermedias, para saber que va avanzando hacia el fin propuesto.

Esta persona utiliza los valores éticos para tomar las mejores decisiones, cuando enfrenta los dilemas que se encuentran en cada bifurcación que hay en su camino. Con la práctica, lo interesante de este proceso de formación de carácter, es que permite incorporar los valores en las conductas diarias. Cada vez hay menos esfuerzo y desgaste con las decisiones difíciles que uno toma en la vida.

Como lo explica la Dra Cortina: “Actuar éticamente economiza una gran cantidad de energía, porque quien lo hace, ha ido desarrollando una forma de actuar que se refuerza sucesivamente con las decisiones que va tomando, usando los medios que más conviene, en función de los fines que se ha propuesto. De esta manera obra racionalmente”. Tener conciencia de los fines es fundamental para la ética de las personas y la ética de las organizaciones.

Como consecuencia de lo anterior, una persona es capaz de decidir sobre temas trascendentes para su vida: hábitos, prioridades, valores, y carácter para tomar las mejores decisiones. La conciencia de lo que debe hacer, como decía Kant, implica que se puede optar o no por un camino determinado, y de esta manera ejercer su libertad, aun en las condiciones más adversas. Esa capacidad de elegir conlleva una responsabilidad por las acciones o las omisiones, porque en cualquier caso, estaba en su poder optar o no por un camino determinado.

Este último comentario es particularmente relevante hoy en Colombia porque parece que se olvida que el ser humano es al final de sus días, el resultado de las decisiones que tomó a lo largo de la vida. En ese camino ejerció la libertad de optar por un camino o por otro. Pero al hacerlo asume la responsabilidad de las consecuencias por las decisiones que tomó.Y para poner en perspectiva con ejemplos prácticos el punto anterior, escribía hace tres años:

El caso de Mandela en la prisión, es un ejemplo extraordinario. Durante su estadía de 27 años tras las rejas, eligió no envenenarse con por el odio contra su captores, sino tomó la decisión de estudiarlos a fondo. Sabía que ese conocimiento, le iba a permitir mas adelante ser libre, como en efecto sucedió.

Otro caso es el de Victor Frankl mientras estuvo prisionero en Auschwitz. En su libro ” Search for meaning” decía: “Pero esa capacidad de elección le hacía sentirse libre, le concedía un atributo humano. La experiencia de la vida en un campo demuestra que el hombre tiene capacidad de elección”. Por esta razón decidió tener tres propósitos antes de entrar al campo de concentración: sobrevivir, aprender y servir a los demás. Con este proyecto de futuro, fue capaz de sobreponerse a todos las adversidades que vivió, y forjar en el camino, un carácter muy especial que se vio plasmado en su libro. Este ejemplo demuestra varias cosas, pero una en especial que vale la pena subrayar: un proyecto ético requiere de tiempo para su desarrollo.

En una sociedad como la nuestra, donde la falta de conciencia ética es cada día más patética, en especial por parte de los altos dignatarios de nuestra sociedad, la consecuencia inmediata es que no se  asume ninguna responsabilidad, tanto por los actos que tienen impacto personal, así como por aquellos que conllevan un perjuicio publico.

He querido recordar algunos apartes de mi blog de hace tres años, porque veo con gran preocupación lo perdida que se encuentra la sociedad colombiana en esta materia. Y lo que es más grave aún, que los comportamientos que serían inadmisibles en otros contextos culturales, en nuestro caso se han vuelto transparentes y aceptados sin cuestionar por la sociedad.Y en el fondo del problema está una realidad muy dura de aceptar: tenemos una sociedad donde brilla por su ausencia el ejercicio del liderazgo ético, como lo quise mostrar en mi blog de la semana anterior. Y el tema se vuelve crítico cuando estamos enfrentados al proceso electoral del 2018. Este vacío va a marcar el destino de nuestro país hacia el futuro si no hacemos nada al respecto ya.


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